En realidad, lo dicho por el Gobernador durante estos primeros 100 días no pasa ninguna prueba del polígrafo

Se han cumplido 100 días de que el Gobernador haya juramentado su cargo. Lo visto hasta ahora abona a la tesis expuesta durante la pasada campaña: que Alejandro García Padilla, por su incompetencia y patente inmadurez, es demasiado riesgo para Puerto Rico.

Desde el día 2 de enero hemos visto a una administración de gobierno torpe, sin dirección y llena de contradicciones, incumpliendo lo que prometió y haciendo, fresca y orondamente, lo que dijo que nunca haría. Veamos.

Durante la pasada campaña Alejandro García Padilla prometió una serie de cosas y logró coger de incauto a un sector considerable del Pueblo. A su vez, acusó a la pasada administración sobre asuntos que él mismo ha estado ahora implementando o dándole continuidad. Obviamente, ayudado también por un sector mayoritario de la Prensa que sirvió de portavoz y amanuense al doble discurso del entonces candidato.

El mismo día de su juramentación el Gobernador incumplió su primera promesa; convocar a la Legislatura a sesión extraordinaria. Referente al aeropuerto, incumplió su promesa de dar marcha atrás al contrato de privatización para la administración del mismo; dándole la espalda a los grupos con los que se comprometió. Sobre la cuota de la Universidad de Puerto Rico, todavía es la hora que el Gobernador no le ha asignado el dinero correspondiente para que la misma sea derogada.

En cuanto al superintendente de la Policía, Héctor Pesquera, todas las promesas hechas de que sería reemplazado y que su contrato era oneroso e inmoral para el País quedaron en el pasado. Las intenciones de esta administración son que Pesquera siga al mando.

Sobre el Sistema de Retiro, es evidente que el Gobernador ha hecho lo contrario a lo dicho en la campaña. Ha afectado a todos los pensionados actuales y futuros del gobierno. Mientras la administración de Luis Fortuño dejó al Retiro con saludable solvencia hasta el año 2021, sin que se le afectasen los derechos adquiridos a los pensionados, García Padilla ha hecho un descomunal trabajo quirúrgico al bolsillo y a la esperanza de todos los servidores públicos y jubilados del País.

Por otro lado, esta administración no ha podido detener la implacable ola del crimen. No es que lo logre, pero su discurso electoral fue conducente a detenerla; no esperando la ola en la playa parado frente al mar, sino trabajando. Sin embargo, para desgracia nuestra, no se ha visto ni un leve gesto de que este tema sea alta prioridad para la administración de García Padilla. Igualmente sucede con los empleos, renglón en el que no han podido crear uno solo de los 50 mil prometidos.

En realidad, lo dicho por el Gobernador durante estos primeros 100 días no pasa ninguna prueba del polígrafo.

Comentarios a: marioramosmendez@yahoo.com