El pasado martes hubo reunión de emergencia en el punto. “Estos ca….es nos quieren tumbal el negocio”, dijo Perro a los otros ‘big-shot-es’. Su aprensión está justificada. El senador Miguel (Cuco) Pereira acababa de proponer mediante un proyecto de ley que se legalice la posesión de hasta una onza de marihuana a personas mayores de […]

El pasado martes hubo reunión de emergencia en el punto. “Estos ca….es nos quieren tumbal el negocio”, dijo Perro a los otros ‘big-shot-es’. Su aprensión está justificada. El senador Miguel (Cuco) Pereira acababa de proponer mediante un proyecto de ley que se legalice la posesión de hasta una onza de marihuana a personas mayores de 21 años.

“Yo me acueldo dese Cuco ca…., de cuando yo era casi chamaquito y él mandaba en las cálceles. Bastante noj jo..ó; nos tenía clava’os to’ el tiempo… y mucho material que nos tumbó. Ahora está con los que roban desdel Capitolio y se nos quie metel en el negocio. Que eché pa’lante. Que al son de la lata baila el chorizo y no va mojal en este guiso”.

Perro sabe de lo que habla porque el asunto es que para que cada persona que quiera pueda tener su onza en el bolsillo o en la gaveta del carro o en la mesita de noche, tiene que haber alguien que tenga una libra para repartirle y detrás de ese, cientos que tengan quintales para distribuir y más allá, miles que cosechen toneladas de Cannavis Sativa.

¿Qué haría el gobierno de AGP si firma el proyecto de Cuco? ¿Se haría de la vista larga con los nuevos empresarios que vayan mercadeando bolsitas de ‘picadura de ensueños’, ‘Tropical de lights’ o de ‘la rubia de Colombia’ por las calles del Condado, la plaza de Coamo, el residencial de Fajardo o en Peyton Place en la ‘IPUI’ para suplir a cada usuario ‘la onza nuestra de cada día’? “Eso está pasando ya”, responde el Cuco y añade, “en este País, en el que el 70% de los profesionales y los estudiantes usan marihuana, lo que yo quiero es descriminalizar lo que de todas maneras no se puede controlar para reducir la actividad criminal que su prohibición genera”.

Debemos entender entonces que para mejorar la imagen del ‘pasto’ considerarán licenciar establecimientos reputados en San Patricio o Hato Rey (como la ‘Agencia de Viajes Mari-Juana’, ‘Yerbas del Submarino Amarillo’, o ‘Munchies Unlimited’) para que la partan y la repartan en locales con aire acondicionado bien adornados con grandes y vistosas pipas de agua del Oriente, cortinas y almohadones de la India, lámparas de cobre y cristal de Marruecos, balanzas de Alemania y mostradores con cristales de seguridad y cerraduras –como en las joyerías– para mostrar una buena variedad de excelentes ‘yerbas’ locales e importadas junto con toda suerte de parafernalia y más allá, neveras con puertas de cristal de las que señoras de alcurnia con vestimenta ‘jipeá’ puedan revisar los ‘brownies’, galletitas y toda suerte de dulces confeccionados con el toque inconfundible de marihuana, ya que prefieren no comprometer sus pulmones (como tanto hicieron en ‘college’) al momento de emprender ‘viaje’. Habrá cotejado el Cuco, que fue fiscal federal, ¿cuántas violaciones a las leyes federales puede conllevar tal ‘gentrification’ del pasto?

“Lo que quieren esos ca….es es cogernos el negocio” dice Perro. “Pero no van a poel con nosotros polque tenemos ‘yerba’ reforzá con perico, piedra, heroína y hasta con ‘Ratokill’ que es lo que quie la gente. Pero déjalos que empiecen pol allá que van a telminal acá”.

Mientras tanto, Melba Acosta saca cuentas: 70% de los profesionales y estudiantes de Puerto Rico, que son por lo menos 800 mil personas, a una onza a la semana, en promedio; si le impongo $5.00 de arbitrio a cada onza son $4 millones a la semana ó $208 millones al año, más un recaudo por el IVU de por lo menos $62.8 millones, suma $270 millones. “Gracias, Cuco, me vas a cuadrar el presupuesto”.

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“La droga no se combate con droga”