Economistas no ven indicios reales de cambios estructurales en el corto plazo

Puerto Rico perdió la capacidad de salir del estancamiento económico en que se encuentra y no existe ningún indicador económico que presente indicios de cambio, aseguraron varios economistas entrevistados.

Peor aún, todos coincidieron que es imposible pronosticar cuando se experimentará siquiera una pequeña recuperación económica, ya que destacaron no hay un plan real de recuperación, la economía no crece y todo apunta a que seguirá paralizada. La recesión continúa y atrás quedaron los pronósticos de una recesión de doble caída como se proyectó hace seis meses, hacia diciembre de 2012.

El economista Luis Benítez manifestó que hablar de un “double dip recession” es una premisa errada, ya que para que ésta exista el país debió haber reflejado alguna recuperación concreta y esto nunca sucedió. Comentó que hubo meses donde se aguantó la caída, o se frenó la velocidad, “pero nunca dejó de caer como muchos lo han interpretado”.
En opinión del economista Santos Negrón, la Isla está en “un estancamiento secular” donde no despega ni muestra señales de recuperación. Sostuvo que por los pasados años se suponía que la economía de Puerto Rico mostrara cambios a terreno positivo ante el recibo de diversas ayudas económicas federales así como el efecto de las emisiones de bonos que se hicieron. No obstante, eso no ocurrió ya que la base productiva económica del país era tan débil que no permitió el despegue.

“De lo que se trata es de un problema estructural fundamentado en el debilitamiento de la base productiva, lo que se ha ido incrementando con el debilitamiento manufacturero y la pérdida de empleos. La situación es tan fuerte que no hay impulso grande de estímulo alguno que la haya podido hacer reaccionar, lo que se complica con el problema presupuestario del gobierno. Se necesita poner la casa en orden para evitar una degradación y poder volver a los mercados y revitalizar la economía. Endógenamente, el país no puede salir de la situación económica que vive, no tiene los mecanismos y grabando la base contributiva no es la alternativa ya que lo que puede hacer es debilitar aún más la economía y prolongar y profundizar la recesión”, enfatizó Negrón.

Para el economista Argeo Quiñones, la situación que vive la Isla es una contracción económica acumulada superior al 10%, acompañado con una crisis fiscal local y una recesión mundial. Aseguró, que el gobierno ha perdido la capacidad de encender los motores económicos. Afirmó que “no se ve luz al final del camino”, lo que dijo es lamentable, no empece entre el 2006 al 2012 la Isla recibió en estímulos económicos federales, locales y de emisiones de bonos más de $30,000 millones. También comentó que ese dinero no fue suficiente para sacar a Puerto Rico del estancamiento en que se encontraba, no obstante aprobaron una reforma contributiva que reducía los ingresos al fisco $1,200 millones, lo que entiende agravó la situación.

Quiñones agregó que los niveles de endeudamiento del país, que hoy representan el 100% del Producto Interno Bruto y un patrón de una economía que no crece, son dos elementos que mantienen incapacitada a la Isla de poder salir de la recesión que la arropa desde hace ocho años. “Es necesario lograr un consenso político y social de país donde no se pongan más cargas a los asalariados y no se les toque sus beneficios adquiridos, donde se logre apretar la fiscalización de las agencias para los sectores más adinerados y lograr un gobierno transparente, donde el ciudadano se sienta cómodo con aportar porque al final del día se ve lo que hacen con su dinero. El gobierno necesita estrategias de crecimiento”, recomendó Quiñones.

Asimismo, Benítez, coincidió en que el problema aquí es estructural donde el modelo económico se desgastó al máximo. Enfatizó ser necesaria una reestructuración del modelo económico. “Desde el 2006 no hemos podido salir de la recesión por falta de enfoque. Hay que estabilizar el norte del desarrollo económico que queremos para el país. Hoy no hay consistencia, el país necesita ponerse de acuerdo, al igual que todos los sectores económicos. Es un proceso doloroso por el que se tendrá que pasar para lograr el consenso de país, el cual deberá tomar entre dos a tres años”, sostuvo.
Como alternativas para facilitar este proceso, Benítez mencionó la necesidad de ser disciplinados en el repago de las deudas, no hacer presupuestos falsos y ser consistentes en la fiscalización de los recaudos.

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EL VOCERO / Archivo