Puerto Rico – Plan de hacia donde debemos movernos (Parte 3)

@Solus_Lupus_PR

En ésta tercera parte de la serie de columnas “Puerto Rico – Plan de hacia dónde debemos movernos”, la dedicaré al segundo punto que entiendo es primordial para que el país eche para adelante: Educación de Excelencia.

En Puerto Rico está establecido en la misma Constitución de Puerto Rico: “Toda persona tiene derecho a una educación que propenda al pleno desarrollo de su personalidad y al fortalecimiento del respeto de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales. Habrá un sistema de instrucción pública el cual será libre y enteramente no sectario. La enseñanza será gratuita en la escuela primaria y secundaria y, hasta donde las facilidades del Estado lo permitan, se hará obligatoria para la escuela primaria.”

¿Pero qué ha pasado por décadas? El sistema de educación, sea pública o privada es un completo desastre. Si, ambas son un desastre, pero comencemos por lo básico. La reglamentación federal por la que se rige todo el andamiaje de educación primaria y secundaria en Puerto Rico y los Estados Unidos, estipula que un año escolar estará constituido de 180 días presencia del estudiante en el salón de clases. Tanto por las deficiencia del sistema público a la hora de reclutar maestros, como por el sin número de días feriados con que cuenta Puerto Rico; eso jamas se cumple. En las escuelas públicas se completan menos de 160 días presencia, y en las privadas de índole religiosa, menos de 150 si contamos con las 2 semanas libres por Semana Santa. En el sistema público, la deserción escolar ronda casi un 50%, y de ese porciento que logra llegar a universidad, solo el 35% logra completar una carrera universitaria. Los factores para esto son variados; y según los que alegan saber, es por un currículo deficiente. ¿Saben qué? Incorrecto. El currículo del Departamento de Educación es una copia calcada y traducida al español de los currículos del departamento federal de educación. Entonces habrá quien diga que se debe a que está hecho para un estudiantado con otra cultura y otra idiosincrasia. A esos les digo, que se dejen de pamplinas y politiquería barata. Las matemáticas son las mismas si se dan en Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Costa Rica o Puerto Rico. Igual pasa con las ciencias, y con la historia. Ahora bien, lo único que cambia es la enseñanza del Español e Inglés por razones obvias. Aquí el problema no es el currículo, sino varios factores: falta de dedicación de los maestros, falta de supervisión de los padres y dejadez del estado en reforzar e implementar medidas que obliguen y fuercen tanto al maestro a dar bien las clases, como a los padres a compenetrarse en el proceso educativo de sus hijos.

Pero si creen que la educación privada es mejor, se equivocan de sobre manera. Es igual o a veces mucho peor. Al ser entes privados, la supervisión del estado es mínima, por lo que solo están obligados a cumplir con los estatutos federales, que como indiqué son mayormente de días presencia, los cuales cumplen menos que las escuelas públicas. A eso añádale que obligan a los padres a cumplir con onerosos costos de matrícula, pagos mensuales exorbitantes, cambios de ediciones arbitrarias en los libros y costos de éstos, ridículamente altos. Las clases al final del año escolar cubren solo una cuarta parte y en el mejor de los casos, solo una tercera parte de los libros que rondan en precio entre los $65 – $120. Tienen más días feriados que el sistema público, obligan a los padres a entrar en gastos de rifas, fotos, y derramas para construcción y mantenimiento de las facilidades. En el caso de los maestros el desencanto y falta de vocación no le envidia nada a lo que se observa en el sistema público.

Ahora bien, si a ambos sistemas; tanto el público o el privado le añadimos la variable de educación especial, el panorama es aún más sombrío. En el sistema público los servicios no existen, y si existen es porque los padres demandan al gobierno para que se les ofrezcan los servicios. En el sistema privado, existen los servicios, pero los costos son aún más onerosos; obligando en algunos casos a los padres a qué no se tenga acceso a los mismos.

Por otro lado, tenemos a los padres que hacen “Homeschooling”. Esos si que son unos campeones. Tienen que buscar los recursos de currículo, montar una estructura en sus hogares para la enseñanza de sus hijos, sacrificar en algunas situaciones un salario, y bregar con situaciones de socialización, reaprendizaje de materias, para poder ofrecérselas a sus hijos, y una sociedad que ve con malos ojos que se saque a los hijos de los sistemas públicos y privados; aunque sea para salvar a los niños de sistemas defectuosos. Tengo que reconocer, y lo digo por experiencia, ya que tengo a mis hijos en “homeschooling” con mi esposa, que los resultados de este proceso son gratificantes, ya que nos ha permitido ver lo que los sistemas públicos y privados tienen defectuoso, y corregirlo por el bien de nuestros hijos. Se logran fácilmente los 180 días presencia, se le ofrecen las materias al paso de los chicos, pero incluso ampliando las materias, y dedicándole a los niños el tiempo necesario para el pleno dominio de las materias. Pero claro, si bien es cierto que el “Homeschooling” es muy bueno, no es menos cierto que no es para todo el mundo, y principalmente si los padres no tienen un compromiso genuino de hacer unos sacrificios para dejarles a sus hijos lo más importante en la vida; una educación de excelencia.

Pero entonces que necesitamos para que Puerto Rico tenga un sistema de educación de excelencia. Primero vocación de los maestros. Todos recordamos maestros que marcaron y dejaron huella en nuestra mente y formación; como también todos recordamos casos de maestros que parecían obligados a trabajar y con desgano. Los maestros deben tener una vocación real; un interés de educar de brindar el pan de la enseñanza. Para eso las universidades deben reforzar sus currículos de educación y elevar a niveles bien superiores, el requisito de promedio para entrar a las facultades de educación. En la medida que por décadas las universidades han bajado los promedios de entrada a sus facultades de educación, en esa misma medida proporcional se ha trastocado la calidad y vocación de los maestros. También el sistema público debe incentivar al maestro ofreciéndoles programas de capacitación continua, y mejores salarios. Claro, en la medida que los maestros demuestren interés y vocación, y un alto grado de responsabilidad. No es como a veces escuchamos a los sindicatos exigir menos estudiantes por salón. Es dedicarles verdadero tiempo a los estudiantes. Si un maestro tienen un grupo de estudiantes que no pasan los exámenes para determinar su adquisición de conocimientos y aprendizaje, ese maestro debe ser amonestado y si persiste el problema, eliminado del sistema. El sistema debe ponerse las pilas y gerencial mejor el proceso de requisitos y currículo, con los resultados obtenidos por los maestros. Pero también hay una responsabilidad implícita en los padres de los estudiantes, por lo que se debe requerir de estos, un grado de responsabilidad y compromiso para con la educación de sus hijos. También años escolares más largos. Por ejemplo, Japón tiene un sistema en el que solo toman unas vacaciones pequeñas al año, Costa Rica solo tiene 2 semanas en navidad y en verano solo otro par de semanas. Aquí es donde único queremos tener un sistema de excelencia en la educación, dándole un mes en navidades y 2 meses y medio en verano, y súmele los feriados. El niño no va a dejar de ser niño por estar mucho más tiempo estudiando, y a los padres que trabajan, les conviene, ya que no tienen que buscar que hacer con sus hijos por tanto tiempo en las vacaciones. Además si se quiere tener un futuro brillante en el país, se requiere de una zapata educativa de excelencia en donde construir un mejor país.

Esto es una responsabilidad de todos los componentes sociales que intervienen en la educación de nuestros hijos y nietos. Si tratamos de obtener resultados de excelencia haciendo lo mismo una y otra vez, no llegaremos a ningún sitio y seguiremos cavando la tumba de nuestro futuro con una generación que va subiendo y que le importa poco expandir sus conocimientos, y que ve en Maripily o en Calle 13 ejemplos a emular. Tenemos que presentarles verdaderos modelos a seguir a través de los ejemplos que la educación les puede presentar y expandiendo sus conocimientos a niveles insospechados y que esto redunde en un futuro brillante y próspero para nuestro país.

@Solus_Lupus_PR

Puerto Rico – Plan de hacia donde debemos movernos (Parte 4 – Conclusión)

@Solus_Lupus_PR

En ésta serie de columnas he intentado plasmar solo unas ideas en general de lo que creo estamos haciendo mal como país; y de cómo podríamos revertir eso; y ver hacia donde deberíamos movernos. Como indiqué en las tres columnas anteriores, no pretendo ser el poseedor de la verdad o la razón absoluta, pero si presentar mis preocupaciones y las maneras (algunas de las que entiendo), podríamos usar para resolver los problemas de Puerto Rico.

Hoy concluyo la serie de columnas con los dos temas faltantes:

– Cultura de Trabajo
– Calidad en el Trabajo

En este país no hay una cultura de trabajo. Incluso se penaliza el trabajar. Pregúntenle a la clase media. Trabajamos y somos el motor económico del país, y sin embargo se nos penaliza al no tener ningún tipo de ayuda; mucho menos comprensión de parte del gobierno, de nuestras situaciones económicas. En un país en donde las personas hábiles para trabajar, solo lo hace menos del 50%; y donde hay generaciones; dos, tres y hasta cuatro; que solo viven de los cheques y ayudas que le ofrece el gobierno a través de fondos federales y/o estatales, la cultura que existe es la del mantengo. ¿No me creen que no exista una cultura de trabajo? Tomemos por ejemplo el cuatrienio pasado, cuando la administración de Luis Fortuño propuso que aquellos que ayudaran en el recogido de café, recibirían más dinero en su tarjeta del PAN. ¿Y qué sucedió? Nadie; nadie se inscribió en este programa, aun cuando les beneficiaba económicamente. Era más fácil para ellos recibir sus ayudas en su casa sentados frente a un televisor, que ir un par de horas a la semana a ayudar al país al recoger café. Tomemos también como ejemplo, si una escuela necesita fondos, o un grupo de batuteras, o un equipo de pelota necesita dinero para un torneo fuera de Puerto Rico. ¿Qué hace? Se va al semáforo más cercano y piden dinero, no venden nada; solo piden dinero.

¿Y qué tenemos que hacer como país, en un país donde esa misma gente que es la mayoría; podrían subir o bajar gobiernos? Los políticos dirían que nada, otros simplemente no les importa, y trataran de ponerle gratuitamente cable tv, o Wi Fi, o alguna otra cosa gratuita sin pedirles a esos ciudadanos con capacidad para producir por el país, ni siquiera un par de horas de trabajo comunitario. Hemos durante décadas alimentado las bocas de personas que en un origen pudieron tener un verdadero problema económico, pero que ahora simplemente no hacen nada por que les place.

Créanme; yo sé que allá afuera hay gente, viejitos y viejitas, madres solteras, padres solteros, indigentes, etc; que verdaderamente necesitan de esas ayudas; pero ¿sería mucho pedirles, a los demás, aunque sea unas horas a la semana de trabajo en comunidades necesitadas, para vigilancia de escuelas, mantenimiento, incluso tutorías a estudiantes? ¿Seguiremos como país procurando que el 40% de la población hábil de trabajar, mantenga al 60% que bien pudiesen dar un poco de si para ser partícipes de las ayudas que se les ofrecen?

El país necesita maestros tutores, guardias en las escuelas, gente para recoger café, auditores del IVU, y muchas otras tareas que bien pudiesen asignárseles por un tiempo nominal a las personas que deseen las ayudas económicas y que tengan la salud necesaria para poder efectuar tareas sencillas pero necesarias para el país. Yo creo que el político que haga eso, durará ese solo cuatrienio, pero será totalmente necesario para el país. Alguien tiene que ponerle el cascabel al gato por el bien del país y de las generaciones futuras. Ningún país puede sostenerse económicamente si solo un 40% de la población la sostiene.

Ahora bien, el país también necesita que el servidor público y la gente del sector privado crea en la Calidad de Trabajo. Por décadas el gobierno ha subvencionado aquellas empresas o sectores empresariales que no producen suficiente como para sostenerse por sí solos económicamente. Por ejemplo, la industria de la leche. Por años se subvenciona parte de la producción, ya que por su precio, ha bajado el consumo de este producto. ¿No sería mejor que mejoraran sus procesos de forma tal que sean más eficientes y por ende más baratos? ¿Por qué en Washington State el costo del galón de leche es de $2.50 a $3.00, mientras que en Hawaii, una isla en medio del pacifico el costo es de $5.00 el galón? En Florida cuesta unos $4.00; pero aquí en Puerto Rico cuesta $6.00 y los ganaderos creen que es poco. El problema es que no se han hecho eficientes y los costos se elevan; y el gobierno en su rol paternalista los subvenciona y no les exige calidad y eficiencia, de modo que los costos de sus productos bajen.

Lo mismo pasa con el pollo fresco. ¿Cuántas veces el gobierno ha tenido que salvar de la bancarrota o básicamente pagado las deudas de To-Ricos? Infinidad de veces, y aún así esta empresa no hace los arreglos necesarios para hacerse competitivos. ¿Por qué en vez de tratar de vender pollo fresco no tratan de vender congelado, permitiéndose abaratar costos y competir de tú a tú con otras empresas? O mejor ¿Por qué no exportan sus productos a bajo costo a otros países? ¿Qué se los impide? Se lo impide la negativa de reinventarse y de realizar los cambios necesarios en sus empresas para hacerse competitivos.

Lo mismo pasa con los artistas en Puerto Rico. ¿Cuántas veces hemos escuchado de la clase artística quejarse de que la ciudadanía no los apoya ni auspicia? ¿Saben qué? Es porque el producto que presentan no es lo suficientemente bueno, o simplemente malo. Solo unos pocos logran sobrevivir, pero es porque presentan programación de calidad y que llene un nicho en el gusto del pueblo. Claro, que por ejemplo, no se le puede vender un producto incorrecto al sector incorrecto, pero entonces antes de crear cualquier cosa, siéntense a ver los nichos, las oportunidades y una vez identificadas, crear su producto artístico con calidad, que llene las expectativas del público al que identificaron. De esa manera no tendrán que depender de subvenciones ni ayudas.

Y así con cientos de empresas en Puerto Rico que para sobrevivir a veces tienen que acogerse a subvenciones. Si se reinventan y logran eficiencia y mejoran su calidad, no tendrían necesidad de recibir ayudas, y su producto se vendería solo. Además consideren la exportación. ¿Por qué crear un producto totalmente identificado con el mercado local, cuando pueden hacer uno culturalmente genérico y promocionarlo fuera de Puerto Rico y quizás generar mayor cantidad de dividendos?

Así, el sector público y el sector privado deben reinventarse y mejorar su calidad para hacerse más competitivos y costo efectivos si quieren sobrevivir en nuestra economía y en la economía global. Solo mejorando la calidad de servicios y productos; podremos superar las adversidades económicas y lograr brillar en los mercados locales y globales.

@Solus_Lupus_PR