Se acabó el descuento por usar Auto-Expreso

NR – No hay duda, AGP es el peor peor Gobernador que ha sufrido Puerto Rico, peor que Sila, AAV, RHC y Palacios el del Componte.

Se acabó el descuento por usar Auto-Expreso

Por: Rafael R. Díaz Torres
Publicado: 14/07/2013 11:09 pm

Mientras la administración del exgobernador Luis Fortuño impuso el monopolio de un sello de Auto-Expreso por el cual se debía pagar $20 por un crédito de sólo $10 en su adquisición inicial, el actual primer mandatario de la Isla, Alejandro García Padilla, no perdió tiempo en reformular el componente económico de este sistema y ahora creó otra medida “impositiva” por medio de la eliminación del descuento de 5¢ que se obtiene cada vez que se utiliza este dispositivo en los peajes del país.

(Josian Bruno/ Archivo NotiCel)

Esta medida trastoca la justificación que Fortuño intentó darle a la imposición de este sistema de Auto-expreso, el cual ya constituye la única manera de transitar por varios de los peajes de la Isla.

Durante el pasado cuatrienio, el exgobernador defendió el sistema arguyendo que éste ayudaría a agilizar el movimiento en los principales expresos del país. Además, Fortuño promocionó el sello explicando que su uso representaría un ahorro de 5¢ del precio regular del peaje.

Ahora, ese descuento podría eliminarse, luego de que el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) publicara el viernes un documento en el cual anuncian las medidas de recaudo, a implementarse durante el recién iniciado año fiscal.

De concretarse el anuncio del BGF, la medida no implicaría un cambio o “aumento” en la tarifa de los peajes. No obstante, dejaría de existir el ahorro de 5¢, y por ende, se eliminaría uno de los incentivos anunciados dentro de un sistema que te obliga a utilizar el denominado Auto-Expreso.

Según el BGF, la eliminación del descuento traerá recaudos ascendentes a $5 millones.

Esta cantidad aumentaría de $137.1 millones a $142.1 millones los recaudos proyectados para el años fiscal que culmina en el 2014.

“No es un nuevo aumento de peaje. Consiste en la eliminación del descuento del Auto-Expreso, el cual no requiere legislación para su implementación”, explica el documento publicado en inglés por el BGF el pasado 12 de julio.

La eliminación del descuento se une a otras cargas fiscales vinculadas a la transportación, tales como el arbitrio a la gasolina. Asimismo, el anuncio del BGF con respecto al Auto-Expreso surge en el contexto de la falta de diligencia gubernamental para mejorar el transporte público colectivo, así como la incapacidad de eliminar los cráteres que llevan meses sobre el asfalto de importantes vías de rodaje como la PR-1 y la PR-2.

Aumento arbitrio de gasolina delata adicción del gobierno a los carros

Por: Rafael R. Díaz Torres
Publicado: 05/07/2013 07:30 pm

Más allá del efecto adverso que causará al bolsillo del consumidor el sonado arbitrio a la gasolina que entró en vigor tras la firma del nuevo presupuesto para el año fiscal 2013-2014, la medida impositiva deja nuevamente al descubierto el hecho de que el gobierno de Puerto Rico no tiene interés en mejorar el ya deteriorado servicio de transporte público colectivo.

De acuerdo a dos investigadores de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras (UPR-RP), optar por resolver la crisis fiscal recurriendo a nuevos impuestos en el consumo de gasolina no debe interpretarse como una medida sorpresiva.

Los impuestos en este renglón generaron cerca de 169,321,000 al erario público durante el año 2012.

Por ende, la rentabilidad de esos ingresos incidió en propiciar que el gobernador Alejandro García Padilla y sus asesores económicos no titubearan en mirar a la gasolina como un recurso de consumo clave para propósitos de cuadrar el presupuesto.

Después de todo, el gobierno puede darse el lujo de escudarse detrás de la innegable realidad de que el puertorriqueño es dependiente del vehículo privado.

Esta realidad va atada a la falta de un sistema de transporte público eficiente y la carencia de áreas urbanas densamente pobladas que sean capaces de reducir la necesidad de acudir a centros comerciales suburbanos , fragmentados e inaccesibles a través de medios alternos.

“El hecho de que se haya aumentado el impuesto a la gasolina y otros derivados del petróleo, pone nuevamente al descubierto que el gobierno sabe que tiene una gallinita de oro, que se refuerza por el hecho de que el propio gobierno sabe que su sistema de transporte público no funciona”, argumentó el investigador y estudiante de Geografía en la UPR-RP, Luis Ortiz, en entrevista con NotiCel.

“Al gobierno no le conviene que el puertorriqueño haga la transición hacia la transportación colectiva debido a la alta rentabilidad que existe con mantener la dependencia en el vehículo privado”, añadió Ortiz, como parte de la divulgación de los resultados de una investigación académica presentada el pasado mes de abril en la conferencia de la Asociación de Geógrafos Americanos, celebrada en Los Angeles, CA.

Las declaraciones de Ortiz provocan un cuestionamiento de lo planteado recientemente por el diario Primera Hora el pasado martes en torno a la posibilidad de que “los puertorriqueños busquen otras alternativas”.

Si bien existe un precedente de que hubo un aumento en el uso del Tren Urbano (TU) y las guaguas de la Autoridad Metropolitana de Autobuses la última vez que el precio de la gasolina se disparó sobre $1 el barril, las opciones de transporte siguen siendo mínimas para la gran mayoría de las familias puertorriqueñas.

Cabe destacar, que los casi diez años de operación del TU no ha traído el esperado efecto multiplicador en las diferentes áreas urbanas contiguas a las estaciones.

Asimismo, el modelo de transporte integrado se desmorona al tener que esperar extensos períodos por una guagua de conexión que están pautadas a pasar por las diferentes estaciones del TU.

De igual manera, la construcción del Tren Liviano Caguas-San Juan es un gran signo de interrogación, luego de que uno de sus principales asesores y exsecretario de Transportación y Obras Públicas, José Izquierdo, le admitiera recientemente a este medio digital que la promesa de García Padilla de comenzar la construcción de este sistema a finales del 2013, ya no será una realidad.

Para completar el tétrico panorama transportista del país, se mira con nostalgia el tren que décadas atrás recorría toda la Isla.

Este legado de ineficiencia ha provocado que un número cada vez mayor de la ciudadanía en Puerto Rico vea el uso del vehículo privado como el único curso “natural” dentro de la rutina, y ni se planteen la posibilidad de explorar medios alternativos.

De acuerdo al profesor del Departamento de Economía en la UPR-RP, Carlos Rodríguez, el consumidor puertorriqueño se encuentra en un punto de adquirir y utilizar gasolina como parte de una rutina inconsciente.

Como ejemplo, Rodríguez argumenta que existe una relación estadística positiva entre el aumento de salario y el consumo de gasolina.

“Este aumento (en el precio de la gasolina) puede observarse, cuando se analiza el caso de un ciudadano representativo al cual le aumenta su ingreso. A medida que aumenta su ingreso, va consumiendo más gasolina.  Esto se debe a que compran más automóviles, van más de paseo y de compras, entre otras tareas.  A medida que el ciudadano realiza estas actividades, la demanda y oferta de la gasolina aumenta y a la vez el precio de la misma, ya que este bien se convierte en uno de primera necesidad”, expresó Rodríguez en su artículo titulado “Análisis empírico de la función de demanda por gasolina en Puerto Rico (1999-2006)”.

Ante ese panorama, el economista plantea que “el consumidor tiene una rutina en referencia al consumo de gasolina.  Este consumo se convierte en una rutina inconsciente.  Primeramente, el consumidor visita una estación de gasolina en la cual, como primer paso selecciona el tipo de gasolina que desea echar a su vehículo.  Posteriormente, el consumidor paga por el servicio y finalmente se pone en marcha.  Pero, en realidad, no visualiza el por qué el alza en el precio, sus razones y consecuencias, ni indaga en si la gasolina es apropiada para el mejor funcionamiento y rendimiento de su vehículo”.

Con respecto al nuevo arbitrio en la gasolina impuesto por la administración de García Padilla, Rodríguez alertó sobre el peligro de realizar tal medida de recaudo durante un período de recesión económica.

“Un impuesto genera un incremento en el precio del bien. Ese precio del bien se va a traducir en costos adicionales para los consumidores, y principalmente en el renglón de los artículos de primera necesidad, como es el caso de la gasolina en Puerto Rico. Por lo tanto, ese impuesto lo van a pagar las personas que van a necesitar ese bien”, puntualizó Rodríguez, al tiempo que alertaba sobre los posibles escenarios de inflación que surgen cada vez que comienzan medidas impositivas en artículos de primera necesidad.

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