Por la radio un señor que por su voz parecía ser una persona mayor, se quejaba del alza en los precios. La gasolina ya pasó de $1.00 el litro ($4.00 el galón) e hizo una lista larguísima de todo lo que ha aumentado de precio.El buen amigo dió una solución que sonó graciosa. Comprar quinqués, comprar una vaca y sembrar café y verduras en el patio de su casa. Todo lo anterior no está muy lejos de la realidad. Los impuestos son la orden del día, el desempleo es crónico, la criminalidad está fuera de control, los precios por las nubes y la incapacidad de nuestro gobernador y de la mayoría legislativa da vergüenza.

Es altamente preocupante que el señor gobernador no quiere admitir sus claras limitaciones y los legisladores de la mayoría solo se entretienen creando nuevos impuestos y engañándose ellos mismo. Ante la crisis que vivimos, meten la cabeza en la tierra, como el avestruz, que cree que con ello se esconde del peligro. No tiene la capacidad para darse cuenta que deja todo su cuerpo al descubierto. Su escondite, la cabeza en la tierra, es una gran mentira. Pero el avestruz no lo sabe.

Nuestro gobernador pretende ocultar su desastre administrativo con mentiras y una gran cooperación o conspiración de la prensa. Distinto al avestruz él sí sabe que está mintiendo. Lo digo no porque le reconozca la capacidad para discernir entre la verdad y la mentira y si porque estoy convencido que él tiene un grupo de asesores dedicados exclusivamente a generar mentiras. Yo no creo que tenga la capacidad para inventar tantas y diversas mentiras.

Hasta las próximas elecciones consideremos sobrevivir comprando una vaca y sembrando café y verduras.