Esperanza para los adictos en Manatí

Por Gerardo G. Otero Ríos / gerardo.otero@primerahora.com11/18/2013 |

El crecimiento comercial en la Ciudad Metropolitana ha atraído no sólo a empresarios y turistas de todas partes, sino que también ha propiciado el ambiente perfecto para que decenas de personas drogodependientes salgan a las calles manatieñas a pedir dinero para “buscar la cura”. Es habitual ver a estas personas pidiendo dinero cerca de los semáforos de las principales intersecciones de la ciudad. Le preguntamos al alcalde qué está haciendo para lidiar con esta situación y mejorar la imagen de su municipio.

¿Cómo se está atendiendo?

Recientemente, creamos una ordenanza municipal, en unión a diversas agencias estatales de servicios dirigidos a esta población para implementar un programa de ayuda, que incluye la intervención del tribunal, la Policía de Puerto Rico, el Departamento de la Familia y otros componentes individuales, como psicólogos y trabajadores sociales. Todo este equipo va a la calle y conversamos con estas personas para conocer más a fondo su situación, atenderlos directamente, con el fin de poder sacarlos de la calle e ingresarlos a un programa de rehabilitación.

¿Ha dado resultados?

Sí, los resultados han sido excelentes. Hemos salvado a muchos. Hasta el momento hemos podido trabajar con 32 personas, que han sido atendidas y sacadas de la calle. Ha sido un trabajo gratificante.

¿Por qué vemos tantos en su municipio?

Debo señalar que la gran mayoría de los muchachos que se ven en nuestras calles son de otros pueblos, como Ciales, Vega Baja y Barceloneta. La última vez que contabilizamos, de cerca de ochenta personas que estaban en la calle, menos de 30 eran de aquí. Los demás, atraídos por la economía robusta de nuestro pueblo, solamente vienen y están por el día y luego regresan a sus pueblos.

¿Se ha visto afectada la seguridad?

Fíjate, no. Por lo general son personas tranquilas, que lo único que quieren es poder satisfacer su adicción, que es algo que todos sabemos que sin ayuda ellos no pueden controlar esos impulsos. Hasta el momento, la Policía municipal no ha tenido que intervenir con ninguno de esos muchachos. Ninguno de ellos se ha visto envuelto en situaciones de robo o de violencia.

¿Usted coopera con ellos en las luces?

Yo siempre coopero. Su pesetita y su pesito siempre están ahí. (Ríe). Pero, lo más importante es que siempre me aseguro de preguntarle si están listos para recibir nuestra ayuda.