Desde la conquista de América hasta los tiempos de ahora la lucha de los grupos minoritarios por que se le garanticen los iguales derechos y sean tratados dentro de un marco igualitario en la sociedad donde viven puede denominarse como la Historia de la Igualdad. Fue lo que hizo el padre Bartolomé de las Casas con el trato desigual e injusto que recibieron los indios durante la época de la conquista. Fue la lucha de Ramón Emeterio Betances y Segundo Ruiz Belvis, en Puerto Rico, por la abolición de la esclavitud y del presidente Abraham Lincoln cuando la Guerra Civil en los Estados Unidos. Fue la lucha de los negros por erradicar la doctrina de “Separados pero Iguales”, establecida en el caso de Plessy v. Ferguson en 1896, y declarada inconstitucional en el caso de Brown v. Board of Education en 1954 y de lograr un igual trato en los derechos civiles, en toda su dimensión social y jurídica, siendo su líder indiscutible el reverendo Martin Luther King.

En Latinoamérica tenemos el ejemplo de Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz, que ha luchado contra viento y marea por la igualdad, en todos los órdenes, de los indios de su nativa Guatemala y de todo el hemisferio, incluyendo a los nativos americanos, como se le dicen en los Estados Unidos y que también han librado una batalla en lucha incansable por alcanzar la Igualdad. Esa antorcha de la Igualdad la tomaron en el pasado las mujeres buscando el derecho al voto. En Puerto Rico lo lograron en 1929 por un proyecto de ley del senador estadista Manuel García Méndez y en los Estados Unidos ya se les había concedido ese derecho en 1920. En Puerto Rico, por otro lado, la mujer logró avanzar en la figura filosófica, política y jurídica de la Igualdad cuando en 1976 se enmienda el Código Civil para que ambos cónyuges sean los administradores de la sociedad legal de gananciales.

De reciente cuño es la lucha por la igualdad del grupo LGBTT y que recientemente el Tribunal Supremo de los Estados Unidos decidiera en un caso referente al Defense of Marriages Act (DOMA); United States v. Windsor. Actualmente la Igualdad es la política pública de la Nación, como lo dejó establecido Barack Obama en su discurso de toma de posesión.

¿Quién puede oponerse a la Igualdad? La Igualdad es parte de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de la Organización de Naciones Unidas. Fue esa bandera la que levantaron líderes mundiales como Mahatma Gandhi en la India, Benazir Butho en Paquistán y Nelson Mandela en África del Sur, entre otros. Además, es un término cargado más de elementos civiles que políticos, por lo que no causaría relaciones antagónicas como lo pueden generar términos de carácter eminentementes políticos.

En Puerto Rico, algunos grupos independentistas han levantado la bandera de la Igualdad referente a los derechos de los miembros del grupo LGBTT, y algunos de los exponentes de este concepto han criticado también recientes decisiones del Tribunal Supremo de Puerto Rico que solo hizo interpretación y aplicación de la letra y espíritu de la ley en dichos casos.

En Puerto Rico la Igualdad en toda su extensión y dimensión de aplicabilidad colectiva e individual solo recae en la alternativa política de la Estadidad; ésta puede generar una fuerza centrípeda que nos haga crecer y alcanzar en un futuro cercano, las herramientas políticas y jurídicas de rango constitucional, que significan, en realidad y mucho más en los tiempos de ahora, el verdadero trato justo y sentido igualitario que otros grupos, a través de la historia, han logrado conquistar. Esa fue la lucha de José Celso Barbosa: “No solo es patria la tierra donde se nace; nuestras libertades y derechos son patria también,” dijo con dramatismo el líder estadista, teniendo sus palabras actualidad extraordinaria.

El proyecto HR 2000 que presentó el Comisionado Residente Pedro Pierluisi nos lleva en esa dirección. Mediante este proyecto el Congreso acepta el resultado de la votación del 6 de noviembre como solicitud de Estadidad por parte del Pueblo de Puerto Rico y accede a dicha solicitud haciendo una oferta formal de Estadidad por primera vez en la historia. Dicha oferta incluye los términos de la admisión o los términos procesales para completar la admisión de Puerto Rico como estado, que serían aceptados o rechazados por el Pueblo.

Es decir, el proyecto dispone para una votación de ratificación, no para ratificar o repetir el voto en favor de la Estadidad que ya ocurrió en noviembre de 2012, sino una ratificación o aceptación por parte de Puerto Rico de la oferta de Estadidad que hace el Congreso. Y solo eso falta para poder conquistar la Igualdad definitiva.