Aunque en la Policía se sigue un sistema de rango, que según los acuerdos de la llamada reforma deben regirse por el mérito, la experiencia y la preparación académica, en muchos casos los ‘ayudantes especiales’ al hablar a nombre del Superintendente le dan órdenes a la alta oficialidad, no importa el rango y la posición.

La medida de nombrar agentes como ‘ayudantes especiales’ ha caído mal entre la oficialidad, quienes cuestionan los méritos y la preparación de los designados, que de salarios de alrededor de $2 mil cuando eran agentes ahora ganan $5 mil o más al mes.

Durante la incumbencia de Héctor M. Pesquera como superintendente de la Policía, sus ‘ayudantes especiales’, en su mayoría venían de otras agencias en destaque, principalmente de la Oficina de Gerencia y Presupuesto. La mayoría de ellos ha regresado a sus antiguas posiciones y que se sepa quedan dos que estaban en la ‘lista’ de los que serían ‘ejecutados’ en los próximos días, por no ser afines al partido de gobierno.

EL VOCERO reseñó ayer que en la ‘lista’ creada por los ‘comités’, uno en manos de un agente y otro de un teniente, se encuentran un número alto de oficiales que serían asignados a funciones de menor envergadura que la que realizan hoy.

Parte de los motivos en una campaña desarrollada por los ‘comités’ señalando que los coroneles que se planificaba su ejecución realizaban trabajos como si fueran secretarias, llamando por teléfono a sus subalternos para preguntarle cómo iban las cosas.

Desde la semana pasada y a través de comunicaciones en el correo electrónico interno de la Policía, ya se habían adelantado una serie de cambios, como la eliminación de las cuatro Regiones Policíacas y la activación del anterior organigrama en la se creará la superintendencia auxiliar en Operaciones de Campo, la de Investigaciones Criminales y la de Drogas y Vicio.

Algunas de estas posiciones ya tienen nombre y apellido. En el caso de Operaciones de Campo, según las fuentes, figuraba como candidato el coronel Juan Rodríguez. Las mismas fuentes apuntan a que Rodríguez ha estado realizando movimientos para lograr el endoso de La Fortaleza para ocupar el cargo de Superintendente Asociado.

De acuerdo a conocedores, el cargo de Superintendente Asociado es uno que está contemplado en la ley, pero otros puestos como el llamado ‘Chief of Staff’, que ocupa la licenciada Yaritza Carrasquillo, no está en la Ley.

Tuller Cintrón le concedió a Carrasquillo los poderes para hacer traslados y nombramientos. Esa función solamente el Superintendente la podría delegar a su Asociado, según conocedores de la burocracia policial.

La oficialidad también se resiente de las continuas órdenes que reciben del teniente José Luis Montañez, que ocupa el cargo de jefe de la numerosa escolta de Tuller Cintrón.

Ayer trascendió que algunos oficiales que ya anticipan sus traslados, estarían considerando el exponer los mismos a Juan Mattos, designado por el juez federal Gustavo Gelpí como el asesor técnico de cumplimento de los acuerdos para reformar la Policía.

Uno de esos acuerdos obliga a la agencia a no realizar traslados ni movimientos por razones político partidistas.

Mattos es un ente aparte de la Policía y cuando Tuller Cintrón fue designado al cargo respondió a preguntas de EL VOCERO que no lo conocía. La designación de Mattos, para muchos, fue la chispa que provocó la renuncia de Pesquera el pasado noviembre.

Pesquera también había estado reacio a realizar traslados y ascensos por motivaciones político partidistas y así lo expresó públicamente en un sinnúmero de ocasiones.

Tal parece que es cuestión de semanas para que se vean cambios drásticos entre los altos oficiales de la policía. Según el periódico El Vocero tan pronto como el superintendente de la policía, James Tuller Cintrón sea confirmado por el Senado se podrían ver cambios motivados por los comités” de activistas populares en la agencia.

Todo apunta a que una serie de altos oficiales que se identifican con el Partido Nuevo Progresista o que se identificaron con el anterior superintendente Héctor M. Pesquera, serán enviados a puestos de menor relevancia. Según el rotativo todo lo que asocie con el pasado superintendente Héctor Pesquera será “eliminado”. Entre los cambios que se anticipan estaría la eliminación de las cuatro Regiones Policíacas y el regreso al organigrama previo a los cambios que se realizaron en la pasada administración, lo que alegadamente ha provocado una guerra sin cuartel entre altos oficiales para disputarse cargos como el de Jefe de Operaciones de Campo y para la superintendencia auxiliar en Investigaciones Criminales.