En una larga alocución, reproducida en una obligatoria cadena nacional de medios, Maduro recordó que el 2 de febrero de 1999 Chávez tomó posesión del cargo que ganó en las elecciones celebradas dos meses antes y también alertó de que siguen vivos los planes contra el socialismo.
La tarea de «vencer todas las conspiraciones de la derecha» que se mantienen «sin descanso» desde 1999 debe ser cumplida «de manera impecable e implacable», exhortó Maduro a sus seguidores.
Decenas de chavistas se reunieron hoy en el Palacio de Miraflores, la casa presidencial, para el acto conmemorativo de la primera asunción de Chávez como presidente, cargo que ejerció durante 14 años ininterrumpidamente, una conmemoración que antecede a la del primer aniversario de su muerte, el 5 de marzo de 2013.
Por su parte, algunos líderes de la oposición reunidos en asambleas acordaron hoy realizar una «gran marcha» en Caracas el próximo día 12 contra Maduro y otras autoridades del Estado.
Maduro instó a sus seguidores a «aislar a los violentos, neutralizarlos con la ley, derrotarlos políticamente y avanzar hacia la consolidación de la paz. No podemos permitir que nos lleven otra vez a los escenarios violentos de 2002, 2003 y 2004».
En abril de 2002 Chávez fue derrocado por un golpe de Estado cívico militar, pero recuperó el poder a los dos días gracias a una contraofensiva de sus aliados, en lo que fue la crisis más sonada del período, pero «las candelitas» no han cesado, insistió Maduro.
«Candelita que se prende tenemos que apagarla. Si se prende una, apagamos una; si se prenden dos, apagamos dos; si se prende mil, mil apagamos», remarcó.
Maduro subrayó que la Revolución Bolivariana tiene «una conducción colectiva», porque un «gigante» como Chávez es «insustituible» y «el único que puede ocupar su espacio es el pueblo venezolano», «los hijos de Chávez», entre los que se incluyó.
A juicio del presidente venezolano, Chávez «ya no pertenece solo a los revolucionarios, pertenece a toda la patria, a toda nuestra América, a la gente honesta, humana, cristiana, a la gente de bien».
«Uno no deja de impresionarse de la claridad del proyecto histórico que logró construir el comandante Chávez», prosiguió tras deshacerse en elogios sobre un «hombre excepcional, fuera de serie, muy superior a cualquiera de nosotros».
Desde que en 1992 irrumpió en la escena política, entonces como teniente coronel al frente de una intentona golpista, Chávez siempre hizo gala, agregó Maduro, «de una inteligencia única, de una sensibilidad como del más allá».
El presidente propuso que el Gran Polo Patriótico, que congrega a todos los partidos y organizaciones chavistas, haga «una revisión teórica filosófica política de la historia de la Revolución Bolivariana», para «avanzar hacia el socialismo».
Debe ser una reflexión «del camino recorrido, de los compromisos y tareas del presente y del camino por recorrer», sin minimizar «los problemas que tenemos, los errores que cometemos (…), para que la Revolución no se estanque», inquirió.
Maduro alertó sobre disputas internas en el chavismo del pasado y presente, así como del «error al subestimar la maldad y la capacidad de hacer daños de la derecha».
El dirigente del partido opositor Voluntad Popular, Leopoldo López, convocante de la marcha del 12 de febrero junto a la diputada María Corina Machado, pidió hoy «un cambio total y profundo de quienes conducen el Poder Nacional».
«Quedó claro que el problema ya no solo es Maduro; son todas las cabezas de los poderes públicos que han secuestrado el Estado», dijo López, que ha acometido iniciativas al margen de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la alianza que aglutina a casi la totalidad de los partidos adversos al Gobierno.
El principal líder opositor, el excandidato presidencial y gobernador de Miranda, Henrique Capriles, reveló hoy en una entrevista que la MUD ha sometido su liderazgo a un «proceso de revisión» y arremetió contra otros opositores que no identificó.
Algunos de ellos, manifestó Capriles, «se sientan al lado de uno (…), atrás de uno y uno tiene que estar pendiente porque lo que hay no es la palmadita sino el cuchillo para clavártelo».