En los pasados meses, nuestra Ciudad Capital de San Juan se ha convertido, como nunca antes, en foco de actos vandálicos que atentan contra la calidad de vida de todos sus residentes. Solo basta hacer un recorrido por áreas como Santurce, Miramar y Río Piedras para apreciar de primera mano lo que está ocurriendo en las calles, estructuras y edificios de nuestra ciudad. A este vandalismo se suma la falta de mantenimiento urbano por parte de la administración municipal que, con su abandono, agrava esta situación.

El estado actual de nuestro entorno urbano se ha convertido en un ejemplo de lo que James Q. Wilson y George L. Kelling llamaron la “Teoría de las Ventanas Rotas”. Estos científicos sociales establecieron, en términos generales, que si tenemos un edificio con ventanas rotas, falta de iluminación u otros estragos producto del vandalismo–como grafiti destructivo que no constituya arte urbano–y no se repara o se limpia rápidamente, otros vándalos tenderán a causar más daños alrededor del lugar y ese vandalismo continuará propagándose si no se rompe el ciclo rápidamente.

Por los pasados meses, eso es exactamente lo que hemos podido observar alrededor de todo San Juan. La falta de un plan adecuado para el mantenimiento de facilidades y vías públicas, la falta de seguridad y la constante improvisación a todos los niveles administrativos del gobierno municipal, han causado que estas condiciones se propaguen de forma alarmante. Las “ventanas rotas”, el vandalismo gráfico, la acumulación de basura, la maleza sobrecrecida en las vías públicas y la falta de mantenimiento en general se propagan como una plaga por áreas que hace poco tiempo atrás se mantenían limpias y cuidadas. El pasado mes de diciembre, la propia alcaldesa Cruz Soto tuvo que aceptar sobre las vías públicas que “…San Juan no está satisfecho, el país no está satisfecho…”

Esta plaga tiene una solución simple que puede ser ejecutada fácilmente y consta de dos partes. Primero, la elaboración de un Plan de Seguridad que incluya patrullaje preventivo de forma estratégica por parte de nuestra Policía Municipal es esencial. Actualmente se gastan recursos de nuestra fuerza policíaca prestando vigilancia 24 horas a murales en distintos puntos de San Juan. ¿Es esto una prioridad para los sanjuaneros? Estos recursos deberían ser reasignados al patrullaje activo de nuestras calles para así garantizarle la vigilancia a los sectores que diariamente están siendo afectados por el vandalismo.

Segundo, tenemos que incentivar y colaborar en la limpieza de nuestra Ciudad Capital para que los actos vandálicos no continúen ocurriendo. El sector privado y la administración municipal deben colaborar mano a mano para que estas situaciones no pasen de una semana sin atenderse. Reparar ventanas rotas, limpiar o repintar paredes “grafitadas” y mantener las áreas verdes recortadas y las aceras y calles limpias, son solo algunas de las cosas relativamente sencillas que podemos hacer para romper este ciclo tan dañino para nuestra seguridad, nuestra economía y nuestra calidad de vida.

Tristemente, hemos pasado de ser una Ciudad Capital de primera a ser una “Ciudad Rota” de tercera. Meramente ponerle un nombre bonito como “Ciudad Patria” no resuelve el problema que causa el descuido y el abandono. Creo firmemente que para enderezar el rumbo de nuestra Patria, tenemos que comenzar por San Juan. Todos los sanjuaneros queremos que nuestra Ciudad Capital sea una limpia, próspera y segura de manera que sea orgullo para todos en Puerto Rico.

El retomar las calles del abandono, la acumulación de basura y el vandalismo solo requiere la voluntad para elaborar y ejecutar un plan que atienda seria y rápidamente estos problemas. Tenemos los recursos para así hacerlo. Solo hace falta reenfocar prioridades, trabajar arduamente y cumplir con el compromiso contraído con la gente de San Juan.