El gobernador Fortuño, antes de jurar en enero de 2009, se reunió con las Casas Acreditadoras para analizar el crédito de Puerto Rico y estudiar alternativas. Esas reuniones produjeron varias medidas necesarias, controversiales y costosas políticamente. La Ley 7, el contrato del aeropuerto, reducir el gasto del gobierno y dar alivios contributivos.Las Casas Acreditadoras creyeron en el programa económico de Fortuño, se mantuvo una buena acreditación y ya en el 2012 la economía de Puerto Rico tuvo su primer crecimiento en más de 10 años.
Fortuño sabía que salvar el crédito de Puerto Rico era indispensable. Sabía además que las medidas que tenía que tomar le podían costar su re-elección. Él fue valiente, hizo lo correcto, salvo nuestro crédito aunque le costó su re-elección.
Al gobernador García se le advirtió que si cambiaba el plan económico de Fortuño se degradaría el crédito de Puerto Rico. Su primera acción fue pelearse con las Casas Acreditadoras y decirles que si querían mandar en Puerto Rico que se postularan en las elecciones. Aumentó el gasto público y aumentó las contribuciones.
Pasó lo que todos sabían que iba a pasar, degradaron el crédito de Puerto Rico.
Que ha dicho el gobernador que va hacer ante la degradación, «Las medidas se van a tomar en la medida que veamos cuales son las medidas necesarias». Sus palabras me recuerdan a Cantinflas, el cómico mejicano que hablaba sin decir algo que se entendiera.
Tenemos un serio problema que se llama, Alejandro García Padilla.
You must be logged in to post a comment Login