EL VOCERO / Archivo

Puerto Rico, con una deuda que supera los $72,000 millones y con una clasificación de sus principales bonos en el nivel de inversión especulativo, fue el principal “actor” del mercado, tras un año de intensas coberturas mediáticas debido a su crisis fiscal y una recesión prolongada de ocho años.

La información la ofreció Reuters, e indicó que la Isla se ubicó por encima de California, que arribó en segunda posición con una colocación de $1.8 mil millones de bonos.

El regreso del ELA al mercado de bonos estuvo precedido de altas especulaciones  y el gobierno consiguió capturar una mayor atención de los bonistas al momento de traficar la emisión, una gestión defendida para evitar otro descenso en la escalera de las degradaciones por parte de las agencias clasificadoras Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch. El gobierno, con la multimillonaria emisión, consiguió aliviar la liquidez del Banco Gubernamental de Fomento (BGF) por los próximos dos años.

Del total de la transacción, que se consiguió a un alto rendimiento de 8.7% y comprada principalmente por los llamados “hedge funds”, el gobierno informó entonces que $900 millones se destinarían para refinanciar deudas de corto plazo y terminar acuerdos de intercambios de intereses (swaps), y unos $400 millones serían para capitalizar intereses.

Los bonos de Puerto Rico, que han experimentado significativas reducciones en su valor por el pasado año, volvió a reflejar bajas en el mercado secundario al día siguiente del cierre de la emisión. Actualmente, la Asociación para la Reglamentación de la Industria Financiera (FINRA, por sus siglas en inglés) investiga las transacciones realizadas con la emisión del ELA por parte de varias firmas de inversionistas y corredores de valores, por la venta de los bonos en denominaciones menores a los $100,000 establecidos como mínimo en el documento de oferta.