Atrévanse – por: Antonio Quiñones Calderón

 

Atrévanse

Antonio Quiñones Calderón

 

Echando mano de lo que mejor saben hacer -sus ya viejas campañas de miedo-, los estrategas del régimen colonial del ELA, han comenzado a sacar sus viejos y desacreditados libretos de La Democracia y El Batey de los años 1940 para atacar la estadidad. Ya comenzaron los primeros anuncios -seguramente que pagados por los modernos colmillús del algún remozado Club de los 600- y es seguro que, atemorizados por el contundente rechazo a la colonia que se dio en noviembre de 2012, debemos estar a la espera de una virulenta campaña, no a favor del ELA finiquitado, sino en contra de la culminación de la ciudadanía estadounidense con la conversión del actual territorio no incorporado en el Estado 51 de la Unión federal.

En la campaña que nos espera, los cuentos de camino, las falsedades, las medias verdades y la falta de rigor intelectual serán las grandes constantes del libreto general de los estrategas colonialistas. Los escrúpulos y el respeto a la inteligencia del pueblo serán los grandes ausentes. A eso, piensan los estrategas de la colonia más antigua del mundo (la que el pueblo rechazó contundentemente el día de las elecciones pasadas), les da derecho el informe de la Oficina de la Controlaría General de Estados Unidos (GAO, sus siglas en inglés), especialmente cuando lo sacan de contexto.

Es verdad que el informe –por cierto incompleto, según lo acepta el propio director del grupo, al no incluir la totalidad de los beneficios económicos de la estadidad para la clase trabajadora puertorriqueña una vez el actual estatus territorial torne en Estado–, como todo estudio que analiza pros y contras de un mismo ejercicio, permite argumentos encontrados según la óptica del argumentador. Lo que, sin embargo, no autoriza es el falsear sus hallazgos para arribar a acomodadas conclusiones demagógicas e irresponsables.

El balance del informe puede resumirse así: como Estado, los puertorriqueños recibirían millones de dólares adicionales para programas sociales, muy superiores a los que ahora reciben en términos desiguales con sus conciudadanos del resto de la nación (en el caso de Medicaid, por ejemplo, en lugar de los $415 millones que recibieron en 2011, recibirían $1,400 millones, lo que además tendría el efecto de que las arcas del Estado se economizarían entre $150 y $300 millones en la financiación del programa); cerca de siete de cada diez jefes de familia en el Estado de Puerto Rico no tendrían que asumir responsabilidad contributiva federal y como consecuencia del aumento en los fondos federales (que se recibirían en virtud de la ciudadanía estadounidense completa, con sus derechos y deberes, y no mediante la denigrante mano extendida que alienta el ELA colonial), el Estado podría reducir la actual alta carga contributiva insular. Lo anterior, en cuanto a dólares y centavos. Pero hay un aspecto crucial que el estudio no atendió por no estar entre sus encomiendas: el de los derechos políticos que garantiza la estadidad, incluyendo una representación de al menos siete congresistas en la Cámara de Representantes federal y dos senadores del Estado. Derecho político que ahora no tenemos, a cambio ¿de qué? A cambio de unas ventajas contributivas que ya han perdido validez. Y ahí está la madre del cordero del ELA derrotado en el plebiscito de 2012: su fórmula política de ponerle precio a los derechos políticos y reducir la participación de los ciudadanos a una nación a un mero ejercicio de dólares y centavos.

Desde luego que hay quienes están dispuestos a vender sus derechos políticos. Pero habla muy bien del pueblo de Puerto Rico que sea esa una especie en evidente extinción. Sé a dónde la abrumadora mayoría de los ciudadanos estadounidenses puertorriqueños mandarían a quienes les hicieran la propuesta de vender sus derechos políticos a cambio de unos dólares y unos centavos de más.

Por lo demás, ya estamos escuchando el repetido sonsonete de que aún cuando en la propuesta consulta de “estadidad sí o no” la estadidad repitiera su contundente triunfo de 2012, el Congreso jamás la otorgaría. Una sola línea me resta: aprueben la consulta; atrévanse.

El no solucionar el status de la Isla impide resolver problemas económicos

Por: NotiUno 09 de Abril de 2014 Gobierno y PolíticaNoticiasPuerto RicoÚltimo Minuto
El no solucionar el status de la Isla impide resolver problemas económicos

(Redacción)- El exsecretario de Estado, Kenneth McClintock, quien se estrena como cabildero de un grupo pro estadidad en Washington dijo “En Caliente con la Jovet”  que la falta de solución al problema del estatus de la Isla abona a que no se puedan resolver de forma mas rápida los problemas económicos de Puerto Rico.

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