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El fiscal federal Peter Koski expresó esta tarde que no había evidencia suficiente para demostrar que alguien de la defensa del exsenador Héctor Martínez y el empresario Juan Bravo violó la orden protectora que prohibía divulgar los documentos del descubrimiento de prueba en el caso de esos convictos.

«Obviamente, esto era un documento bien sensitivo y es bien frustante y decepcionante para el Gobierno ver que se filtra o se entrega a personas no autorizadas. Esto dificulta las investigaciones. El pueblo de Puerto Rico es la verdadera víctima de la filtración de este documento», expresó el fiscal Koski.

Koski, fiscal de la División de Integridad Pública del Departamento de Justicia en Washington, hizo las declaraciones luego de interrogar a seis personas, en la sala del juez federal Francisco Besosa, en torno a la filtración de un documento confidencial del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) que era parte del descubrimiento de prueba en el caso de Martínez y Bravo.

Koski solicitó que el grupo de la defensa tome medidas cautelares adicionales para evitar que vuelva a filtrarse algún documento confidencial.

El documento confidencial contiene información de un interrogatorio del FBI al convicto exsenador Jorge de Castro Font.

Por su parte, la licenciada Sonia Torres, representante legal de Martínez, destacó que siempre existió la premisa incorrecta de que la filtración del documento surgió de la defensa, cuando el Gobierno y personal que trabaja para el Gobierno tenía acceso igual al documento.

Previo a estas declaraciones de Koski y Torres, había testificado en la sala de Besosa el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, quien en mayo pasado divulgó el documento en el hemiciclo del Senado. El senador declaró que obtuvo el documento del parabrisas de un auto suyo que estaba estacionado en la oficina de campaña electoral ubicada en la calle Carazo #55, en Guaynabo.

«Lo dejaron en el parabrisas», expresó Rivera Schatz. Indicó que sucedió días antes de su alocución en el hemiciclo.

Declaró que en el estacionamiento hay un rótulo que dice licenciado Rivera Schatz como indicador de que ese espacio es para su auto. Dijo que el estacionamiento queda en la parte de atrás del edificio.

A preguntas de Koski, Rivera Schatz señaló que «tengo alrededor de 25 autos, sin contar los de campaña que a veces los uso. Uso tres o cuatro de ellos». Añadió que los mantiene en su casa, «Tengo un hangar que mide 60 X 40, y en casa de mi papá y en casa de mi tío», apuntó Rivera Schatz, quien testificó en español en la sala de Besosa.

Preguntado si tiene chofer, Rivera Schatz dijo que sí. Pero dijo que el día que encontró el documento en el parabrisas él mismo estaba guiando el auto.

Koski le preguntó si conocía a una persona de nombre Ramón Morales. «Sí, es uno de los miembros de mi escolta», respondió Rivera Schatz. A preguntas, dijo que Morales pocas veces le sirve de chofer porque «a veces está en el segundo vehículo de la escolta».

Koski preguntó a Rivera Schatz si viaja en auto con personal de seguridad. «Con alguna regularidad», contestó Rivera Schatz. «Las gestiones que hago por el día las hago con ellos», respondió.

Rivera Schatz indicó que en la oficina de Guaynabo entra y sale mucha gente. Apuntó que el día que encontró el documento «‘yo fui a buscar la correspondencia. Debió ser en horas de la tarde. Lo saqué y lo puse en el asiento y me fui. No lo leí porque en muchas ocasiones nos dejan documentos, las facturas de agua y luz, resumés de personas que quieren que les demos trabajo». Agregó que leyó el documento en su casa.

El senador declaró que no le había entregado el documento a nadie.

La Fiscalía mostró fotos del estacionamiento de la oficina de Rivera Schatz en Guaynabo y le preguntó si reconocía el estacionamiento. Las fotos mostraban parte del estacionamiento, rodeado por una verja alta de tubos y una cámara de seguridad que miraba hacia el estacionamiento.

«No lo distingo», respondió Rivera Schatz sobre la foto del estacionamiento.

Luego reconoció las fotos del frente edificio.

«Ahora que veo las fotos del edificio no descarto que hayan sido ustedes quienes me pusieron el documento», declaró Rivera Schatz.

Koski le preguntó si él podía devolver el documento. El abogado de Rivera Schatz, Luis Berríos Amadeo, entregó el documento al agente del FBI, Rubén Marchand, quien lo tomó con una servilleta.

Previamente, el abogado Richard Roark Annunziato, otra de las personas citadas a la sala de Besosa, dijo que estaba como traductor en el equipo de defensa de Martínez y que no podía decir que vio el expediente de De Castro Font.

Respondió en la negativa cuando se le preguntó si tomó documentos, si había sacado copia o tenía llave de la habitación en la que guardaban los expedientes del caso.

¿Proveyó a Rivera Schatz el documento», le preguntó Koski. «Nunca», respondió Roark Annunziato.

¿Pero no proveyó una declaración jurada, como lo hizo el resto del equipo de defensa, verdad?», le preguntó Koski. «No, porque nunca me lo pidieron», contestó el abogado.

El fiscal Koski interrogó esta mañana al periodista radial Luis Penchi, el detective privado José Freyre Fraticelli y el portavoz de la mayoría novoprogresista en el Senado, Roberto Arango.

Previo al inicio de los interrogatorios, el fiscal Koski solicitó al juez Besosa que ordenara a los abogados de la defensa del exsenador Martínez y del empresario Bravo que mencionaran los nombres de las personas que formaron parte de su equipo de trabajo, a las personas que tuvieron acceso al documento confidencial y si el presidente del Senado o cualquiera de las personas citadas a la vista de hoy tuvieron acceso al cuarto del hotel en que la defensa guardaban la evidencia del caso contra Martínez y Bravo.

En la vista surgió que tanto Rivera Schatz como Roark Annunziato, fueron al hotel y que Roark Annunziato estuvo varias veces acompañando a Martínez mientras servía de intérprete al abogado principal de Martínez, Awe Lowell.

«Roark estuvo en ese cuarto. No creo que (el licenciado) Edgar Vega tuvo acceso. Creo que Thomas Rivera Schatz llegó al hotel alguna vez a decir ‘hola’ y una vez al cuarto», declaró Lowell en corte abierta.

El primer citado que fue interrogado fue el periodista Penchi, quien habló sobre una entrevista que hizo al detective Freyre Fraticelli el pasado 17 de mayo. Declaró que no tuvo el documento confidencial en su mano, que no preguntó la procedencia del mismo y que se discutió el documento luego de que Freyre Fraticelli se comunicara con él y le dijera que tenía información relevante acerca de las declaraciones del convicto exrepresentante Jorge de Castro Font al FBI.

Por su parte, el detective Freyre Fraticelli indicó que obtuvo el documento por una fuente anónima que se lo dejó en el buzón del correo, frente a su casa. Según el detective, el documento confidencial del FBI estaba enrollado con una goma, tenía más de 10 páginas y en la parte superior leía «FBI No Clasificado».

Freyre Fraticelli señaló que nunca dio ni enseñó el documento a nadie, excepto a los dos abogados que lo acompañan en la vista de hoy. Indicó, en respuesta al fiscal Koski, que no le dio el documento a Rivera Schatz.

«El que diga eso está mintiendo», dijo Freyre Fraticelli.

«Eso es lo que vamos a averiguar», indicó el juez Besosa.

Besosa ordenó al detective que entregue el documento al FBI hoy.

En tanto, el senador Arango indicó que durante un caucus de los senadores novoprogresistas – celebrado el 23 de mayo pasado – vio el documento del FBI en manos de Rivera Schatz. Dijo que el documento era de varias páginas y tenía varias áreas sombreadas en negro.

Arango indicó que nunca le preguntó a Rivera Schatz dónde obtuvo el documento.

A preguntas del fiscal Koski, Arango mencionó que usualmente el presidente del Senado viaja en carro con chofer.

«El chofer usualmente está en el carro cuando nosotros llegamos», declaró Arango. Koski preguntó si el chofer camina con Rivera Schatz hacia el carro o el chofer busca el carro primero. «El chofer usualmente está en el carro cuando nosotros llegamos», dijo Arango en relación a las veces que ha viajado en carro con Rivera Schatz.

En una declaración jurada ante el Tribunal Federal, Rivera Schatz indicó que una persona anónima le había dejado el documento en el parabrisas de un auto que tenía estacionado en una oficina suya en Guaynabo.