La catástrofe del éxito – El Nuevo Día

{El Nuevo Día está poco a poco cambiando para mejorar. Ejemplo es esta columna. Todavía hace falta sea balanceado y sea informativo, no propaganda 20 a 1 Colonialista/Chavista Anti-USA.}
21 de junio de 2014

La catástrofe del éxito

Hace muchos años, el dramaturgo Tennessee Williams escribió un breve ensayo en el que hacía referencia al resonante éxito obtenido por su drama “The Glass Menagerie”. Rememorado lo que significó para él aquel éxito súbito y espectacular considerando las consecuencias y las secuelas provocadas en su vida, Williams lo equiparó con una catástrofe.

Williams expresaba cómo el éxito nubló muchos aspectos de su apreciación por la vida y los amigos, por lo que prácticamente se quedó solo en medio de la opulencia y fama recién adquiridas. La experiencia de Williams ejemplifica lo que le ocurre a la ciudadanía con determinados éxitos resonantes. Es lo que sucede cuando se procura a toda costa lograr una meta por pura codicia, sin consideraciones morales, ni éticas, ni de ninguna otra índole y sin escatimar los recursos para alcanzarlo. Esa catástrofe es el resultado del éxito obtenido maquiavélicamente.

Lo unico que heredo Albi de don Luis A. Ferre fue su apellido.

D0n Luis A.  Ferré era el propietario de El Día, lo que al traerlo a San Juan le cambiaron el nombre y después de Carlos Cataneda su filosofía.

Ésos son esquemas mentales maquiavélicos típicos del discurso y la maquinación políticos y propia de dicha cultura, que tantas consideraciones negativas han generado, y que nos deja maltrechos tras cada éxito de nuestras clases políticas.

Éstas mismas sufren de esta patología. En el esfuerzo por alcanzar la cima del poder político, el control de los presupuestos, de los puestos de trabajo y los contratos no se escatima en utilizar cualquier estrategia. Nuestro sistema es el ejemplo ideal de lo que es el clientelismo, tan común en nuestros países de Latinoamérica.

Se vilipendia y ofende, en el más clásico estilo ad hominen, no sólo al adversario, sino a sus familias. Se ridiculiza no sólo a los actores, sino a sus allegados. Se recurre a patrones y actuaciones típicamente tribales, en donde, en el afán de demonización del adversario, se emplean artimañas no sólo para destruir su imagen, sino su alma, su reputación y su buen nombre.

En ese mismo afán electorero, se tratan de politizar asuntos de estado y de la buena marcha de la cosa pública que no deberían ser estrictamente de índole partidista, sino que debían ser preocupaciones ciudadanas en donde las soluciones valiesen por lo que significan y no por el programa de gobierno de partido que las propusiera. Que valieran por su aportación genuina al bienestar general.

Sin embargo, se simplifica todo como si cualquier solución fuera mágica, sin olvidar que Hitler era admirado por Goebbels porque le atribuía ser el “gran simplificador”. Se promete la Luna y traer el paraíso a la Tierra, cuando todos sabemos que toda promesa de paraíso terrenal de las clases políticas termina con la creación de una existencia infernal.

Finalmente, luego de promesas, ataques, simplificaciones y demonizaciones se alcanza la cima del éxito. Entonces es el momento de las excusas, del “llegamos ahora”, del desconocimiento, de la improvisación, de los silencios, de la falta de transparencia; en fin, todo lo que era objeto de crítica se adopta de manera incondicional y descarada.

Con el tiempo, la promesa termina convirtiéndose en algo irreconocible para los que confiaron en ellos, con lo cual acaban por asemejarse con el adversario y con lo que combaten, como en una fábula orwelliana. Al final, se hallan frente al abismo infranqueable, insuperable de continuar.

Como Sísifo, vuelven a llevar la roca a la cima para que, por su peso y mediante la fuerza de la gravedad, vuelva a caer cuesta abajo inútilmente, superando las fuerzas del que la empujaba hacia arriba. Y también como en el caso de Sísifo, esa patética levedad de las clases políticas constituye un espectáculo trágico que debería impulsar el nacimiento de una nueva ética.

Lo verdaderamente trágico de todo esto es que los éxitos de esa clase son nuestra catástrofe, mientras nuestra vida, tanto individual como colectiva, continúa como siempre, inmersa en la monotonía del caos.

Para trabajar por la Estadidad: https://estado51prusa.com Seminarios-pnp.com https://twitter.com/EstadoPRUSA https://www.facebook.com/EstadoPRUSA/

You must be logged in to post a comment Login

Para trabajar por la Estadidad: https://estado51prusa.com Seminarios-pnp.com https://twitter.com/EstadoPRUSA https://www.facebook.com/EstadoPRUSA/
Para trabajar por la Estadidad: https://estado51prusa.com Seminarios-pnp.com https://twitter.com/EstadoPRUSA https://www.facebook.com/EstadoPRUSA/