El ELA colapsó. Su modelo económico quebró porque las circunstancias en el mundo cambiaron. Los pilares de su desarrollo se desmoronaron. Llevamos más de una década sin desarrollo económico. Los economistas llaman a la pasada década, la década perdida.
Las más recientes estadísticas señalan que en el pasado mes de abril, el número de personas empleados cayó por debajo del millón -por primera vez en 22 años- y la tasa de participación laboral alcanzó un nivel mínimo de 39.9%, la más baja en 40 años. Bajo el presente estatus, en un mundo competitivo, en lugar de progresar, hemos retrocedido varias décadas.
Cuando la presente administración del país advino al poder encontró una economía, que por primera vez desde el comienzo de la recesión en el 2006 había experimentado un frágil crecimiento positivo producto de una inyección de fondos ARRA y de las políticas de sana administración fiscal de Fortuño. Pero desde el mismo instante en que la administración de AGP comenzó con sus nefastas políticas impositivas, sin control de gastos, ese pequeño crecimiento se vino al piso como lo demuestra el índice de actividad económica que ha caído a niveles negativos sin freno, hasta el presente.
Todos los presidentes de los Estados Unidos, desde Bill Clinton en adelante han señalado que es necesario resolver de forma permanente el asunto del status por ser fundamental para nuestro desarrollo económico y social. Así se señala en la página 36 del informe de la Casa Blanca de marzo de 2011:
“Al mismo tiempo, el Grupo de Trabajo reconoce que la cuestión del estatus y la economía están estrechamente vinculadas…. la identificación de la manera más eficaz de contribuir a la economía de Puerto Rico depende de la resolución de la fundamental cuestión del estatus.
En resumen, el bienestar económico a largo plazo de Puerto Rico mejoraría considerablemente con una pronta decisión sobre el asunto del estatus”.
El programa del Partido Demócrata Nacional igualmente señala: “El estatus político de Puerto Rico permanece como un asunto de extrema importancia, pero la falta de una resolución respecto al estatus ha mantenido a la isla atrasada”.
Los defensores del ELA actual, de forma engañosa nos dicen que solo es cuestión de hacerle unas mejoras al presente estatus (ELA Mejorado) y asunto resuelto. Pretenden que ignoremos lo que todos los presidentes de la Nación, el Departamento de Justicia Federal y los influyentes senadores Wyden y Murkowski han señalado categóricamente: “ELA Mejorado ha sido rechazado por los Estados Unidos por ser inconsistente con la constitución.” Estos han añadido que en cualquier consulta plebiscitaria que se pretenda llevar a cabo “no se debe considerar la opción de Estado Libre Asociado Mejorado pues confunde el debate y socava los esfuerzos para resolver este asunto tan importante para Puerto Rico y los Estados Unidos”.
Dentro del PPD, los “soberanistas/socialistas” -independentistas buscones que allí mandan – no están de acuerdo con el ELA actual colonial ni con el mejorado. Estos abogan por la libre asociación. Por miedo a llamarla como lo que es, un tipo de independencia- tratando de engañar al pueblo- le llaman ELA soberano o ELA fuera de la cláusula territorial y algunos hasta alegan que la libre asociación es una variante del ELA.
Cito de la página 27 del informe de Casa Blanca: “La libre asociación es un tipo de independencia. Los pactos de este tipo se basan en la soberanía nacional de cada país…”.
“La libre asociación produciría un Puerto Rico independiente con una estrecha relación con Estados Unidos, similar en estatus a la de la República de las Islas Marshall, los Estados Federados de Micronesia y la República de Palao…Los ciudadanos pueden trabajar y asistir a instituciones educativas en Estados Unidos, pero no son ciudadanosestadounidenses”.
La solución permanente para el problema del actual colapso económico/fiscal y social radica en resolver el estatus. Y las opciones son estadidad o independencia. ¡Basta ya de engaños!
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