En su momento se conoció como “La Gran Guerra”, un sangriento conflicto en el que un puñado de países europeos se enfrentaron por el poder político de la zona. Pero a lo largo de cuatro años, la guerra cruzó océanos, naciones se unieron y salieron del conflicto y, al final, se establecieron las bases para lo que serían los conflictos bélicos de ahí en adelante.
Aunque se desarrolló a miles de millas de distancia de Puerto Rico, ni siquiera esta pequeña isla en el mar Caribe se libró del impacto de lo que se convertiría en la Primera Guerra Mundial. Miles de puertorriqueños fueron entrenados para partir allende los mares y lanzarse a las trincheras.
“Hay quienes dicen que el siglo 19 llegó hasta 1914. Hay un antes y un después de la Primera Guerra Mundial”, comentó la historiadora Silvia Álvarez Curbelo, quien actualmente investiga los impactos de los conflictos bélicos del siglo 20.
Aunque la guerra estalló en 1914, Estados Unidos -y por ende, Puerto Rico- no se unió hasta 1917. A raíz de esta entrada tardía al conflicto, los regimientos puertorriqueños que fueron entrenados en el campamentos Las Casas, en la actual zona de Villa Palmeras en San Juan, nunca llegaron a la zona de combate, pues el armisticio se firmó antes de que estuvieran listos, indicó el general Luis G. González Vale, historiador y exayudante general de la Guardia Nacional.
“Había tres regimientos puertorriqueños listos para salir para Europa que no salieron nunca. El Regimiento de Puerto Rico, que luego se convirtió en el 65 de Infantería, fue destacado en Panamá para proteger el recién inaugurado canal de Panamá”, señaló González Vale, quien desde 1997 ostenta el título de historiador oficial de Puerto Rico.
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Sin embargo, estos no fueron los primeros puertorriqueños en interesarse por luchar en la guerra, pues hubo soldados boricuas luchando en las filas del Ejército francés desde antes, señaló Álvarez Curbelo.
“Muchos eran de origen francés o corsos que se fueron a pelear en Europa”, aseguró la historiadora.
Compleja lucha de poder
La historia del mundo cambió el 28 de julio de 1914, día en que se declaró la guerra entre el antiguo Imperio Austrohúngaro y Serbia. Un mes antes, el heredero al trono del Imperio Austrohúngaro, el archiduque Franz Ferdinand, había sido asesinado en Sarajevo, capital de la entonces provincia de Bosnia, junto a su esposa por un joven que pertenecía a una organización nacionalista serbia. El imperio culpó al gobierno de Serbia y las tácticas diplomáticas entre ambos países no funcionaron. Tras esa primera declaración de guerra se activó un puñado de tratados entre naciones que obligaron a potencias como Inglaterra, Francia, Rusia y Alemania a unirse al conflicto en poco más de una semana, explicó el general González Vale.
“Había una serie de tratados entre las naciones que establecían que si una nación en particular era atacada, la otra nación iba a apoyarla en defender sus intereses. Por esa razón Inglaterra interviene del lado de Francia tan pronto inicia la guerra entre los franceses y los alemanes”, expresó González Vale, quien fuera ayudante general de la Guardia Nacional en la década de 1980.
La lucha armada se regó rápidamente por Europa. De un lado estaban los aliados o la llamada Triple Entente, compuesta por Francia, Inglaterra y el Imperio Ruso. Por el otro lado, la llamada Triple Alianza compuesta por Alemania y el Imperio Austrohúngaro. Eventualmente, países como Italia, Estados Unidos y Japón se unieron a la Entente, mientras Bulgaria y el Impero Otomano pelearon del lado de la Alianza.
“Fue una guerra bien cruenta porque fue una guerra de trincheras. Miles de hombres murieron en el campo. Se usaron gases de un lado y del otro que provocaron muchas muertes y que causaron enfermedades, gente que después quedó afectada”, expresó González Vale.
Estados Unidos se unió a la guerra tres años después que inició, en 1917, impulsado en parte por el hundimiento de la embarcación Lusitania en mayo de 1915 a manos de un submarino alemán. Lusitania era un transatlántico de lujo para pasajeros que viajaba entre Nueva York e Inglaterra, pero además transportaba municiones para los británicos. En el hundimiento fallecieron cerca de 1,200 pasajeros, entre ellos más de 200 ciudadanos estadounidenses.
Efectos locales
Con la entrada de Estados Unidos en la guerra, en todo el territorio se activó la Ley de Servicio Selectivo, la cual aplicó a Puerto Rico bajo órdenes del entonces gobernador Arthur Yager, señaló González Vale. Más de 200,000 puertorriqueños se alistaron en la milicia, aunque un número mucho menor fue reclutado, indicó el historiador.
Además de los entrenamientos para los soldados, el Ejército estableció campamentos para comisionar oficiales puertorriqueños, uno de los cuales fue Pedro Albizu Campos, recordó González Vale.
Más allá de sus efectos políticos y militares, la Primera Guerra Mundial tuvo un impacto en todos los quehaceres cotidianos, como la música y hasta la moda, apuntó Álvarez Curbelo. Asimismo, tras el fin del conflicto, la destrucción en Europa y los cambios políticos con los países que desaparecieron y los que fueron creados provocaron una oportunidad económica para este lado del Atlántico.
“A partir de la guerra aquí se fortalece el latifundio azucarero. Toda la producción azucarera en Europa, que era a base de remolacha, quedó destrozada y en las zonas donde se cultivaba caña de azúcar, incluyendo Puerto Rico, se dio mucha más inversión”, comentó la historiadora.
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