El exgobernador Carlos Romero Barceló aseguró que la crisis económica de Puerto Rico no se debe a la eliminación de la sección 936 del Código de Rentas Internas estadounidense sino a los altos costos operacionales de las empresas en la Isla.

Esta afirmación contrasta con la opinión de economistas e industriales que aseguran que estos beneficios contributivos, lo que hacían era contrarrestar precisamente esos altos costos operacionales de las fábricas acogidas a las 936 en la Isla. La legislación federal que terminó con estos beneficios fue aprobada en el 1996 por el entonces presidente Bill Clinton. Romero Barceló era comisionado residente en Washington para esa época y apoyaba la eliminación de la 936 a cambio de beneficios a base de los empleos que crearan las manufactureras. Los incentivos industriales terminaron de darse en el 2006, año en que empezó la actual depresión económica.

Romero Barceló alegó que las industrias acogidas a ese beneficio eran una barrera para la estadidad, además de que tenían el efecto de aumentar las tasas de interés en los préstamos comerciales y de individuos, porque los depósitos de esas empresas lo que motivaba era la inversión en proyectos de corto plazo en los mercados de valores.

No obstante, datos de la Asociación de Bancos proponen, por ejemplo, que de los $18,066 millones de las fábricas invertidos en el 1995 en la banca local, solo el 13% iba a inversiones en los mercados de valores.

Sin embargo, Romero Barceló dijo que “la 936 era algo ficticio… Yo siempre abogué por que el crédito de estas compañías fuera por la nómina que tuvieran… Era injusto darle tantos incentivos a los ricos mientras se apretaba a la clase media”.

La 936 y su antecesora sección 931 del Código de Rentas Internas estadounidense, eran parte fundamental del paquete de incentivos industriales que se ofrecía para que manufactureras se establecieran en la Isla. Los incentivos compensaban por los altos costos de producción en Puerto Rico. Todo comenzó con el proyecto Manos a la Obra, que buscaba sacar al país de la pobreza extrema a través de la industrialización. Para ese entonces la clase media era muy reducida.

Manejo del presupuesto y la deuda por Romero

Romero Barceló argumentó que recibió de su antecesor, Rafael Hernández Colón, deficiencias presupuestarias que rondaban los $350 millones. Este déficit no se percibía en la contabilidad del gobierno porque, según dijo, estaba disfrazado de un préstamo al fondo de retiro de los empleados del Estado Libre Asociado.

“Yo tuve que cubrir ese déficit y manejar una deuda que era el 70% del Producto (Nacional) Bruto (PNB)”, dijo Romero Barceló.

Entre las iniciativas que tomó se encontraba una reducción del 10% del presupuesto de las agencias del gobierno y las corporaciones. Del mismo modo, limitó la emisión de nueva deuda de modo que bajara paulatinamente la relación entre el PNB y el monto de la deuda consolidada. Su meta era llevar ese porcentaje a 60%.

“Nosotros en esos años terminamos con la Corporación Azucarera que era un barril sin fondo y cerramos varias centrales. No pudimos vencer las Navieras ni la Telefónica porque las ofertas eran muy bajas”, dijo el exgobernador.

Nota de la editora:

El Nuevo Día, WAPA-TV y Radio Isla se unieron en este proyecto periodístico que explica la evolución en las políticas públicas que llevaron al gobierno de Puerto Rico a los actuales niveles de endeudamiento y al estancamiento de la economía.

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