La nueva ola de puertorriqueños que abandona la Isla para buscar trabajo en los Estados Unidos u otros países propicia que cada vez más ancianos queden sin una red de apoyo de familiares cercanos que suele ser fundamental para ese segmento poblacional.

La apreciación fue hecha por la licenciada Vanesa Pintado, directiva de la Administración de Familias y Niños (Adfan), al reflexionar sobre situaciones en las que un anciano sin supervisión periódica de un familiar directo puede estar expuesto al maltrato por parte de particulares con quienes establecen relaciones de colaboración.

“Hay mucha población que se va del País a trabajar y a estudiar, pero los padres se aferran a quedarse en sus casas” pues no están inclinados a reubicarse, observó Pintado al reaccionar al caso de una anciana que fue mantenida en cautiverio por un hombre al que le brindó su confianza, pero según la Policía, terminó apropiándose de su dinero y dejándola en condiciones infrahumanas.

El suceso se descubrió este fin de semana, cuando la hija de la anciana llegó a Puerto Rico procedente de Estados Unidos. La mujer hizo el viaje después que perdió contacto telefónico con su progenitora y se preocupó por su bienestar. Cuando llegó a la casa de la octogenaria la encontró en cautiverio, deshidratada y en condiciones de higiene deplorables, de acuerdo a informes provistos por las autoridades el sábado.

La licenciada Pintado indicó a este medio que la Adfan está abierta a colaborar con la Policía y el Departamento de Justicia en el caso de Toa Baja, pero destacó que ya la hija de la perjudicada se ha hecho cargo de la situación.

Mientras sugirió a los hijos, nietos u otros familiares de ancianos que mantengan cautela en caso de encomendar el cuido de sus padres a terceros particulares, aunque consideró que esa opción no es lo más recomendable.

Pintado recomendó que si los hijos se han marchado del país o no están cerca para mantener una supervisión periódica directa de sus padres ancianos procuren tener un supervisor de la persona responsable del cuido.

En entrevista telefónica indicó que una forma de conocer si alguien está apropiándose del dinero o beneficios de su padre o madre ancianos es verificando sus cuentas bancarias, fijándose en el uso de tarjetas de débito porque si se descubren retiros sustanciales u otros movimientos cuestionables es preciso tomar acciones preventivas.

“Cuando un anciano se siente solo, cualquiera puede llenar el vacío”, afirmó al referirse al riesgo de que entablen alguna relación con un timador u otra persona inescrupulosa que termine explotándolo o propiciándole condiciones de alto riesgo.

Otra alternativa, según indicó Pintado, puede ser ubicarlos en un centro de cuido con licencias de operación al día y con personal competente para atender a personas de edad avanzada.

Explicó que además de verificar que estas instalaciones tengan sus licencias, es importante visitar el lugar en más de una ocasión, conocer qué preparación tiene el personal a cargo de atender los ancianos y también observar los internos e incluso hablar con ellos sobre cómo se sienten en ese lugar.

La titular de Adfan sostuvo que para escoger un buen centro de cuido de ancianos se debe conocer el menú que preparan, las actividades que le garantizan, más allá de servicios médicos, todo antes de firmar algún contrato para ubicar a su familiar.

Si ya tiene un familiar en estos centros, Pintado recomendó que los hijos, nietos u otros allegados realicen visitas sorpresas. Se refirió a que rompan los patrones de visitas a su familiar y que al acudir a las instalaciones procuren pasar a la cocina u otras áreas para inspeccionar bien el lugar. “Si les restringen la visita ya hay razón de sospecha”, subrayó Pintado.