Dice Fernando Savater que ya no debemos hablar de izquierda ni de derecha. Lo correcto debería ser, según el filósofo español, hablar de conservadores y reaccionarios. Los tiempos donde había dos antípodas ideológicas son cosa del pasado. En Puerto Rico la izquierda se ha transformado hasta convertirse en un sector vocal en los medios, pero netamente reaccionario. De baluarte del socialismo en la década del sesenta, defensora de los trabajadores en los setenta hasta subsidiaria política y electoral del PPD a partir de las elecciones de 1980.

La izquierda se presenta como izquierda, pero su comportamiento es lo contrario. Explicativo de este fenómeno lo es el excelente texto del profesor Carlos Pabón, ‘Polémicas: política, intelectuales, violencia’. De reciente publicación el libro es lectura obligada. Es un texto temático dividido en partes y éstas divididas en capítulos. Cada parte tiene su tema. La primera aborda la política analizando a la izquierda y la función de las alianzas. La segunda parte trata la función de los intelectuales en Puerto Rico y su influencia en la sociedad y opinión pública. La tercera la función de la Universidad y el impacto de las huelgas en dicha institución, y la violencia a nivel local y mundial la última parte.

Referente a la izquierda, el autor hace un ejercicio de radiografía preciso donde podemos ver como este sector político ha devenido en un movimiento totalmente distinto a lo que fue en sus orígenes, y afirma, sin ambages, que ese discurso político ha fracasado estrepitosamente.
Fue a partir del año 1978 cuando el PSP, liderado por Juan Mari Bras, hace un viraje hacia el ‘melonismo’ apoyando la resolución que impulsó Rafael Hernández Colón en la ONU. Este apoyo cristalizó en las elecciones de 1980 donde se evidenció una alianza antiestadista que ha durado hasta el sol de hoy. Según el autor: “El viraje hacia el ‘melonismo’, es decir el neonacionalismo antiamericano, implicó el abandono del socialismo y de la clase trabajadora y la vuelta al discurso culturalista de defensa o afirmación de la nacionalidad puertorriqueña.”
Para el autor, la izquierda puertorriqueña llegó tarde, “cuando este movimiento estaba en crisis política y teórica en Europa. Los acontecimientos de París y Praga en 1968 pusieron en evidencia, tanto los límites del reformismo capitalista como de su supuesta alternativa socialista.” En Puerto Rico siguió su discurso y recibiendo apoyo de la, ya entonces desacreditada, revolución cubana.

Carlos Pabón es bien crítico de la falta de entendimiento de la izquierda sobre los cambios socio-políticos en Puerto Rico producto de su relación con los Estados Unidos: “Uno de estos fue que el movimiento político que realmente estaba en crecimiento y expansión era el llamado ‘anexionismo’. Fue este movimiento el que mejor articuló políticamente las transformaciones socio-económicas de Puerto Rico después de 1952”.

Sobre la preservación de la identidad cultural y el desarrollo económico, éstos se lograron sin tener Puerto Rico un estado nacional. Lo que abona a la tesis de que la izquierda fue un fracaso y la independencia algo utópico. Para el autor, la independencia o soberanía, “es una salida conservadora o incluso reaccionaria a la difícil situación por la que atraviesa Puerto Rico”. En cada elección general y plebiscito estas palabras de Carlos Pabón han sido comprobadas como dogma del Pueblo.

Mario Ramos Méndez

Historiador