Toda droga tiene el efecto de aumentar la dopamina (un químico neurotransmisor relacionado con la experiencia del placer) en el centro límbico del cerebro específicamente en el núcleo accumbens. La comida y el sexo aumentan los niveles de la dopamina en dicho núcleo. Se ha descubierto -por medio de estudios de imágenes del cerebro mediante el uso del PET (positron emission tomography), y del MRI (magnetic resonance imaging)- que existen unos receptores dopaminergicos en este núcleo, que reciben señales de la dopamina. Estas señales son necesarias para derivar placer. Sin estos receptores las señales se alteran y la respuesta de placer se obstruye. Se ha demostrado que estos receptores se reducen por diferentes causas (factores genéticos, aislamiento social) y su reducción propicia la adicción. Por el contrario un aumento en estos receptores, reduce la propensidad a la adicción.
Estos hallazgos corroboran que la adicción es una enfermedad cerebral de etiología multifactorial con un componente genético que constituye aproximadamente el 50% de la totalidad de los factores causativos, siendo los restantes factores de origen ambiental. La mayor propensidad a la adicción ocurre temprano en la vida, antes o alrededor de los 18 años. Esto debido a la falta de desarrollo de las conexiones cerebrales entre el centro donde se generan las emociones (sistema límbico) y la corteza cerebral donde se genera la habilidad para hacer el juicio racional. Es decir, en el adolescente no se han desarrollado las estructuras cerebrales y conexiones necesarias para este dilucidar si el impulso emocional para probar la droga es una decisión racional, moral y éticamente correcta o no. Estos factores anatómico-fisiológicos combinados con un ambiente que propicie el aislamiento social del joven y la disponibilidad de la droga crean las condiciones necesarias para producir un adicto.
Conociéndose los hallazgos producidos por la investigación científica, en lugar de ver al adicto como lo que es- un enfermo y a la adicción como una enfermedad cerebral- insistimos en continuar con la estrategia punitiva para lidiar con el problema, llenando nuestras cárceles de enfermos. La cárcel por ser un mecanismo de aislamiento social, aumenta la predisposición a la adicción, puesto que el aislamiento tiende a reducir los receptores dopaminergicos en el cerebro. Por consiguiente, con el enfoque carcelario lo que hacemos es alimentar el círculo vicioso de la enfermedad.
Recientemente se ha generado en Puerto Rico gran controversia debido a la introducción de legislación relacionada con la despenalización de la marihuana.
La marihuana se deriva de la planta Cannabis sativa. Esta contiene un ingrediente tetrahydrocannabinol THC, que es el principal constituyente psicoactivo. Existen receptores canabinoides en el cerebro, responsables por la mediación del efecto psicológico de THC.
Los canabinoides interactúan con el sistema químico cerebral endógeno y pueden afectar la transmisión de dopamina. Tienen un papel en el control cerebral del movimiento, la memoria y en la modulación del dolor.
Cuando se fuma marihuana, el cuerpo inmediatamente absorbe el TCH y este tiene un efecto en casi todos los órganos y en el sistema inmunológico. Aumenta significativamente el ritmo cardiaco. Puede aumentar el sangrado, bajar la presión, irritar los pulmones, causar mareo, dilatar las pupilas, enrojecer los ojos, resecar la boca, aumentar el apetito y disminuir el tiempo de reaccionar a estímulos.
El TCH tiene efectos en el sistema nervioso alterando procesos mentales y la manera de sentirse. La mayor parte de los usuarios reclaman sentirse relajados, eufóricos y desvinculados de la realidad. También puede producir una distorsión en la percepción del tiempo, alteración en el pensamiento, ansiedad, paranoia depresión y periodos cortos de olvido. Estos efectos duran 2 o 3 horas.
Hay entidades que le atribuyen efectos terapéuticos. Pero estos se pueden obtener con drogas aceptadas legítimamente.
Aunque hay quienes reclaman lo contrario, un 10 % de los usuarios de marihuana se convierten en dependientes de esta. No está claro si la marihuana es un portal de entrada para otras drogas como la cocaína o heroína.
Ante las opiniones encontradas respecto a esta sustancia no apoyo su legalización pero si la despenalización pues no es justo ni aceptable que un joven vaya a prisión por poseer unos cigarrillos de marihuana para su uso.
You must be logged in to post a comment Login