Definitivamente, Puerto Rico no aguanta más. Pregúntate ¿Hay algo que funcione bien en la Isla? ¿Algo que te ofrezca la mínima esperanza que mañana tú y los tuyos estarán mejor que hoy? Lamentablemente la inmensa mayoría de los puertorriqueños cada día está peor que antes. Por eso te invito a la reflexión. Le hago un llamado a tu conciencia, independientemente de tu preferencia política o religiosa. Puerto Rico, no puede continuar como está. Como decía don Luis Ferré… “Esto tiene que cambiar”.

No se trata solamente de que tengamos el peor gobierno de nuestra historia. La improvisación y la mentira han dominado el proceder del gobierno de turno. Esa es la gota que desborda la copa de la desgracia colectiva de este pueblo. El problema, realmente es mucho más amplio. Se trata de la combinación letal de ese desgobierno con un sistema colonial y económico fracasado. Un sistema sostenido con falsas imágenes durante más de 60 años e inculcando un falso patriotismo que sacrifica el bienestar general del pueblo. Un sistema que alimenta las panzas, las influencias y los negocios de unos pocos, mientras revienta la vida de casi todos. Un sistema que se ha fertilizado con la manipulación de los “dueños de los guisos” a través de algunos medios noticiosos.

Sí, la combinación de un gobierno malo e incompetente con ese sistema colonial le están costando la vida a Puerto Rico. Tarde o temprano tenía que ocurrir. Es imposible que una colonia como esta pretenda vivir a perpetuidad el estilo de vida de la nación más rica del mundo, pero sin tener los mismos recursos políticos y económicos. Si queremos continuar viviendo ese estilo de vida, entonces la única solución es alcanzar con la estadidad la igualdad de beneficios económicos, responsabilidades, poderes y derechos políticos. Las evoluciones de apariencias y espejismos de la colonia, los préstamos sobre préstamos, los festivales de bonos, los malabares, se acabaron. Estamos frente a la realidad: el ELA quebró y hay que salir de esto con la mayor rapidez posible.

Ya los líos de la colonia no son asuntos aislados del gobierno. Ya llegaron al bolsillo y la calidad de vida de cada familia puertorriqueña. Da pena ver cómo cada día la discusión pública se centraliza en cuál es el próximo lío y el parche que se le colocará a la colonia para que pueda pagar su nómina, mantener funcionando los servicios esenciales y todo lo demás. La pregunta clave es ¿hasta cuándo habrá parches como La Crudita para tapar los interminables agujeros de la colonia? Mil veces este desgobierno ha dicho que con la aprobación de algún impuesto, tarifa, arbitrio o la eliminación de algún servicio o beneficio entonces todo se arreglará y se cuadrará el presupuesto. Cada vez que ejecutan el abuso, entonces surge otro lío más porque la caja colonial nunca cuadra. Con ese cuento llevan más de 80 aumentos contributivos que les cuestan casi $3 mil millones anuales a este pueblo.

Ahora mismo el mono tema es ‘La Crudita’. Buscan $2,200 millones para supuestamente cuadrar la caja. En eso están concentrados los líderes populares y sus amigos en los medios de comunicación. Ellos saben la verdad, pero no la dicen. Saben que si Puerto Rico fuese un estado de la Unión estaría recibiendo casi $20 mil millones adicionales cada año en fondos federales para servicios y actividad económica. La Crudita no haría falta. Tendríamos más congresistas y votos para elegir al Presidente de los Estados Unidos que los que tienen 25 estados de la Unión. Que ese poder político nos daría herramientas adicionales para defender los intereses de los puertorriqueños aquí y de los hispanos en el resto de la nación. Que la seguridad y la estabilidad de la estadidad obligarían de inmediato a todos los analistas financieros a cambiar la clasificación de nuestra economía de negativo a rango positivo. Que con la estadidad, además de esos $20 mil millones adicionales en fondos federales, también se generaría un resurgimiento y fortalecimiento permanente en nuestra actividad económica.

Los líderes populares y sus amigos ‘opinadores’ en los medios, sin embargo, se entretienen y tratan de entretener discutiendo la crisis del momento y esperando la próxima. Todos ellos prefieren que Puerto Rico se hunda antes de encauzar la verdadera solución, la estadidad. Se sienten más puertorriqueñistas que nadie y piensan que lograr la igualdad de derechos, obligaciones y beneficios como ciudadanos americanos nos haría menos puertorriqueños. Su consigna de vida parece ser “arrimaos, subordinados y fastidiados, antes que ser iguales como ciudadanos americanos”.

Estamos en medio del suicidio colonialista, del daño auto infligido porque este desgobierno se aferra a la colonia y se hace de la vista larga con el mandato anticolonialista y pro estadidad que este pueblo otorgó en el plebiscito de 2012. ¿Cuánto más debe sufrir Puerto Rico con este callejón colonial sin salida? ¿Cuánto más tendremos que escuchar los comentarios y los análisis de aquellos que al igual que nosotros saben cuál es la verdad y que la estadidad es la solución, pero prefieren no decirlo para no tener que admitir que han estado ideológicamente equivocados? Puerto Rico no aguanta más. Lamentablemente…. Que triste Navidad.