Cada nuevo año viene acompañado de la esperanza colectiva de que sea uno mejor que el año anterior; esa esperanza a su vez, viene acompañada de nuevos bríos, resoluciones, deseos y mucho positivismo para hacer que esa deseada mejoría se convierta en realidad. Puerto Rico, nuestro pueblo, “abraza” esta esperanza de mejoramiento con nobles deseos de echar pa’lante y dejar atrás los tiempos vividos, que han sido difíciles y llenos de grandes retos económicos y sociales. Sin embargo, a pesar de nuestro empuje como pueblo para salir adelante, iniciamos este año 2015 nuevamente con improvisación, falta de dirección gubernamental y un total desfase entre la realidad que vive el pueblo puertorriqueño y el “espejismo” en que vive el gobierno. Veamos.
En días recientes un grupo de ciudadanos tuvo que levantarse y recurrir a los tribunales para detener el abuso y la injustica que ha provocado la mala implementación del sistema de foto-multas conocido como ‘Simone’. Este costosísimo sistema de monitoreo electrónico de intersecciones y tránsito ha provocado múltiples dolores de cabeza a los ciudadanos debido principalmente a la falta de planificación en la implementación del mismo. En este caso en particular, el Gobierno de Puerto Rico ha actuado con la mayor irresponsabilidad y falta de sensibilidad contras los ciudadanos, al insistir en la imposición de multas, sin proveer un proceso que garantice el mínimo debido proceso de ley para asegurar la corrección de las multas que se han impuesto a través del sistema. Todos debemos apoyar iniciativas que promuevan el respeto por nuestras leyes de tránsito y la seguridad en las carreteras; lo que no podemos apoyar es que el propósito principal del sistema ‘Simone’ no sea la seguridad y el cumplimiento con la ley, sino el sacarle más dinero al bolsillo de la gente sin salvaguardar un proceso que sea simple y eficiente de revisión de aquellas multas que se imponen de forma incorrecta.
Por otro lado, vemos el inicio de una nueva sesión legislativa matizada por el regreso de la discusión del recién aprobado aumento al arbitrio sobre los derivados del petróleo, conocido como ‘la crudita’. Todavía al comienzo de esta semana, el gobernador Alejandro García Padilla no había firmado el proyecto aprobado por la Legislatura del Partido Popular a finales del año pasado y ya es conocido que se discuten enmiendas con la posibilidad de añadir al aumento el 1.5% de ajuste anual que provocaría un aumento adicional y la eliminación del tope de interés de cualquier financiamiento que se emita utilizando como garantía los ingresos que va a generar este nuevo aumento del PPD. Ambas posibles enmiendas son contrarias a los intereses económicos de los ciudadanos, por un lado tienen el efecto de aumentar directamente el arbitrio ya legislado de más un 60% y por el otro si aumentan los intereses aplicables a cualquier emisión de bonos, es el pueblo el que terminaría pagando por un financiamiento mas caro.
En resumen, hemos comenzado un nuevo año con esperanza colectiva de echar adelante como pueblo, pero también, con la amenaza real de que nuestra esperanza no sea más que una quimera. Estoy convencido de que la inmensa mayoría del pueblo quiere echar adela
nte y que tenemos la valentía de afrontar los retos que tenemos por delante con determinación y responsabilidad. Solo necesitamos que nuestro Gobierno comparta la realidad que vive el pueblo para que tomen las decisiones correctas y hacer de esa esperanza una posibilidad real.
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