EL VOCERO / Archivo

Por Enrique ‘Kike’ Cruz

La visita del presidente de República Dominicana, Danilo Medina, provocó que una serie de eventos importantes en nuestra Isla se quedaran por debajo de la alfombra.

Aun cuando entiendo que los acuerdos firmados por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América con República Dominicana y nuestro beneficio por ser colonia de los americanos es importante, para mi el estado de nuestro sistema eléctrico es más importante.

Es más, hace décadas se hablaba de nosotros crear un cable para venderle electricidad a los hermanos en la República Dominicana, hoy ellos tienen mas plantas con gas natural que nosotros. Tienen también un puerto de trasbordo que nosotros llevamos 14 años desarrollando, con lo que nos hemos gastado en las peleas del ‘superpuerto’ ya tendríamos dos. Pero ese no es el tema.

El 9 de enero del 2015 nos enteramos algo que el Director Ejecutivo de la Autoridad de Energía Eléctrica había tratado de mantener ‘calladito’, como otras cosas más. Pero esta vez gracias a mis fuentes, logramos desenmascarar un ‘pequeño’ incidente en la planta de Costa Sur. Una planta que apenas 36 meses atrás se había convertido de petróleo a gas natural con unos ahorros para el pueblo de Puerto Rico de $50 millones anuales. Estos ahorros en lugar de ser pasados al pueblo se los pasaron a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados. En ese momento el kilovatio por hora estaba en 29 centavos, hoy ya está por debajo de 23 centavos y seguimos dándole los $50 millones a la AAA. Pero ese no es el tema.

El tema de esta columna es el patrón de esta administración en cuanto a accidentes en las plantas de generación eléctrica. Muchos de los miembros gerenciales de la AEE hoy son los mismos que estaban a cargo del sistema eléctrico en aquel desastre que ocurrió en Palo Seco en el 2006. Por esos datos tan comunes, es que me di a la tarea de ver los patrones de accidentes en la AEE en los pasados 21 meses.

Tengo que advertirles algo, los datos son alarmantes, el patrón es alarmante y decepcionante. No sé cómo el gobernador Alejandro García Padilla todavía continúa sin decapitar la gerencia en la AEE. O, no sabe y le mienten o es parte de la ineptitud y el encubrimiento. Esto simple y sencillamente no tiene razón de ser. A cualquiera en la empresa privada lo hubiesen ‘botao’ como bolsa.

A menos, que la AEE y sus gerenciales del PPD les representen buenos donativos para la campaña que se avecina. Sería la única razón políticamente irresponsable. Irresponsable por las vidas que día a día se ponen en peligro al permitir una gerencia tan inepta al mando de nuestro sistema eléctrico, al mando de vidas humanas.

Aquí van los datos; 4 de marzo 2013: ocurre una explosión en la AEE, central Las Palmas; 3 de abril 2014: incendio en Palo Seco; 13 de julio 2014: explosión y dos muertos en planta AEE; 14 de agosto 2014: Alicea ordena cierre de portones y desconectada sistema de puertas en las oficinas centrales de la AEE, los deja atrapados por horas; 13 de noviembre 2014: se cae torre con empleado, empleado fallece; 9 de enero 2015 explosión en planta Costa Sur, no hubo heridos, si daños millonarios.

En resumen, tres muertos, cuatro explosiones con pérdidas multimillonarias, el cierre de una unidad que utiliza gas natural y el haber puesto en riesgo la vida de miles de empleados al atraparlos sin poder salir de la sede principal de la AEE en Santurce. ¿Quiere más gobernador? ¿Cuántos más deben morir para que usted se envuelva en esto? ¿Cuántas perdidas millonarias debe pagar el pueblo de Puerto Rico antes que usted decida hacer cambios significativos?

La reorganización que lleva a cabo Lisa Donahue no incluye el relevar de responsabilidad a aquellos que no la han tenido con el pueblo de Puerto Rico y mucho menos con aquellos a quienes dirigen y supervisan.

Gobernador, no solo queremos que baje la luz, sino que también bajen las muertes y accidentes en la AEE.

Gobernador, de un total de 16 unidades principales de generación, al 15 de enero del 2015, habían 9 unidades que estaban con limitaciones o fuera de servicio. Ósea que el 56% de las unidades principales de generación o estaban fuera o tenían limitaciones de capacidad.

La pregunta es ¿Cuántos más tienen que morir? ¿Cuántos gobernador? ¿Cuántos?