Cuando el liderato popular está en el gobierno procura disfrazar su fracaso y el de la colonia. Siempre ha sido así. Veamos. Ofrecieron un ‘plan de desarrollo económico’ bajo el ELA soberano de Acevedo Vilá; el llamado ‘fideicomiso’ bajo ese ELA soberano y ¿Qué pasó con eso?, ¿Recuerdan aquello que Sila Calderón había llamado ‘El Plan para el Puerto Rico del Siglo XXI’ y… como olvidar las expresiones de García Padilla en su campaña del 2012… “gobernaremos sin excusas”. Ahora dicen que una ‘Reforma Contributiva’ con un IVA salvará a Puerto Rico. Mentiras y promesas de campaña que luego se desvanecen. ¿Podrá Puerto Rico aguantar cuatro años más de eso? ¿Queremos caer en eso otra vez en el 2016? Claro que no. Tarde o temprano, siempre se sabe la verdad. Durante décadas, fueron muchos los mitos y las falsedades que se dijeron para meter miedo con la estadidad e intentar darle vida a la colonia. A la altura de 2015, sin embargo, todas esas falsedades han sido derrotadas por los hechos y la verdad. Ahora los enemigos de la estadidad se han inventado el acomplejado argumento de que “no vale la pena pedirla porque no nos la van a dar”.
Con Obama y muchos otros ejemplos se derrumbó el mito del racismo. Con la entrada de Alaska y Hawaii se derrumbó el mito de que la estadidad no era posible porque no había continuidad geográfica. Decían que con la estadidad perderíamos nuestro idioma y cultura. Hoy, los hispanos son el segundo grupo poblacional más grande dentro de los Estados Unidos y continúa creciendo. Conservan sus tradiciones, su idioma, sus costumbres. La fuerza hispana es tan enorme que lo que ha cambiado es los Estados Unidos. Ya en los estados hay más emisoras de radio, TV, periódicos y revistas en español que los que jamás tendría Puerto Rico. De hecho, en los estados viven más puertorriqueños que los que hay en la Isla.
Ahora veamos cómo también se desploman los mitos y las falsedades económicas y contributivas que han sostenido a esta colonia.
El promedio de la población bajo el nivel de pobreza en los estados de la Unión es de 15.5%, mientras en la colonia del ELA es más del triple con 45.6%.
La asignación anual de fondos federales a los estados de la Unión promedia los $64,500 millones, mientras que en la colonia del ELA recibimos menos de una tercera parte de eso. Cuando comparamos al ELA con estados con nuestra misma población, recibimos menos de la mitad de los fondos federales que esos estados a pesar de que tienen tres veces menos niveles de pobreza y necesidad que Puerto Rico. La estadidad en paridad e igualdad con los estados, representaría unos $20,000 millones anuales adicionales para Puerto Rico. No habría que imponer IVA ni nada de eso. Podríamos atender todos los problemas económicos en que nos ha metido esta colonia.
La tasa promedio de desempleo en los estados de la Unión es de 5.6%. En la colonia es casi tres veces mayor con 13.7%, sin contar que hoy hay menos gente buscando empleo que hace 30 años y que durante los últimos dos años se han perdido más de 50 mil puestos de trabajo.
Excepto California (7.5%), ningún estado de Unión tienen un ‘sales tax’ mayor al 7%. De hecho, varios estados como Alaska, Delaware, Montana, New Hampshire y Oregon, no tienen ni imponen “sales tax”. Hay ‘sales tax’ tan bajos como: Colorado (2.90%); Louisiana, Georgia y South Dakota con 4%. A ningún estado se le ha ocurrido la locura de establecer una ‘reforma contributiva’ con un ‘sales tax’ a base del IVA.
En contribuciones sobre ingresos (planillas de Income Tax), el ELA rompe todos los récords de abusos en contra de los contribuyentes y la clase media. La tasa contributiva más alta del ELA para los individuos es de 33% de sus ingresos, la más baja es de 7%. Ningún estado tiene un abuso como ese. La tasa estatal de ‘income tax’ más alta la tiene California con 13.30% para los que ganan más de $1 millón al año. En el ELA, es de 33% para los que ganen más de $61,500. California, sin embargo, es una excepción a la regla de los demás estados. La inmensa mayoría de los estados tienen tasas que promedian el 7% para aquellos que ganan mucho dinero, 3% para los que menos ganan y, obviamente, cero para los que no generan suficientes ingresos como para llenar planillas. De hecho, hay varios estados que no cobran planillas de ‘income tax’ como Florida, Alaska, Nevada, South Dakota, Texas, Washington y Wyoming.
Hoy, los puertorriqueños pagamos más arbitrios, contribuciones sobre ingresos y tarifas de servicios esenciales mucho más caros que en los estados de la Unión, pero continuamos sin derechos políticos ni representación en el Gobierno federal y recibiendo menos fondos federales que los estados. Todo eso sin contar que también tenemos los salarios más bajos de la nación y el costo de vida más alto. Eso es el ELA.
Todos los datos confirman que al Puerto Rico convertirse en estado más del 75% de los puertorriqueños no tendrían que pagar planillas federales de ‘income tax’. Al contrario, si la radicaran, entonces serían elegibles para recibir cheques del Gobierno federal para que puedan nivelar su economía familiar. Esas ayudas, de varios programas, representarían miles de dólares anuales por familia; miles de millones de dólares adicionales que también entrarían directamente a nuestra actividad comercial y económica. Actualmente, la inmensa mayoría de las familias de los estados que radican planillas federales, en vez de pagar, reciben ayudas del gobierno federal.
En relación a la contribución estatal sobre la propiedad, pues este impuesto es de los estados y sus municipios y no del gobierno federal, hay tasas tan bajas como la mitad o menos del uno por ciento del valor actual de la propiedad en el mercado. La tasa más baja la tienen estados como Hawaii (0.26%); Louisiana (0.18%) y muchos otros. La excepción a la regla son las tasas más altas de Illinois con 1.89% y New Hampshire con 1.86%. Casi todos los demás estados están por debajo del 1%. En la colonia del ELA, sin embargo, la tasa promedio es de 6%. Engañan a la gente diciéndoles que es baja porque le dan una exención de los primeros $15,000 del valor de tasación de los años 50. Lo cierto es que esa tasa de la colonia es cinco veces más alta que la que tiene la inmensa mayoría de los estados.
En los arbitrios estatales de los automóviles, ni se diga. En esta colonia esos arbitrios promedian entre el 30% y el 35% del valor de mercado de cada automóvil. Esa es la verdadera razón para que en el ELA tengamos los autos más caros de los Estados Unidos. La transportación marítima nada tiene que ver con eso. Ese costo de transportación es mínimo y en los estados también la pagan, incluyendo la transportación terrestre hasta los ‘dealers’. El arbitrio más alto lo tiene California con 7.5%; aun así es casi cinco veces menos que en el ELA. En la inmensa mayoría de los estados ese arbitrio fluctúa entre el 4% y el 6%. Hay estados que no cobran arbitrios en los automóviles como: Montana, Alaska, New Hampshire y Oregon.
Como si fuese poco, en la colonia también se pagan los arbitrios más altos por la gasolina, después de estados como California. En la colonia también pagamos las tarifas más altas de electricidad con 28 centavos por kilovatio/hora. Solo nos supera Hawaii con 38.08 centavos. El promedio del kilovatio/hora en el resto de los 49 estados es de 12.9 centavos; menos de la mitad de lo que cuesta en el ELA.
Los ciudadanos de los 37 estados que una vez fueron territorios coloniales como el ELA se dejaron de pequeñeces y complejos; exigieron la estadidad; la pelearon contra viento, marea y todos la lograron. Hoy, todos están mejor que nosotros. Insisto, la estadidad nunca se le ha regalado a nadie, hay que exigirla y lucharla por que vale. Que nuestra gente obtenga aquí, en la Isla del Encanto, todo lo que necesita. Arreciemos la lucha y lograremos la igualdad con la estadidad. ¡El futuro es nuestro!
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