Este es el único desgobierno en el mundo que suma 2+2 y el resultado les da igual a 5. Ese cálculo errado lo aplican a todo. Llegaron al poder y encontraron un Índice de Actividad Económica en terreno positivo después de los grandes esfuerzos que hizo Fortuño y el PNP para remediar los desastres de Sila y Aníbal. Entre 2011 y 2012, los indicadores de actividad económica habían comenzado a mejorar después de estar en negativo desde 2006. En pocos meses, sin embargo, este desgobierno arrastró la economía a las veredas de la quiebra.
En enero de 2013, también encontraron un plan de cuadre presupuestario que había comenzado el PNP para remediar el déficit histórico de $3,300 millones que el PPD dejó en 2008. Ese plan tenía ingresos del gobierno proyectados y suficientes con la contribución especial a las corporaciones foráneas. Ya para 2012, el déficit de $3,300 millones había bajado a menos de $600 millones y se eliminaría por completo entre 2014-15. Gracias a ese plan y otros esfuerzos del PNP, las casas acreditadoras habían retirado la amenaza de degradación del crédito que plantearon en 2008.
Este desgobierno, sin embargo, llegó al poder y en vez de mantener la política de control fiscal y reducción de gastos, sumó 2+2=5. Sin ningún sentido de lógica ni responsabilidad pública, aprobaron su primer presupuesto con $800 millones adicionales. Un presupuesto inflado pues esos $800 millones se gastaron en contratos a los “amigos del alma” pero nunca aparecieron como ingresos de Hacienda. Todo fue un ejercicio de contabilidad fatula para repartirse el botín. En su segundo presupuesto, hicieron lo mismo. Volvió el descuadre, se agravó la crisis y por ahí llevan a Puerto Rico.
También comenzaron a tratar de cuadrar presupuestos de las agencias con el dinero que se suponía que estas debían pagarle a la AEE, AAA y otras corporaciones públicas. Algunos consideran que embrollas como esas, llevaron a la AEE a la quiebra que hoy se maneja en esa corporación.
Muy pronto dejarán de pagarle a suplidores y contratistas. No duden que emitan cheques sin fondo en cualquier momento. Esa ha sido la historia en los desgobiernos populares.
Ninguno de esos datos son de mi autoría. Todo está reseñado en los informes de los mercados financieros. Desde diciembre de 2012 lo advirtieron: que si el entrante gobierno del PPD no continuaba el plan de cuadre y control presupuestario que había comenzado el PNP, vendría una degradación del crédito público que se llevaría enredado a todo el mundo. Frente a todo eso, surgió el arrebato de inmadurez y soberbia del “me vale”.
Aquí hay gente irresponsable o ignorante que habla de los bonistas como si se tratara de ogros de otro planeta. La verdad del caso es que por lo menos la mitad de los bonistas son puertorriqueños y puertorriqueñas que trabajaron, tributaron en Puerto Rico por ese dinero a tasas abusivas de entre 33% y 46% de lo que se ganaron trabajando. Lo que les sobró y pudieron ahorrar, se lo prestaron a Puerto Rico comprando bonos. Se les dio todas las garantías. Por si no lo sabe, si usted tiene un plan de pensiones público o privado, posiblemente también es bonista de Puerto Rico. Casi seguramente, su fondo de pensión tiene inversiones en el mercado de bonos. De eso es de lo que estamos hablando, hasta del valor de su casa o su negocio.
Cuando el PNP actuó responsablemente para evitar esa degradación y lo logró, entonces los que hoy piden medidas “drásticas” se prestaban al discurso de que el PNP actuaba de mala fe. Son los mismos que ahora alcahuetean a este desgobierno. Los mismos que buscan excusas de hasta hace seis décadas.
Hace mucho tiempo el puertorriqueño comenzó a enterarse de cómo se vivía en los estados de la Unión. Las expectativas de calidad de vida se elevaron y la gente quiere vivir como se vive allá. El problema es que, por ser colonia, con el ELA recibimos $20 mil millones menos en fondos federales que los que recibe un estado con nuestra misma población. Ese desbalance ha provocado las embrollas de la colonia para tratar de aparentar ese estilo de vida y gasto público. También provocó que la colonia tuviera que imponer las contribuciones, arbitrios y tarifas más altas de los Estados Unidos para poder pagar esas embrollas en ausencia del trato igual con los fondos federales. El pueblo tampoco puede más con esas cargas. Tampoco puede con el costo de vida más alto de los Estados Unidos, mientras se tienen los más bajos salarios. Ahora llegó el momento en que las embrollas coloniales se acabaron. Estamos frente a la realidad. Se acabaron los espejismos.
Ante ese escenario, otra vez el 2+2=5 del desgobierno popular, el IVA. Alegan que no pueden bregar con el IVU que solamente requiere fiscalización en el último escalón de la cadena de mercado, cuando se realiza la venta al detal. Ahora quieren un IVA que requiere fiscalización del gobierno en todos los escalones de la cadena de fabricación, importación, distribución, mayoreo y la venta al detal. Peor, un IVA que requiere que el gobierno maneje todas las reclamaciones de créditos contributivos de todas las empresas y los negocios en esa cadena y también las reclamaciones de reembolsos de cientos de miles de ciudadanos. Prepárense. Descaradamente, dicen que hay 160 países exitosos con el IVA. ¡Umjú!, España, Grecia, Portugal y otros quebrados. Los demás no cesan en quejarse de que la evasión es enorme. Esa es la verdad.
Por qué tanta complicación si 2+2=4. Por qué mejor no se dedican a fortalecer la fiscalización del IVU que está establecido y que cuenta con una enorme infraestructura de fiscalización que debe ser mejorada y completada. Sería más fácil, eficiente y menos costoso para el pueblo que continuaría pagando 7% en vez de un 16% al que habría que sumarle todos los gastos en que deberán incurrir los comercios para manejar ese enredo y cobrarlo. Como siempre, el liderato colonialista y sus cómplices en los medios de opinión pública contestarían que 2+2=5. Con la estadidad la suma, la resta, la división y la multiplicación cuadra bien. No importa lo que digan los colonialistas y sus compinches de los medios de comunicación la gente ya entendió claramente que con la estadidad, 2+2=4 y que los números, en todas las ecuaciones, cuadran positivamente para la gente.
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