Ya sea por falta de residencias médicas o porque emigran en búsqueda de mejores oportunidades después de prepararse, la realidad es que en Puerto Rico hay una crisis de cirujanos a todos los niveles.
El caso de pediatría quirúrgica es, quizás, el más dramático de todos, pues en la Isla apenas existen seis profesionales de esta especialidad para atender a una población de 900,000 habitantes que tienen entre 0 y 18 años. El panorama se complica ante el hecho de que el más joven de esos seis profesionales tiene más de 50 años, es decir, que podrían acogerse a la jubilación en los próximos años.
El caso de cirugía general no es menos preocupante. Ese grupo es de unos 180 profesionales, con una edad promedio de 58 años, para atender -potencialmente- a toda la población. Esta situación se repite en especialidades quirúrgicas, tales como neurocirugía, ortopedia, urología y otorrinolaringología.
Enrique Vázquez Quintana, cirujano general y exsecretario de Salud, ha dedicado los últimos años a estudiar la escasez de cirujanos en la Isla, al punto que está próximo a publicar un libro que aborda el tema. El galeno compartió con El Nuevo Día algunos de sus hallazgos.
¿Por qué existen apenas seis cirujanos pediátricos en Puerto Rico?
Para el 2010 aquí había seis cirujanos pediátricos; uno en Ponce y los otros cinco entre San Juan y Bayamón. De esos seis, solo dos tienen el «Board» de pediatría quirúrgica y toda la preparación comparable a Estados Unidos, que son Enrique Márquez Grau y Víctor Ortiz Justiniano. El doctor Márquez Grau es el responsable de educar a los otro cuatro cirujanos en el recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico. Si él no hubiese adiestrado a esos cuatro doctores, los niños en Puerto Rico estarían muy mal atendidos. Pero el problema es que los seis doctores ya están viejos y próximos a retirarse.
¿Se ha hecho algo para atender la escasez de cirujanos pediátricos?
En el pasado, los canadienses nos habían ayudado y quise explorar la posibilidad de que nos ayudaran otra vez. Le escribí una carta al Ministerio de Salud de Canadá para que nos ayudaran a coger cirujanos que hacen cirugía completa en Puerto Rico y pudieran hacer adiestramiento en cirugía pediátrica allá. Fui rodando y rodando hasta que llegué a Vancouver, de donde me refirieron a Estados Unidos, donde nunca cogen a nadie que se haya graduado de aquí. En 2012, después de dar una conferencia ante las nueve residencias de cirugía pediátrica de Canadá y las 39 de Estados Unidos, finalmente cogieron a un residente puertorriqueño en Canadá, quien llegó en julio pasado después de estar dos años allá; se llama Jorge Zequeira. Después cogieron a otro, que se llama Carlos Sánchez, quien termina en junio de este año. Para el año de más arriba va otro doctor, y al siguiente irá una doctora a Nashville, Tenesí. Ella tuvo que irse a vivir un año para allá para que pudieran aceptarla enla residencia, pero lo logró. Confío que eventualmente podremos hacer un programa de residencia pediátrica en Puerto Rico para producir nuestros propios cirujanos y cuando nos saturemos, movernos al Caribe.
¿Cuál es el cuadro con la cirugía general?
Pues más o menos vamos por las mismas. Aquí no había nada más que un programa de residencia en el Recinto de Ciencias Médicas, que produce cinco cirujanos al año. Pero hay veces que esos cinco se van a Estados Unidos para hacer otras especialidades, como plástica, cardiovascular, colon y recto o cirugía del seno, que es la que está de moda ahora. Lo que están buscando (al irse) es calidad de vida. Los que se retiran o mueren al año son más que esos cinco que se producen, o sea, que estamos bien bajitos en la cantidad de cirujanos generales. En el Centro de Trauma de Mayagüez los cirujanos son más viejos y no hacen guardia; lo más que hacen es estabilizar y referir al Centro Médico de Puerto Rico, en Río Piedras.
¿Cuántos cirujanos generales hay en la Isla y cuántos más se necesitan?
Ahora mismo hay como 180 y se necesitan unos 50 más, pero no vamos a producirlos de cinco en cinco. Lo único bueno en este panorama es que en 2013, la Escuela de Medicina de Ponce y el Hospital San Lucas empezaron otra residencia para graduar a tres cirujanos más al año.
¿Qué más puede hacerse para conseguir los cirujanos que faltan?
Creo que los muchachos que terminan esa residencia en Puerto Rico tienen que quedarse dos años aquí como servicio público; así ocurre en países como Rumanía. De hecho, eso lo teníamos antes de la implementación de la Reforma de Salud. Faltan muchos cirujanos y no los vamos a poder reponer. Muchos de los que estudian aquí se van para Estados Unidos debido -en parte- a que las ofertas económicas que les hacen allá son más atractivas.
¿Cómo esta situación afecta a los hospitales?
Está demostrado que hay hospitales que no tienen cubierta de cirujanos todas las noches; no tienen cirujanos de guardia. Hay hospitales privados que están muy bien, pero otros lo que hacen es admitir al paciente para atenderlo por la mañana. En el ínterin, lo dejan en sala de emergencias con antibiótico. Esa no es la mejor práctica.
Y en términos generales, ¿cómo están las especialidades quirúrgicas?
Los neurocirujanos, por ejemplo, son muy pocos en Puerto Rico; hay áreas en las que solo hay uno o no hay ninguno. Esta es una residencia que solo produce uno al año, porque las agencias acreditadoreas americanas exigen mucha experiencia. En ortopedia pasa lo mismo; en los hospitales privados no hay y refieren a todos los pacientes al Centro Médico, donde el servicio es muy bueno. En el Centro Médico hay 27 ortopedas que trabajan allí a tiempo completo, que generan su propio sueldo y tienen todas las especialidades. En el caso de urología, hace 10 años había suficientes, pero la cantidad se ha ido reduciendo. Esta residencia solo produce dos al año, por lo que hacen falta más porque los que hay están bien atareados. Y en el caso de otorrinolaringología, que también produce dos al año, están cortos para toda la Isla.
¿Alguna de estas especialidades quirúrgicas está en riesgo de desaparecer?
Todas estas especialidades quirúrgicas (las residencias) son únicas en Puerto Rico. Por lo tanto, si se pierde la acreditación de alguna de ellas vamos a entrar en una situación difícil y ridícula, pues tendríamos que mandar a los doctores a Estados Unidos a prepararse. Esas cuatro residencias no se pueden perder en Puerto Rico; hay que dedicarle los recursos y la tecnología.
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