La casa acreditadora Moody’s Investors Service rebajó dos escalafones más en la categoría “chatarra” los bonos de las Obligaciones Generales (GO’s) del Estado Libre Asociado (ELA), así como los de la Corporación del Fondo de Interés Apremiante (COFINA), al Banco Gubernamental de Fomento (BGF) y la Autoridad de Carreteras, manteniendo la perspectiva negativa en todas las instrumentalidades gubernamentales, por lo que podrían producirse degradaciones adicionales.
En el caso de los GO’s , Moody’s movió la deuda del Gobierno Central del nivel B2 a Caa1, pero la deuda de COFINA se movió de la clasificación Ba3/B1 a B3/Caa1, lo que representa alta probabilidad de impago. La decisión también fue extensiva al BGF, el que degradaron de B3 a Caa1, y a Carreteras de Caa1 a Caa2. Mientras tanto, la agencia mantuvo la clasificación de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados en Caa1.
En total, la decisión de la casa acreditadora afecta unos $48,000 millones en deuda emitida por la Isla.
Para Puerto Rico representa la segunda degradación consecutiva en una semana, ya que Standard & Poor hizo lo propio el jueves pasado, degradando el crédito en tres escalafones.
El informe advirtió sobre las altas posibilidades de que la Isla no pueda pagar sus obligaciones ante el lento crecimiento económico, la falta de liquidez y la incertidumbre política que ha generado la reforma contributiva que se proyecta establecer, entre otros factores.
“El debilitamiento en la liquidez y el deterioro económico pueden poner una presión creciente sobre la posición crediticia del Estado Libre Asociado en los próximos meses, lo que aumenta el riesgo de incumplimiento de las obligaciones del gobierno central. Los esfuerzos para acceder al mercado de capitales, si tienen éxito, pueden reforzar la liquidez en el corto plazo, pero no abordará la tensión económica y fiscal fundamental. Importantes reformas fiscales pueden tener un beneficio fiscal a largo plazo, pero igualmente pueden dificultar el poder cumplir con todas las obligaciones en el corto plazo bajo la estructura fiscal actual”, reza el informe.
Para la economista Heidi Calero esta degradación sigue la misma tendencia de Standard & Poor y la que entiende seguirá Fitch. “Puerto Rico está a nivel de chatarra; no existe confianza en la Isla por la falta de liquidez del BGF. La reforma contributiva lo que ha hecho es traer más incertidumbre y sumir la economía en un crecimiento negativo y en una mayor depresión. Hay que ponerle punto final a ese proyecto. Estamos viviendo un año turbulento, de la mayor recesión económica y finalmente para nada porque no se lograrán los recaudos, aumentarán las quiebras, la emigración y los cierres de negocios”.
Enfatizó que la comunidad tiene que hacerles entender a los gobernantes que están opuestos al proyecto. “El oponernos no significa que somos evasores, sino que velamos por el bienestar del país”.
Por su parte, el economista Elías Gutiérrez coincidió en que esa degradación era predecible, ya que esa es la forma en que funcionan, porque utilizan la misma metodología y los mismos ciclos. “Esto es el reflejo de lo que el mercado percibe, riesgo e inestabilidad. La situación política se refleja en la económica y uno de los factores detonantes fue haber salido un candidato a declarar guerra en torno a la reforma tributaria, lo que genera mayor inestabilidad”.
Agregó que aunque estamos a nivel de chatarra, mientras más se hunde más difícil es mantener los bonos locales en cartera, principalmente los institucionales. “Esta degradación refuerza la percepción de que tenemos un problema grave en la Isla”.
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