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Mientras el país está inmerso en la discusión sobre la imposición del Impuesto de Valor Añadido (IVA) como parte de la reforma contributiva, por otro lado se cuela un nuevo impuesto que impacta a los profesionales de la salud, aumento que de alguna manera llegará a los pacientes.

El nuevo impuesto establecido sin previo aviso y contrario al Reglamento Número 97 del Departamento de Salud, representa un alza de 220%, el cual representantes del sector médico aseguran no podrán asumir, por lo que se verán obligados a transferirlo a los pacientes.

El impuesto recae sobre todas las máquinas de Rayos-X (radiación ionizante) para uso médico, equipo que es utilizado por ortopedas, oficinas radiológicas, podiatras, dentistas, hospitales, veterinarios, escuelas de medicina, e industria médica en general. En Puerto Rico existen alrededor de 5,000 de estos equipos, distribuidos entre unos 2,300 proveedores.

Al hablar con carácter de anonimato para proteger sus identidades, varios profesionales de la salud explicaron a EL VOCERO que se trata de un nuevo contrato que el gobierno otorgó al contratista independiente, Manuel Guerra para el proceso de inspección de los mencionados equipos. Según explicaron, ahora cada profesional de la salud que posea un equipo de Rayos X tiene que registrarse por Internet a un costo de $25, a ello se suman otros $25 por la inspección –única partida que pasa al Departamento de Salud- y $15 adicionales en cada uno de los procesos antes mencionado por concepto del denominado “covenience fee”, lo que totaliza unos $80 por maquinas versus $25 que es el único costo real contemplado en el reglamento de la agencia.

Este nuevo sistema coordina el servicio de inspección entre el médico y el inspector de salud –unos siete a lo largo de toda la Isla-, coordinación que no toma en cuenta las agendas de ninguna de las dos partes concernidas. “El problema de estos es que el registro por Internet es obligatorio ahora y de no hacerlo simplemente no se inspecciona la máquina, lo que coloca al profesional en una posición de incumplimiento del reglamento de Salud por el cual se tienen que regir para mantener la operación.

Se intentó una reacción del Departamento de Salud, pero al cierre de esta edición no se produjo la respuesta.

El problema se agrava porque ante tantos aumentos operacionales, los entrevistados dijeron que ya no pueden asumir más gastos, más aun cuando Administración de Servicios de Salud (ASES) alegadamente lleva 19 años sin incrementar el pago por estos servicios. Por lo tanto, el alza será transferida a los pacientes. Al encarecer el servicio, anticipan que muchos pacientes podrían optar por no hacerse diferentes estudios por falta de dinero.

Aunque los profesionales aseguran haber presentado sus quejas en diferentes foros concernientes, no han recibido respuestas. Indicaron que próximamente comienzan las inspecciones de equipos y anteriormente no habían sido avisados.

Las nuevas inspecciones se van a extender a otros equipos como las máquinas de sonogramas (radiación no-ionizante), las cuales no estaban cobijadas en el reglamento vigente. Estas tienen otras regulaciones dirigidas a su operador.

Según investigación realizada por los mismos profesionales, el contratista independiente no fue a subasta sino que le otorgaron el contrato automáticamente. Igualmente desconocen el nombre de la compañía a la que pertenece. EL VOCERO intentó comunicarse con Guerra a un número móvil, pero su buzón de voz no acepta llamadas.