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En valor del dólar ha caído en un 8.4% en los últimos siete años, lo cual es reflejo de aumentos en algunos segmentos de la canasta básica, pero los consumidores puertorriqueños pueden sentir que el rendimiento es menor ya que los salarios o no han crecido o se han reducido para la mayoría de los que trabajan.

Esto significa que a la hora de realizar las compras, a las personas les rinde menos un dólar para adquirir los productos principales como alimentos, combustible y en gastos de salud, entre otros. Por lo tanto, el dinero discrecional para otras compras que no son de primera necesidad cada vez es menor.

No es de extrañar que en medio de la álgida discusión sobre la reforma contributiva y la llegada del Impuesto al Valor Añadido (IVA), exista mayor preocupación sobre lo que representará entonces el valor real del dólar en el bolsillo de los contribuyentes y un posible efecto inflacionario.

De acuerdo con el reciente informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el valor del dólar en Puerto Rico sumó la pérdida de 13 centavos en enero de 2015, para un rendimiento de 87 centavos por cada dólar que se gasta.

La última vez que el dólar ocupó su valor de 100 centavos ocurrió en 2006 y desde entonces hasta ahora, cuando han pasado nueve años desde que comenzó la recesión en la Isla, no existen indicios en el corto plazo de que esa tendencia pueda cambiar.

La caída del dólar por debajo de los 90 centavos comenzó en el 2012, pero ya para ese entonces el IPC había registrado un alza acumulativa de un 8.7%.

El poder adquisitivo del dólar es la capacidad que tiene dicha moneda para comprar bienes y servicios, si se compara con su valor de 100 centavos en el periodo base. Sobre esto actúa el nivel de ingresos de las personas y como se ha reducido, entonces igualmente se limita el poder de compra de las familias.

En palabras sencillas, quiere decir que el valor de los artículos y los servicios han sido mayor en unos renglones y los consumidores deberán desembolsar más dinero de su bolsillo para adquirirlos.

Aunque los consumidores han experimentado alzas considerables en las categorías de Energía Eléctrica, Peajes y otras denominadas de “tratamiento especial” por el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH), que es la agencia que elabora el IPC, se indicó que estas “fueron evaluadas y se determinó que serán atendidas en el próximo proceso de revisión” del nuevo índice.

Entonces, el valor real del dólar podría ser menor al considerar esas variables, más el efecto del alza en el impuesto al consumo. De hecho, la economista Heidi Calero ya ha advertido que si establece el IVA “la Isla sería por lo menos un 9% más cara”.

Calero explicó que la desvalorización del dólar se siente más o menos según los patrones de consumo del individuo. “Cuando existe decrecimiento económico, el consumidor tiende a adquirir lo que es básico y esencial, y lo más sencillo que ocurra se siente en los bolsillos de inmediato”, señaló.

“El ciudadano de a pie siente que el dólar le rinde menos porque el presupuesto de muchos hogares se ha reducido ante la pérdida o reducción de ingresos. Sin embargo, existen unos gastos y un endeudamiento con el cual hay que cumplir con la realidad económica que se vive entonces y un costo de vida ascendente, que por mucho o poco que sea se deja sentir”, sostuvo Calero.

Para el economista José J. Villamil, el dólar no da para mucho no porque los precios se hayan disparado, sino porque el nivel de ingresos se ha reducido. “La diferencia está en cómo nosotros pensamos y actuamos. En dólares corriente (precio nominal sin quitarle inflación), en términos reales, el ingreso personal disponible se ha reducido. Gano igual, pero ese sueldo compra hoy menos, porque en términos reales el sueldo bajó. En Puerto Rico más del 50% del ingreso es en términos de dólares corriente, si se le aplica la inflación, baja el ingreso real de las personas”, detalló Villamil.

En tanto, Sergio M. Marxuach, director de política pública del Centro para una Nueva Economía, opinó que al observar la tendencia de los últimos años es notable que el valor del dólar se ha mantenido estable entre los 85 centavos a 87 centavos, al igual que la inflación. Frente a eso, dijo que el efecto del rendimiento depende de los hábitos de consumo.

Sin embargo, la tendencia podría cambiar por lo cual es necesario esperar por el efecto que tenga el nuevo impuesto sobre el crudo y sus derivados o “la crudita”. Dijo que una vez comience a subir el precio del petróleo y llegue el alza en el impuesto al consumo, habrá un trastoque en ambos segmentos y se necesitarán hacer nuevas estimaciones.

La inflación promedio en el 2014 fue 0.6%, la cifra más baja desde el 2009. En el 2013, el IPC aumentó 1.1% y en enero de 2015 registró la cifra de 115.359. Este representa una baja de 0.8 por ciento al comparar con diciembre de 2014 (116.305). Los grupos principales que reflejaron reducción en sus índices fueron: Transportación con 3.4% y Ropa con 2.3%. Por otro lado, mostraron aumento en su índice los renglones de Cuidado Médico (0.4%), Alojamiento (0.2%) y Entretenimiento (0.1%). Los grupos Alimentos y Bebidas; Otros Artículos y Servicios;  y Educación y Comunicación permanecieron prácticamente en el mismo nivel del mes anterior.

De enero de 2014 (116.529) a enero de 2015 (115.359) el IPC se redujo en 1.0%. Durante dicho periodo reflejaron baja en sus índices: Transportación (6.3%), Ropa (1.6%), Otros Artículos y Servicios (1.5%), Alojamiento (0.8%) y Entretenimiento (0.3%). Los grupos que mostraron un aumento fueron Cuidado Médico (3.2%), Alimentos y Bebidas (2.8%), Educación y Comunicación (1.3&%).