El Plan Tenesí viene discutiéndose en Puerto Rico desde comienzos de la década del ochenta del siglo pasado. Un libro seminal difundió la información sobre este mecanismo procesal, que solo Tensesí, Michigan, Iowa, California, Oregón, Kansas y Alaska han utilizado y que demuestra, de manera conspicua, que ningún territorio ha consiguido la estadidad de manera expedita. (Véase Luis Dávila Colón; Ed. Breakthrough from Colonialism: an interdisciplinary study of statehood).
Es un mecanismo alterno al que usaron los demás treinta estados; por petición al Congreso siendo territorios y recibiendo respuesta, o desde una república independiente como lo fue el caso de Texas. El procedimiento consiste de seis pasos: obtener un mandato mayoritario; peticiones infructuosas al Congreso para la admisión del territorio como estado; redactar su propia Constitución sin intervención congresional; celebrar elecciones para elegir funcionarios estatales y los congresistas y senadores federales; en algunos casos enviar una delegación congresional a la capital federal y, finalmente, el Congreso aprobar un Acta de Admisión luego de la insistente presión hecha por el estado en ciernes.
Estos pasos los siguió en principio el estado de Tenesí. Sin embargo, el Congreso le impuso dos condiciones: que los senadores fueran a elección, pues habían sido elegidos por la propia legislatura estatal y tener un solo congresista en la Cámara hasta llevarse a cabo el próximo censo. (Véase Benjamin F. Shearer, The Uniting States: the story of statehood for the fifty United States).
Los siete estados que siguieron este mecanismo concidieron con dos factores en la historia: el destino manifiesto, doctrina que conllevaba la creencia que Estados Unidos es una nación destinada a expandirse desde las costas del Atlántico hasta el océano Pacífico, y el fenómeno de la Guerra Fría, como fue el caso de Alaska en específico. Aparte, que todos estos territorios caen dentro de la definición doctrinal de los casos insulares. O sea, son territorios incorporados, porque van camino a ser estados.
Es significativo que Hawaii, el único estado isla y último territorio en convertirse en estado, utilizó un mecanismo procesal alterno a los siete que utilizaron el Plan Tenesí. Todos los casos anteriores a Alaska se dieron bajo la doctrina del destino manifiesto. Doctrina que hizo crisis durante la Guerra de Vietnam. California tuvo el estallido de los buscadores de oro, Hawaii y Alaska la importancia geoestratégica que se agudizó bajo los años de la Guerra Fría. Sin esos factores el logro de la estadidad en esos territorios hubiese sido tardía.
Al irse la Marina de Guerra en 2003 Puerto Rico perdió la importancia geoestratégica que pudiera tener, por lo que un Plan Tensesí no sería una estadidad por catálogo o al instante, como han querido sugerir algunos hermanos en el Ideal. Aunque la constitución adoptada en 1952 adelanta por mucho los pasos procesales enumerados, no deja de ser una empresa tediosa y difícil dentro del cuerpo legislativo más burocrático del planeta, como es el Congreso de los Estados Unidos.
Todos los mecanismos procesales terminan en el mecanismo sustantivo del Acta de Admisión. El Proyecto HR 727, presentado en esta sesión congresional por Pedro Pierluisi y que cuenta con respaldo bipartita de sobre cien congresistas, es la culminación de un proceso centenario jalonado dramáticamente por el pasado plebiscito, y que busca convertirnos, en definitiva, en el Estado 51 de la Unión.
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