El ELA y su sistema económico colapsaron. Puerto Rico en quiebra atraviesa por la peor crisis en su historia. El presente estatus colonial junto al inepto gobernador con la peor administración jamás vista, han sido los principales responsables de la magnitud de la crisis que hoy padecemos. Ante esta situación el pueblo está listo para un cambio de administración y de estatus.
El pasado 19 de junio hubo un asunto que guarda estrecha relación con la necesidad de un cambio de estatus: la invitación y presencia en la isla del congresista Don Young para participar en el foro mensual de Igualdad. En el foro, Young reafirmó su inquebrantable compromiso de que la isla se convierta en el próximo estado de la Nación. Situación que considera deseable, conveniente e impostergable tanto para Puerto Rico como para los Estados Unidos.
Don Young es oriundo de California pero su hogar es Alaska. Con 42 años en el Congreso es el republicano de mayor rango en la Cámara de Representantes. Es persona de gran influencia particularmente sobre nuestra condición colonial pues actualmente preside el Subcomité de Asuntos Insulares, Indígenas y de los Nativos de Alaska que tiene plena injerencia sobre nuestro estatus.
Young es un gran amigo de Puerto Rico habiendo estado aquí en más de una docena de veces y escogiendo la isla en esta última visita para pasar su segunda luna de miel con su nueva esposa Ann. Como procedente de un territorio que tuvo que luchar intensamente hasta convertirse en estado de la unión, sufrió personalmente las consecuencias de vivir en un territorio sin los beneficios de ser un estado, por lo cual comprende nuestra situación, se identifica con ella y se ha comprometido a no cesar en la lucha porque Puerto Rico se convierta en el estado 51 de la nación.
Como parte de ese compromiso, el miércoles pasado el subcomité que él preside llevó a cabo en el Congreso una importante vista sobre el estatus y la situación económica de Puerto Rico. A esta estaban invitados los presidentes de los principales partidos políticos de la isla, tres exgobernadores, la alcaldesa de San Juan y la doctora Miriam Ramírez. Todos los invitados menos Alejandro García Padilla estuvieron presente. Con la intención de minimizar el impacto de las vistas, para no evidenciar otra vez la incapacidad del PPD para ponerse de acuerdo sobre una definición del actual estatus y su limitación para expresarse en inglés- a pesar de estar cerca de la capital federal – AGP delegó su presencia en el secretario de Justicia, licenciado César Miranda. Insólita e imprudente acción ilegal, pues un secretario de Justicia no debe estar envuelto en asuntos internos de un partido político concernientes a su presidente.
El primer panel de la vista estuvo compuesto por el presidente del PNP, Pedro Pierluisi, Rubén Berríos, presidente del PIP, y el licenciado César Miranda. Este último se limitó a hablar de la situación de crisis fiscal rehuyendo hablar de estatus por lo que fue increpado por el delegado de las Marianas del Norte, Gregorio Sablan, quien en tono fuerte le señaló que él (Miranda) no había sido invitado a deponer sino el gobernador para que hablara de estatus pues querían saber la opinión del ejecutivo sobre este asunto. Increpó a Miranda señalándole que pretendía que lo trataran fiscalmente como estado pero no quería ser estado.
El segundo panel estuvo compuesto por los tres exgobernadores, Romero Barceló, Luis Fortuño, Anibal Acevedo Vilá, por Carmen Yulín y Miriam Ramírez. Los primeros dos exgobernadores abogaron por la pronta incorporación de la isla a la unión. Anibal y Yulín señalaron la responsabilidad compartida de los Estados Unidos y Puerto Rico por la crisis fiscal local y abogaron por su proyecto de (ELA Soberano) Libre Asociación para resolverla. Quedó evidenciado que los populares soberanistas/independentistas, Anibal y Yulín, son los que dominan, mandan y hablan por el PPD; son sus verdaderos líderes. El sector Rafaelista que no cree en esa opción claudicó brillando por su ausencia.
El congresista Young volvió a repetir que el estatus actual no funciona y que constituye un ojo amoratado (black eye) en la imagen de los Estados Unidos. Sentenció que si nada ocurre veremos una isla devastada y si Puerto Rico no alcanza la plenitud de derechos habrá una revolución en la isla. A pesar de los Populares tratar de minimizar su importancia, las vistas pusieron en evidencia la necesidad de llegar a una pronta solución del estatus para resolver nuestro problema fiscal y económico, así como la determinación de Don Young para lograrlo.
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