Actualmente representantes de los 3 partidos ideológicos discuten varias propuestas a estos fines. Es de esperarse que antes de terminar el cuatrienio el P.N.P. lleve a cabo al menos un plebiscito y ya ha comenzado la orientación al pueblo sobre la Estadidad y sus beneficios. No obstante, la gran encomienda de luchar por la estadidad del P.N.P. no puede quedarse ahí. Los opositores a la unión permanente indican que los Estados Unidos no quieren a Puerto Rico como el estado 51, esto a pesar de los cambios sociales y las barreras raciales que se han derribado hasta tener lo impensable hace décadas, un presidente afroamericano. Aunque se equivocan tienen algo de razón. Los Estados Unidos y sus ciudadanos tendrían resistencia en aceptar como estado a un territorio en quiebra fiscal y líder en la nación en corrupción. Es importante que trabajemos en estos dos renglones y podamos convertir la economía de Puerto Rico en una estable y una administración publica limpia donde la corrupción no tenga espacio.
En cuanto a la economía los economistas extranjeros y los locales coinciden en que estamos llegando al punto de la estabilización. El gobierno estadista ha tomado decisiones difíciles y con costo electoral altísimo, pero los resultados ya se van palpando. Nunca en la historia se han dado los recortes de gastos, la fiscalización de las contribuciones y los pagos a tiempo a los suplidores como en esta administración. Incluso, el gobierno federal está tomando ahora las mismas decisiones que tomo el gobernador Fortuño hace más de 2 años. Por primera vez en más de una década hemos tenido presupuestos balanceados con proyecciones de recaudos reales y acertadas. En fin, el desastre administrativo del P.P.D. dejando el gobierno en un déficit de más de 3 billones, el Fondo del Retiro en quiebra fomentando el retiro temprano sin haber dinero, contratando decenas de miles de empleados sabiendo que no había el dinero suficiente ya es cosa del pasado. Los estadistas estamos sentando las bases económicas aun ante las inmensas limitaciones sistemáticas del E.L.A. como status quo.
En el renglón de la corrupción queda mucho camino por recorrer. Recientemente el aun director del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), Luis Fraticelli, aseguró que Puerto Rico podría desplazar a Newark como la primera jurisdicción de más casos de corrupción pública en todo Estados Unidos. Esto es simplemente intolerable y bochornoso para nosotros como pueblo. El director del FBI recordó que desde 2003 aumentaron en un 51 por ciento los casos de corrupción en Puerto Rico. La corrupción tiene el efecto de aumentar las contribuciones, los precios de los productos, y disminuye la confianza en las instituciones. El precio social a pagar es simplemente demasiado alto. Mi grito y el de muchos puertorriqueños decentes e indignados es “Que limpien la casa!” sin importar el partido al que pertenezcan. Al año Puerto Rico pierde cerca de 860 millones de dólares por motivos relacionados con la corrupción, entre los que están soborno, fraude, extorsión, malversación de fondos, conflicto de intereses, nepotismo y tráfico de influencias.
Como estadistas, a la hora de exigir nuestro derecho a la igualdad y la anexión como el estado 51 tenemos que tener tres puntos que resaltar: un gobierno con una economía estable, cero tolerancia a la corrupción y un voto contundente a favor de la estadidad. Recordemos y ya no hay espacio para mentiras, la única forma de garantizar la ciudadanía americana para nuestros hijos, la unión permanente y la igualdad de derechos es convertirnos en el Estado 51.
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