Aunque el gobernador Alejandro García Padilla firmó la Ley 66 de Sostenibilidad Fiscal para ordenar medidas de reducción de gastos, entre el Gobierno central y las corporaciones públicas se gastaron más de $12,000 millones en contratos durante el año fiscal 2014-2015, periodo cuando precisamente entró en vigor el estatuto.
Tras una degradación crediticia, García Padilla buscaba que las agencias de la Rama Ejecutiva, entre otras cosas, redujeran los contratos por servicios profesionales y comprados, ajustaran las tarifas de servicios comprados y profesionales y lograran una reducción en la nómina de empleados de confianza.
Asimismo, el gobernador recomendó recortes de gastos similares a las Juntas de Directores de las corporaciones públicas y exhortó a la Rama Judicial, la Rama Legislativa y a los municipios a adoptar medidas de austeridad.
EL VOCERO analizó el Registro de Contratos de la Oficina del Contralor y la búsqueda reveló que durante el pasado año fiscal, el Gobierno Central y las corporaciones públicas otorgaron 39,000 contratos que totalizaron un gasto de $12,137 millones para el erario.
Esta cantidad representa el 43 por ciento del presupuesto consolidado para el año fiscal 2014-2015, que alcanzó los $28,127 millones, y sobrepasa el presupuesto con cargo al Fondo General de ese año fiscal que ascendió a $9,565 millones.
El gasto de $12,137 millones incluye las 18 categorías de servicio identificadas por la Oficina del Contralor: compra venta y alquiler de equipo, vehículos y otros; compra venta y alquiler de inmuebles, compra de materiales, suministros y efectos; adquisición de seguros, construcción reparación de las vías públicas, construcción y reparación de estructuras, préstamos, servicios de adiestramiento y orientación, servicios de consultoría, servicios de publicidad, de representación o artísticos; servicios misceláneos no personales, servicios personales no profesionales, servicios relacionados con la salud, servicios técnicos, transferencia de fondos, acuerdos no financieros, compra y venta de obras de arte y tesoros históricos; energía renovable y gas natural.
En tanto, los municipios realizaron alrededor de 75,000 transacciones contractuales por $1,428 millones durante el año fiscal 2014-2015 en las mismas 18 categorías de servicio identificadas por la Oficina del Contralor.
Durante el año fiscal 2014-2015 el Gobierno Central y las corporaciones públicas gastaron $2,529 millones en compra de materiales y suministros, como por ejemplo: el combustible que utilizan las flotas de las agencias públicas y la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
Además, el Gobierno Central y las corporaciones públicas gastaron $71.5 millones en publicidad.
Se destinaron también $217.8 millones para gastos por servicios legales y otros $170.6 millones para servicios de consultoría. Al mismo tiempo, se gastaron $252 millones en servicios técnicos y $59 millones en compra o alquiler de equipo, vehículos y otros.
Asimismo, el Gobierno Central y las corporaciones públicas gastaron otros $218 millones en servicios profesionales, como los que brindan por ejemplo: ingenieros, auditores, arquitectos, contadores, entre otros. En cuanto a los servicios no profesionales, se destinaron $55.6 millones para la contratación de éstos.
EL VOCERO publicó en 2012 que el exgobernador Aníbal Acevedo Vilá y la exgobernadora Sila María Calderón gastaron entre ambos $14 mil millones en contratistas privados durante sus cuatrienios. Esta cifra incluyó los servicios de publicidad, representación o artísticos; servicios de adiestramiento y orientación, servicios legales, servicios de consultoría administrativa, servicios técnicos, servicios de contabilidad y servicios personales no profesionales. En el análisis no se incluyeron las demás categorías de servicio
identificadas por la Oficina del Contralor, como por ejemplo: los contratos de construcción, compras de bienes y de equipos del Gobierno.
En tanto, la administración del exgobernador Luis Fortuño —según se reportó en 2013— gastó durante su cuatrienio un total de $9,300 millones en los mismos renglones evaluados por EL VOCERO para las administraciones de Acevedo Vilá y Calderón.
Es de conocimiento general que desde hace casi cinco décadas, el Gobierno de Puerto Rico adoptó la práctica de otorgar contratos a individuos y empresas privadas para la prestación de servicios y la realización de proyectos. No obstante, desde hace varias campañas electorales —y con más contundencia en la última campaña política— se ha criticado el otorgamiento de contratos por parte del Gobierno a empresas privadas porque muchas veces se favorece a donantes, amigos y allegados de los gobernantes de turno.
*** En esta historia colaboró Jocelyn Otero Durant
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