Con el anuncio de este plan, surgió una admisión involuntaria, pero histórica. Se les escurrió sin ellos darse cuenta de sus alcances ideológicos. Los autores del plan y el liderato colonialista admitieron que aunque se lograran todas las propuestas del mismo “no se resolverían ni la mitad” de los graves problemas que enfrenta el ELA. Esa admisión confirma que la colonia quebró irremediablemente, que la única posibilidad con el ELA son más parchos, más desastres, más estudios y más planes que solamente sirven para fabricar noticias y falsas expectativas.
Entonces, ¿cuál es el plan? Aumentar las contribuciones por encima de los 80 aumentos que han impuesto durante solo dos años y medio; reducir al mínimo los servicios de la Tarjeta de Salud; arrebatarles a nuestros trabajadores jóvenes hasta los 25 años de edad la garantía del salario mínimo federal y decenas de otras barbaridades que están proponiendo… ¿para qué? ¿Para que una colonia que quebró, que murió, gane más tiempo para continuar deambulando por la tercera dimensión? ¿Para alargar la agonía del pueblo de Puerto Rico?
La otra mitad de los resultados del plan también parece depender de la incertidumbre, de la amenaza y la extorsión que lanzó García Padilla en su mensaje televisado con tono desesperado. Los que le prestaron su dinero y sus ahorros a Puerto Rico porque se les ofreció todas las garantías contractualmente, incluso la garantía constitucional del ELA, o se sientan a aceptar las condiciones que le quiera imponer un desgobierno derrochador, mala paga y sin credibilidad como este o no les pagarán.
En su desesperación, ni siquiera distinguen que entre los acreedores y bonistas, además de grandes fondos billonarios de inversiones, también hay decenas de miles de personas individuales, puertorriqueños y ciudadanos de otros estados, que trabajaron y le prestaron sus ahorros a Puerto Rico porque se les garantizó que cobrarían. Por esa razón, es un vil engaño de García Padilla plantear el acuerdo con algunos bonistas de la AEE como modelo a seguir de la supuesta viabilidad de la “temeridad colonial”. En ese acuerdo con la AEE, los únicos que pactaron fueron fondos billonarios de inversiones que nada pierden. Gran parte del dinero que utilizan para la compra de bonos son el resultado de actividades económicas exentas o con privilegios contributivos. Son, además, inversiones de fondos tan ricos que pueden esperar años o décadas para recuperar con creces lo que aparentan ceder en un acuerdo de cinco años con la AEE.
Por el contrario, en el caso de los puertorriqueños que le prestaron al ELA, estos no pueden perder sus ahorros ni pueden negociar porque no son fondos billonarios de inversiones. Esos no tienen grandes firmas de asesores financieros. Cuando prestaron, lo hicieron confiando en la buena fe y las garantías que les ofreció el gobierno. Personas como esas trabajaron toda su vida. Le pagaron al ELA contribuciones abusivas de entre 33% y 42% de los ingresos que sudaron. El dinero que lograron salvar para sus ahorros y su retiro se lo prestaron a Puerto Rico para escuelas, carreteras, acueductos, electrificación y hospitales. Ahora el liderato colonialista los cataloga como “buitres”. Este desgobierno pierde de vista que se trata de decenas de miles de comerciantes, personas envejecientes, fondos de retiro de trabajadores, empresarios que crean empleos y cooperativas.
Lo que este desgobierno colonialista acuerde o planee por escrito, no vale siquiera el precio del papel donde se escriba. El Gobernador dijo que debemos unirnos para “salir del hoyo”. ¿En serio? Señor Gobernador para “salir del hoyo” primero tenemos que salir de usted y su gobierno en las próximas elecciones y de la colonia lo antes posible. El único Plan de Ajuste fiscal que nos salvará es la estadidad, lo demás son “pamplinas”.
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