La Legislatura de Puerto Rico enmendó la Ley Electoral en diciembre de 2014 con una plétora de trucos y entuertos para que el PPD pueda perpetuarse en el poder; extraído de su interminable saco de pertrechos para aumentar de forma abusiva los requisitos de endosos de los candidatos independientes a 3% de la suma total de los votos válidos obtenidos por los candidatos en las pasadas elecciones generales. En el caso del aspirante a Senador Independiente por Acumulación, Dr. Vargas Vidot, esta enmienda le hubiera requerido alrededor de 55,000 endosos. En el Código Electoral de 2011, el PNP redujo la cantidad de endosos para los candidatos independientes de 5% en la derogada ley Electoral, o casi 100,000 endosos, a 1% o unos 18,000 endosos.
Liza cumplió con la encomienda que le dio el PPD, su patrono político, siendo este partido quien la coronó presidenta de la CEE, mientras ella le rascaba la espalda a San Antonio Hacha, que era su abogado cuando ambos fungían en la comisaría electoral junto al nebuloso Eder Ortiz. Esta burócrata acaba de inventar una teoría leguleya, de las que nos tiene acostumbrados, para decir que no es inconstitucional la enmienda abusiva de la Legislatura dominada por el PPD, sino que fueron los reglamentos que la CEE adoptó los que cometieron ese error numérico. O sea, según Liza, en la jerarquía de derecho un reglamento ahora puede estar por encima de la ley. Esta señora se sacó de la manga y legisló, por resolución administrativa, que el número de endosos sea 8,900, usando una matemática siniestra donde dos más dos puede igualar a tres. La enmienda revela el abuso de poder que permea en la CEE.
Liza, la misma que viste y calza, siendo estudiante de derecho afirmó en un artículo en la Revista Jurídica de la Escuela de Derecho de la Interamericana, con evidente y burda prosa política, que, “[l]os partidos políticos se han convertido en gran estorbo para la sociedad. Partidizar los procesos ha prostituido el verdadero sentido de los eventos electorales, que debe ser conocer la voluntad del pueblo y cumplirla. Lamentablemente, ante la hipocresía de aquellos que dicen llamarse líderes, hay que hacer valer nuestros derechos…” ¿Qué la hizo cambiar en el camino? ¿El poder, que según Gabriel García Márquez es un afrodisiaco más? O, ¿el afán desmedido de establecer una dictadura electoral?
Lo próximo que veremos en Liza será descargar su mandado político violando la Ley Electoral y las resoluciones de la CEE para tronchar el escrutinio electrónico en las primarias de junio. La nueva agenda será cambiarle las reglas de juego al PNP, después del juego comenzado, y poder asegurar el triunfo de David Bernier. Se trata, mediante cualquier artificio, de ganar por reglamentación; en las mesas, no en las urnas. La estrategia es burda; obliga al PNP a buscar los funcionarios de colegios para que se peleen entre ellos por la dimensión agresiva que ha adquirido el proceso primarista.
¿Alguien quiere apostar a lo que es capaz de hacer para las elecciones generales esta diseñadora electoral? Celebrando como un pavo real cada vez que acomete una fechoría de las suyas, Liza ha ido convirtiendo a la CEE en un sistema parecido al anacrónico sistema de Venezuela, donde la voz y el derecho de las minorías no cuenta absolutamente para nada. Solo vale el poder omnímodo del jerarca de turno.
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