MANIFIESTO: ¡REVOLUCION AZUL! – Por Franklin D. López

04/16/2016 | Filed under: Campaña | Posted by: Francisco

MANIFIESTO: ¡REVOLUCION AZUL!

Por Franklin D. López

Periodista, Escritor, Empresario y Preso Político

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“Las sociedades existen entre tres fórmulas distinguibles: 1) Sin Gobierno 2)Bajo un Gobierno y 3) Bajo la fuerza de un gobierno”- Tomas Jefferson

Sentado en mi escritorio, analizando el caótico proceso de la Comisión de Recursos Naturales y el Congreso sobre la Junta Fiscal y la deuda del ‘estado libre asociado’, vino a mi mente los pensamientos de uno de los padres más distinguidos de la Nación de Estados Unidos, Tomás Jefferson. En una carta fechada el 30 de enero de 1787 Jefferson le escribe a James Madison sobre las justificaciones de protesta de agricultores sobre unas negociaciones de Estados Unidos que permitirian el uso del Río Missisisippi por parte de España, Los agricultores de la época se oponían tenazmente a este acuerdo. Jefferson hacía claro que los ciudadanos tienen un derecho de revolucionarse ante la fuerza y el atropello del estado cuando no se atienden sus reclamos.

La dinámica que observé en la vista, presidida por el Representantes Rob Bishop, (R-Utah) fue una comparable con el proceso de aprobación de la Ley de Moratoria del Gobierno PPD territorial. ‘Hay que aprobar la medida a como de lugar’ proyectaba su presidente. Se invitaron a cinco ponentes, que parecían haber sido escogidos por Wall Street y los Fondos Buitres. Era un libreto planificado. Se convocó a una votación a las 5:00 pm que no ocurrió porque muchos de los miembros de la Comisión tenían dudas y preguntas sobre si la medida era un ‘plan de rescate’ y si iba a tener impacto económico.

Al ver lo ocurrido, el Speaker Paul Ryan convocó una reunión del liderato GOP de la cámara que se celebró el viernes en la mañana. Los miembros del “Caucus de la Libertad” o ‘Los Teteros’, ala ultra conservadores del GOP, plantearon muchas preguntas y dudas sobre el costo de la medida a lo que Ryan respondió que la misma era neutral en cuanto a su impacto fiscal. Es la primera vez en la historia de las relaciones entre Estados Unidos y Puerto Rico que un reunión para determinar política pública sobre asuntos Nacionales trataba un sólo tema: la crisis de Puerto Rico. Esto se le debe al poder económico de Wall Street y sus aliados los Fondos Buitres que hicieron su trabajo mientras el Gobierno colonial y su principal partido de oposición fallaron en ver el Tsunami que nos viene encima.

El Speaker Congresional Paul Ryan emitió una declaración para evitar un tranque en la medida intentando asegurar que se ahogara frente a la presión de los Congresistas ultra-conservadores de su propio partido en dónde dijo “Puerto Rico está haciendo algo grande al ceder la administración a la Junta Fiscal Federal” expresó Ryan. La Junta Fiscal tiene poderes plenipotenciarios, apoyados por el Artículo 4 de la constitución Federal y el gobierno del territorio sencillamente será uno, sencillamente sometido a sus dictámenes convirtiéndolo en el Siglo XXI en marionetas de la metrópolis. Esto se lo debemos a las administraciones que ignoraron el Informe Tobin a partir del 1975, hace 41 años. Esto se lo debemos a las políticas fiscales de tomar préstamos para pagar préstamos y gastar en proyectos vanidosos y grandiosos destinados al fracaso.

Luego de la reunión de Ryan, como a las 12:30 pm no habían los votos. El líder de la Mayoría Kevin McCarthy, junto a su “látigo” Rep Steve Scalise y los ayudantes de Ryan comenzaron a llamar a sus aliados en el GOP para presionar y obtener los votos necesarios para descargar la medida la semana que viene. Si Ryan no obtiene que su mayoría apoye la medida se la aliará, como lo hizo en su elevación a la Presidencia de la Cámara, con los demócratas y el proyecto sufrirá enmiendas pero se aprobará. Es importante señalar que el Secretario del Tesoro Jack Lew, por instrucciones del Presidente Obama, hizo expresiones sobre la necesidad de una Junta Fiscal Federal con poderes extraordinarios.

Llevo meses cabildeando a los Congresistas de ambos partidos que la medida que crea la Junta Fiscal Federal si no viene acompañada de una expresión clara y fuerte para resolver el estatus una vez se atienda el asunto de la deuda pública fracasará de inmediato y la Isla se vaciará en los Estados Unidos y los recaudos y la economía territorial colapsarán aún más.

Cuando el sector dominante de la prensa aplaudía al Gobernador PPD García Padilla por haber “salvado las finanzas y el Fondo del Retiro” escribí un comentario pronosticando lo que venía bajo con el título “El Camino a la Perdición y a la Insolvencia” que circulé entre los miembros del Congreso, Senado y Casa Blanca. Cómo siempre ocurre en las políticas domésticas y de relaciones exteriores Washington no reaccionó porque sencillamente Puerto Rico no estaba en la agenda Nacional.

El toque de la alarma ocurre cuando el cuando el Gobernador colonial hace expresiones de que “me valen las casas acreditadoras” y cuando hacen un pago parcial de la deuda a los bonistas. Esto se acelera cuando la Autoridad de Energía Eléctrica literalmente se queda insolvente y contratan a Lisa Donahue para negociar con los tenedores de los bonos de dicha agencia. Wall Street y los ‘Fondos Buitres’ comienzan a planificar un mega operativo cuyo resultado es esta medida Congresional. Los bonistas están logrando con esta medida lo que no pudieron los Méjico-Americanos con sus aliados de aprobar una Reforma Imigratoria luego de gastar $ mil-500 millones en cabildeo en cinco años.

La lección de todo este proceso es una reafirmación que ‘aquellos que tienen el oro hacen las leyes’ se vuelve hacer realidad. ¿Y cómo es que en el caso de la deuda pública la medida se mueve con rapidez?

El mercado de bonos municipales, que de acuerdo Reuters es de $3.652 TRILLONES de dólares, puede afectarse por el colapso de los bonos del territorio y sus $72 billones, más los $44 billones que los políticos del patio se llevaron del Fondo del Retiro para tapar agujeros presupuestarios. Como dicen mis amigos Españoles “oye tío…¡eso es mucha pasta!” ¡El monto de la deuda en fondos municipales son palabras mayores!

En múltiples comentarios en Español e Inglés dirigido a Washington he hecho expresiones en el sentido de que hay que usar la crisis como vehículo para encaminar un proceso para ponerle fin al asunto del estatus político. Es evidente que hay resolver el tema de la deuda pública. Pero si los arquitectos de esta legislación creen que dándole poderes dictatoriales y de gobernar por decreto para recortar y eliminar agencias y despedir empleados públicos de una burocracia inoperante y rebajarle el salario mínimo a los jóvenes es la solución fracasarán desde el principio.

Una sociedad estancada en un lodazal de impuestos que hace inamovible todos los sectores de una economía de mercados se hundirá más, se encogerá más y el consumo colapsará más, los valores de bienes raíces se hundirán aún más en una deflación sin precedentes y se reducirán considerablemente los recaudos y sobre todo se disparará aún más el éxodo poblacional.

Es evidente que el principal partido de oposición, el PNP, no ha comprendido la extraordinaria oportunidad que nos da esta atención Congresional sin precentes y el vehículo de la crisis para encaminar una solución a nuestro status. ¡NADIE VA A VENIR A PUERTO RICO A INVERTIR, NI A VIVIR EN UN AMBIENTE MINADO DE DECENAS DE IMPUESTOS, CON EL COSTO DE VIDA MAS ALTO, CON EL COSTO DE ELECTRICIDAD MAS ALTO (después de los aumentos que vienen en el verano a la electricidad) Y CON UNA INCERTIDUMBRE HACIA DONDE NOS DIRIGEN! La estrategia del PNP en Washington es intentar ponerle parchos a la medida para tratar de darle al quebrado Gobierno territorial algún oxígeno para que tenga algo en que entretenerce y poder alimentar a las huestes.

Ante este tétrico cuadro ¿qué hacer? Yo recomiendo hacer una Revolución Azul por la Causa de la Igualdad. Y… ¿cómo lo hacemos? Si el PNP no logra insertar en la legislación un proceso de que se incluya la solución del status entonces debemos implantar el Manifiesto de laRevolución Azul que describo acontinuación:

Manifiesto de la Revolución Azul

Nosotros, el Pueblo de Puerto Rico, ciudadanos Americanos desde el 4 de marzo de 1917 que el Partido Nuevo Progresista, fundado por Luis A. Ferré con el objetivo principal de luchar y lograr la igualdad política, a través de la incorporación del territorio a la Unión de Estados Unidos, expresamos, exigimos y demandamos lo siguiente:

1- Es un derecho inalienable en una democracia, en donde sus ciudadanos ostentan la ciudadanía Americana, el derecho a la igualdad política y a todos los privilegios y obligaciones inherente a la misma.

2- En una sociedad democrática no puede existir el verdadero disfrute a la libertad si no existe el pleno derecho a la igualdad.

3- Que la presente condición política, social y económica que padece el Pueblo de Puerto Rico es contraria al derecho Internacional por ser segregacionista, discriminatoria y desigual y que la misma fue rechazada con el 54% de los votos emitidos en el Plebiscito del 6 de noviembre del 2012.

4- Que el Pueblo de Puerto Rico atraviesa su peor crisis promoviendo la desintegración de la familia Puertorriqueña obligándoles abandonar todo para buscar mejor calidad de vida en los estados de la Unión.

5- Que ha quedado al descubierto el estado de coloniaje y segregacionismo de la presente condición política de Puerto Rico al Congreso de los Estados Unidos invocar sus poderes plenarios sobre el territorio para aprobar legislación que elimina el derecho a gobernarse.

6- Que el Congreso de los Estados Unidos expresa en la legislación para atender la crisis fiscal bajo el nombre de PROMESA lo siguiente: “Nada en esta legislación puede interpretarse que el Pueblo de Puerto Rico ejerza su derecho de libre determinación para resolver su estatus políticos.” Es importante enfatizar que la aprobación de la asignación de $2.5 millones en el presupuesto de Estados Unidos del 2014 es una clara señal, camino e invitación, aprobada por Demócratas y Republicanos y firmada por el Presidente Barack Obama, para resolver nuestro estatus. Optar por otros caminos o rutas sería oponerse al espíritu y a la letra de lo aprobado por el Congreso y el Presidente de Estados Unidos.

Resuélvase por el Pueblo estadista y militantante en el Partido Nuevo Progresista lo siguiente:

Será la máxima prioridad y obligación de todo aquel ciudadano electo en la papeleta del Partido Nuevo Progresista en las elecciones generales del 2016 promover y redactar legislación para la celebración de un plebiscito Federal el 4 de marzo del 2017 donde se incluyan las tres fórmulas reconocidas por el derecho internacional como descolonizadoras según dispone la Resolución 1541-XV de las Naciones Unidas.
La legislación a someterse debe aceptar la invitación que ha hecho el Congreso de los Estados Unidos y el Presidente en la Ley del Presupuesto de Estados Unidos aprobado para el año fiscal 2014 asignando $ 2.5 millones de dólares para la celebración de un plebiscito sobre el estatus final de Puerto Rico.
Todos, sin excepción, los candidatos a puestos electivos deben firmar su compromiso de implantar los objetivos de este Manifiesto de Revolución Azul tan pronto se ganen las elecciones. El candidato o candidatos que se niegue a implantar los objetivos de este Manifiesto de Revolución Azul serán derrotados por el propio Pueblo estadista usando la fuerza de su voto para erradicar aquellos que sólo usan la causa para administrar y beneficiarse de la colonia.
Que este Manifiesto de Revolución Azul será incorporado íntegramente en la plataforma del Partido Nuevo Progresista y el candidato que obtengan el aval mayoritario del Pueblo estadista en las primarias del 5 de junio de 2016 designará, como primer acto, una Comisión Azul para redactar la legislación para encaminar el Plebiscito del 4 de Marzo de 2017 y trás jurar su cargo el 2 de enero de 2017 enviará la medida para su inmediata aprobación en la Asamblea Legislativa del territorio.
Que el nuevo gobierno de Puerto Rico asignará los fondos que sean necesarios para implantar el resultado de dicho plebiscito y será obligación del Comisionado(a) Residente electo de presentar, una vez certificados los resultados, un Acta de Admisión de Puerto Rico como el estado 51 de la Unión Americana de Estados Unidos.

Todos aquellos que deseamos ponerle fin al coloniaje, al segregacionismo y a la crisis y encaminar a nuestro Pueblo en el camino seguro de la Unión de los Estados Unidos y su derecho a la felicidad deben enviar a los dos candidatos a la gobernación; a los dos candidatos a Comisionado Residente; a todos los candidatos a las alcaldias y asambleas municipales y a todos los candidatos a la Asamblea Legislativa copia de este Manifiesto de Revolución Azul y exigirle que se comprometa con su firma a implantarlo y que haga público antes de las primarias hacerlo la máxima prioridad de su gestión pública. REAFIRMA TU COMPROMISO CON LA CAUSA Y EL ¡IDEAL! ¡HAZLO AHORA! El ideal por encima de todo!

Si estás de acuerdo con este Manifiesto de Revolución Azul envia el mismo a las siguientes direcciones de las cuentas en Twitter de sus candidatos: @pierluisipnp @ricardorossello @Jgo_2016 @carlosipesquera @trschatz @camarapnp @senadopnp

Si no lo hacemos ahora…cuándo?

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{Encontramos esto en el Internet, Felicitamos al que lo preparó.}

Manifiesto Estadista Puertorriqueño

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1st June 2001, 12:54

El_Jibaro

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1st June 2001, 13:15

El_Jibaro

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Manuel Alonso

MANIFIESTO ESTADISTA PUERTORRIQUEÑO

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Cuando en el transcurso de los eventos humanos se hace necesario apuntar un dedo acusador a una Nación que por más de dos siglos ha sido un faro de Libertad, Esperanza y Progreso para todos los pueblos del mundo; y cuando se hace necesario exponer graves inconsistencias en el comportamiento de esta Nación, como por ejemplo, la negación de parte de ésta de derechos y libertades esenciales a una porción considerable de su población, con el claro propósito de que al revelar la existencia de esta enfermedad se evite un cáncer de contradicciones que ponen en precario el alma misma de esta Nación — entonces recae sobre aquéllos de entre nosotros que sufren esta injusticia, sobre aquéllos de entre nosotros que ven la clara realidad, la responsabilidad de explicar a esa Nación y al mundo entero, las razones que mueven nuestra protesta, nuestro reclamo de justicia y nuestras acciones.

Por más de 100 años las islas de Puerto Rico han estado bajo la dominación de los Estados Unidos de América. Recordemos que cuando las tropas de este país arribaron al litoral puertorriqueño el 25 de julio de 1898, lo hicieron bajo el estandarte de la Libertad, con una promesa a flor de labios de extender las bendiciones de la Democracia a un pueblo largamente oprimido. Hasta el día de hoy, para los ciudadanos americanos de Puerto Rico, que son herederos de esta promesa, ésta permanece sin cumplir.

Cuatro grandes principios alientan nuestra protesta y nuestra resolución:

Primero, que el sistema democrático es fundamental para la vida de la comunidad puertorriqueña;

Segundo, que entendemos por sistema democrático aquél donde la voluntad del pueblo es la fuente del poder público, donde el orden político está subordinado a los derechos del hombre y donde se asegura la libre participación del ciudadano en las decisiones colectivas;

Tercero, que consideramos factores determinantes en nuestra vida la ciudadanía de los Estados Unidos de América y la aspiración a continuamente enriquecer nuestro acervo democrático en el disfrute individual y colectivo de sus derechos y prerrogativas; la lealtad a los postulados de la Constitución Federal; la convivencia en Puerto Rico de las dos grandes culturas del hemisferio americano; el afán por la educación; la fe en la justicia; la devoción por la vida esforzada, laboriosa y pacífica; la fidelidad a los valores del ser humano por encima de posiciones sociales, diferencias raciales e intereses económicos; y la esperanza de un mundo mejor basado en estos principios.

Cuarto, que nosotros consideramos los anteriores principios como las metas verdaderas de una sociedad ilustrada y liberal; que estos principios deben de aplicarse consistente, coherente y universalmente, por siempre jamás, sin distinción de raza, nacionalidad, origen, lengua, religión y otros rasgos humanos, tanto de parte de los Estados Unidos hacia Puerto Rico, como de los ciudadanos americanos de Puerto Rico en sus relaciones mutuas.

Nuestro argumento principal estriba en que cuando una forma de gobierno se comporta de manera destructiva hacia los anteriores principios; o cuando esta forma de gobierno aplica estos principios de manera parcializada y selectiva según criterios raciales, nacionales, étnicos, etc.; o cuando esa misma forma de gobierno ataca esos principios mediante una lánguida indiferencia — pertenece al pueblo el derecho de alterar dicho sistema de gobierno, o de abolirlo finalmente.

Nosotros, siendo americanos, creyentes firmes en la capacidad de la democracia americana para renovarse a sí misma, conscientes de que otros miembros de la hermandad puertorriqueña buscan simplemente la abolición de todos nuestros vínculos con la Metrópoli, a diferencia de éstos buscamos alterar la relación que existe entre los Estados Unidos de América y Puerto Rico, para transformarla en una respetuosa a los valores democráticos y a nuestro derecho a la autodeterminación.

Nos anclamos en las grandes vertientes históricas de reforma y mejoras que han hecho de los Estados Unidos de América un taller de la democracia en perpetua construcción: en el espíritu del 1776 que reconoció que todos los hombres nacen iguales, en el movimiento abolicionista del siglo XIX que eliminó la esclavitud; en el movimiento sufragista femenino y en el movimiento de derechos civiles que terminó en el desmantelamiento de las estructuras racistas en este país. Confiamos plenamente ante Dios, el Mundo y la Historia que los Estados Unidos de América proveen el ambiente y las condiciones propicias para alcanzar justas soluciones democráticas para nuestros agravios y garantizar a los puertorriqueños nuestro progreso material y cultural.

Porque la Historia ha sido testigo de que el tratamiento dado a Puerto Rico por los Estados Unidos de América no ha sido siempre uno de liberalismo ilustrado ni uno siempre caracterizado por la aplicación consistente de los valores democráticos más altos. Antes bien, este tratamiento se ha caracterizado por ser uno de experimentación azarosa, uno de timidez, o uno de indiferencia. Como ejemplos de estos agravios destacamos los siguientes:

Los Estados Unidos de América, tras anexar a Puerto Rico al término de la Guerra Hispanoamericana, juzgando a los puertorriqueños demasiado inmaduros para gobernarse a sí mismos y negándose a trabajar con el liderato criollo, escogió gobernar a la Isla a través de políticos carecientes de las destrezas administrativas necesarias para gobernar y que no tenían el bien de la Isla en mente;

Su Corte Suprema le dió sanción legal a una nueva clase de entidades territoriales, dotando al Congreso de los Estados Unidos el poder de eximir a Puerto Rico de legislación uniforme y colocando a la Isla bajo su poder directo;

Esta misma Corte Suprema definió a Puerto Rico como propiedad de los Estados Unidos no incorporada a su territorio nacional íntegro, de manera que Puerto Rico pertenece a los Estados Unidos pero su territorio no forma parte de los Estados Unidos. Esto ha sido el origen del conflicto de identidad y duda que ha aquejado a los puertorriqueños por más de un siglo;

Los Estados Unidos, durante los primeros 30 años de administración territorial, aplicaron una política de asimilación lingüística y cultural forzada, algo incompatible con los más altos ideales democráticos y con el derecho a la autodeterminación de los pueblos;

Su Congreso otorgó la ciudadanía americana a los puertorriqueños, pero ha fracasado o evitado ponerlos en la vía hacia la igualdad de derechos y de responsabilidades compartidas que disfrutan nuestros conciudadanos en el resto de la Nación;

La relación política actualmente existente entre Puerto Rico y los Estados Unidos le permite al Congreso de este último aplicarnos un impuesto de dos tipos sin la concurrencia de nuestros representantes legítimos ni de nuestro asentimiento formal. Lo hacen mediante la imposición de gravámenes monetarios a las corporaciones americanas establecidas en Puerto Rico y mediante la colección de otros impuestos y arbitrios, mientras que sólo recibimos la mitad de los beneficios que nos corresponderían de ser estado de la Unión. Y el otro gravamen es uno de sangre, impuesto a nuestros hijos e hijas que han sido o podrán ser reclutados para ir a combatir en guerras declaradas por un Congreso en donde carecemos de representación, dirigidas por un Ejecutivo a quien no elegimos, sometidos a una Corte Suprema cuyos miembros nunca han sido confirmados por nuestros representantes legítimos.

Estas políticas desacertadas, inconsistentes y hasta antiamericanas han creado en las mentes de los ciudadanos americanos de Puerto Rico una actitud de desfallecimiento, cinismo, desespero y falta de confianza en un futuro colectivo entre los dos pueblos;

Ese desfallecimiento colectivo origina un éxodo masivo de puertorriqueños hacia la Metrópoli en busca de esos derechos políticos y económicos que nos son negados en nuestra tierra natal, u origina y alimenta un espíritu de desafío y rebelión en una minoría ruidosa, quienes buscan resolver nuestra situación a través de la violencia y de métodos antidemocráticos;

Que por todo esto, los Estados Unidos de América son parcialmente responsables de que exista un ambiente de desasosiego, paralización económica y erosión de la paz social en Puerto Rico.

Ante estas injusticias hemos reclamado una y otra vez soluciones a nuestros problemas, siempre en términos bien humildes y sumisos; pero nuestras peticiones han sido contestadas o con más agravios o con crasa indiferencia.

Por lo tanto, nosotros los subscribientes, en nombre de el pueblo de ciudadanos americanos de Puerto Rico, a través de este Manifiesto Estadista Puertorriqueño, reclamando inmediato desagravio y atención a nuestros problemas, formal e inequívocamente,

Demandamos:

Que los Estados Unidos de América cumplan con sus ideales fundacionales y enfrenten su responsabilidad histórica reconociendo el derecho de los ciudadanos americanos de Puerto Rico a su soberanía y a su autodeterminación;

Que el Congreso de los Estados Unidos de América, teniendo presente el fin del régimen colonial secular, inmediatamente y sin demora provea opciones estatutarias claras, concisas y precisas, entre las cuales los ciudadanos americanos de Puerto Rico puedan escoger libremente;

Que este mismo Congreso se comprometa a honrar la selección hecha por los ciudadanos americanos de Puerto Rico, cualquiera que sea;

Que cuando los ciudadanos americanos de Puerto Rico elijan ser un estado federado, unido y soberano, el Congreso de los Estados Unidos honren esta elección inmediatamente y sin demora, sin imponer condiciones pesarosas e insensatas;

Que este mismo Congreso otorgue a los residentes de Puerto Rico una transición a la estadidad que sea justa y equitativa;

Que para alcanzar esta meta, el Congreso de los Estados Unidos, inmediatamente y sin demora, tome los pasos necesarios para efectuar nuestra completa integración social y económica con el resto de la Nación.

Nos Proponemos:

Aceptar nuestra parte de responsabilidad y culpa por el ambiente actual de inseguridad social, cinismo e indecisión reinante en Puerto Rico, y a aceptar plenamente nuestra responsabilidad histórica de cambiar el status quo;

Recordar, incomodar y exigir de los Estados Unidos de América, a través de todas sus ramas de gobierno, que enfrenten su responsabilidad y que se formule una solución definitiva e irreversible del problema del status político de Puerto Rico;

Trabajar sin descanso y con tesón para que la estadidad sea la única solución reconocida aceptable para nuestra condición de ciudadanos americanos;

Elevar nuestro reclamo por la estadidad, soberanía e igualdad ante cualquier foro nacional o internacional que nos conceda una audiencia;

Retar, repudiar y rechazar ante todo foro nacional e internacional, la vil y despreciable mentira de que la estadidad no es una fórmula descolonizadora válida y digna para los puertorriqueños;

Oponernos a todo proceso de «Traspaso de Poderes» que conlleve la disolución de los vínculos legales, constitucionales y ciudadanos existentes entre Puerto Rico y los Estados Unidos. Mantenemos que la solución del problema estatutario de Puerto Rico deberá de buscarse dentro del contexto provisto por la Constitución de los Estados Unidos, y en los precedentes sentados por la jurisprudencia federal que sean pertinentes a nuestro caso. Entendemos que el proceso de «Traspaso de Poderes» tal y como lo define el sector separatista isleño y como le fue vendido a la Organización de las Naciones Unidas por países cuyos habitantes carecen de libertades políticas y económicas fundamentales, es un proceso viciado y parcializado hacia la independencia política. Ese proceso no nos ofrece solución seria alguna ya que nos margina como grupo político y soslaya la base misma de nuestros reclamos de estadidad, igualdad y soberanía. No toleraremos de ninguna manera que se imponga esta farsa como solución legítima y verdadera a los ciudadanos americanos de Puerto Rico.

Trabajar en solidaridad con otros americanos de ascendencia puertorriqueña, nacidos y/o localizados en la Metrópoli, compartir nuestros problemas, y coordinar una acción común a través de todos los niveles de gobierno y en todas nuestras comunidades;

Ser una potente voz para otros ciudadanos americanos de ascendencia hispana carecientes de una, sea en las aulas de gobierno o dentro de los partidos políticos nacionales, ya que su lucha es nuestra lucha y nuestra lucha, aunque muchos de ellos no lo sepan todavía, es su lucha también.

Fomentar un ambiente de paz y entendimiento mutuo entre nuestros pueblos, sin distinción alguna, y rechazar y condenar toda palabra o acción dirigida a separarnos.

Nos Comprometemos a:

Informarnos, educarnos y a envolvernos políticamente, a conocer nuestra historia tanto como puertorriqueños como americanos, sapientes tanto en inglés como en español, con argumentos siempre listos para defender la Verdad y desconcertar a nuestros oponentes ideológicos;

Adherirnos a los niveles más altos en el debate público, sin apelar al miedo, sin prometer más mantengos, sin recurrir a lenguaje soez o a ataques personales para promover nuestra causa;

Adherirnos a los más altos niveles de ética y de trabajo en el servicio público, en todo puesto de confianza en el gobierno, en la industria y en los negocios.

Trabajar sin cesar y sin descanso hasta que nuestra causa prevalezca.

Pidiendo:

La ayuda de Dios Todopoderoso y la ayuda de todos los hombres y mujeres de buena voluntad,

Nosotros, los subscribientes, ciudadanos americanos de Puerto Rico, a fin de alcanzar estas nobles metas, empeñamos nuestras vidas y nuestro más sagrado honor.