Una cantidad de deuda pública descontrolada que se ha salido de proporción en comparación con los estados, que ya no va a la par con el crecimiento económico, que ha aumentado en apenas unos años lo mismo que había aumentado en décadas, y una exhortación a controlar los gastos y los déficits presupuestarios.

Todo esto le suena a discusiones que se han tenido en Puerto Rico en los últimos cuatro años, ¿no?

¿Y si usted estuviera leyendo todos esos argumentos en un documento de 1975? ¿Dirigido al Gobernador? ¿Con advertencias concretas que han resultado ser proféticas? ¿Qué pensaría de todo lo que nos han dicho desde entonces y de los ocupantes de La Fortaleza que han tenido el poder para cambiar este derrotero y no lo hicieron?

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«El volumen de emisiones de bonos del Estado Libre Asociado y sus agencias ha aumentado tan aceleradamente en los últimos años que nuestro crédito ya se ha afectado adversamente en el mercado de valores», abre Rodríguez Benítez.

En comparaciones que no se discutirían públicamente por décadas, el funcionario le ilustró al Gobernador que la relación de la deuda de Puerto Rico al ingreso personal de los puertorriqueños ya era más del doble (58%) del estado más cercano a la Isla en la misma estadística (Nueva York, 25%). Otra comparación que proveyó fue que la deuda de la Isla ya era 2.34% de toda la deuda pública municipal en Estados Unidos aunque Puerto Rico representaba sólo el .5% del producto nacional de los Estados Unidos.

Rodríguez Benítez advierte también que ya en ese momento Puerto Rico esta emitiendo deuda a intereses elevados.

Para hacer el documento más relevante aún a nuestra situación actual, el expresidente incluye en sus advertencias el problema de la deuda con la Autoridad de Energía Eléctrica, entonces Fuentes Fluviales, y también que algunos manejadores de inversiones se están alejando de los bonos de Puerto Rico.

Ya desde esa fecha, la búsqueda de alternativas al nivel de endeudamiento público incluía explorar mercados en Venezuela, Medio Oriente y Europa, pero «[l]os primeros indicios, sin embargo, no son halagadores» y «por ahora urge que tomemos medidas muy firmes (y dolorosas)».

¿Qué recomendaciones hacía el Presidente del BGF a Fortaleza en 1975?

AGP con su inglés de tercer grado colgao es un bochorno para Puerto Rico.

Hizo tres: 1) No crear corporaciones públicas para seguir tomando prestado (como hizo la Administración Acevedo Vilá con COFINA y como todavía hoy siguen haciendo), 2) que no se hagan proyectos «por meritorios que sean» que aumenten la necesidad de vender bonos, y 3) que se revisen programas financiados con deuda para reducirlos.

Rodríguez Benítez cerró con un llamado urgente a que el Gobernador iniciara políticas públicas para traer bajo control «la posición frágil en que nos encontramos» y así evitar poner en peligro el financiamiento gubernamental.

«De hecho, puede que y sea tarde», remató con una frase corta, pero que retumba 40 años después.

Leyes no faltan. Ya en Puerto Rico se han radicado cargos criminales por actuaciones negligentes de funcionarios públicos en el descargue de su función. Sólo el tiempo dirá si el manejo de la deuda pública traerá o no un ajuste de cuentas para los «honorables» que nos trajeron hasta aquí.