Y es que esa nena de 21 años tiene una cosa que no sé bien qué es que te enamora, a menos que se sea un fanático criticón, de esos que siempre tiene que ver la paja en la leche.

Puerto Rico Flag

Orgullozo por la Participación de Puerto Rico en las Olimpiadas

Otra vez haciendo la salvedad de que no sé nada de deportes, digo sin temor a que me critiquen que Puerto Rico necesita de Mónica Puig. Y la uso como un ejemplo.  En términos de lo que representan moralmente y en tiempos de crisis las figuras deportivas, tendría que incluir a decenas de atletas, muchos de los cuales nos representan hoy en los Panamericanos, desde el abanderado Luis, que me hizo un taco en la garganta cuando lo vi ondear esa bandera sabiendo que no podría cumplir su sueño de participar por su lesión, hasta cada uno, con o sin medalla, que nos ha representado.

Nuestro pueblo, como muchos otros, se une en tiempos de dificultad por cosas grandes, como el deporte. Y nosotros, que no estamos pasándola Disney World, est

amos en esas. El otro día hablaba con alguien que me decía que no exagerara la nota

Orgullozo por los Triunfos de mis conciudadanos que por la Libertad son los Mejores del Mundo

Orgullozo por los Triunfos de mis conciudadanos que por la Libertad son los Mejores del Mundo

sobre Mónica Puig, que vivía en Miami y que había bajado de ranking. Y yo, que ese día no estaba en mi mejor momento, no le refuté. Me molesta no haberlo hecho. Después confieso que he perdido unas horitas de sueño por culpa de eso. (Sí, si yo me atendiera con un sicólogo me diría que no fuera ridícula, que la de la raqueta no soy yo, pero así soy).

Y es que me pongo a pensar en lo exigentes que somos con nuestros atletas cuando le damos tan poco a cambio. Me cuentan los que saben que aquí el apoyo precompetencias es mínimo, que los costos para “hacer” un atleta sale de ellos mismos y de los sacrificados bolsillos de sus familiares, cuando son pequeños, y de ellos mismos, cuando van ganando alguito. Y a veces ni ganan na’.

La gente se crea grandes expectativas y a mí me encanta que piensen en grande, pero son expectativas irreales. No pueden pedir las grandes medallas cuando los atletas tienen que ganarse su vida en otras cosas. No pueden pedir grandes medallas cuando ni siquiera les gusta pagar e

A veces olvidamos que casi el 70% residimos en los Estados de Nuestra Nación USA

n los parques o en las canchas y cachetean las entradas. No pueden pedir grandes medallas cuando se burlan del intelecto de un deportista, como si cambiaran músculo por neuronas. Personalmente me rindo con igual pasión ante los pies de la disciplina de un atleta y la disciplina de un maestro o de un doctor, por decir cualquier profesión. No le llego a los talones, a ninguno.

Y vuelvo al caso de Mónica. ¿Recuerdan ustedes cuando quemaron la Isla por las cuatro esquinas cuando CON DERECHO Gigi Fernández eligió representar a Estados Unidos? ¡Pues he aquí el típico caso de la gata Flora!

Esta niña, nacida aquí pero criada allá, es una verdadera gloria nuestra. Como dije antes, no la conozc
o personalmente, pero la vi jugar una vez en vivo, en un torneo en Humacao, torneo cuyo nombre no recuerdo porque, de nuevo, no sé nada de deportes y la vi por accidente. La vi sufrir. La vi persignarse humildemente  y buscar la mirada de su madre cada vez que lo hacía superbien y cada vez que lo hacía mal.

Ese día, cuando ganó, la vi gritar: “¡Yo soy boricua, pa’ que tú lo sepas!” Y la mancha de plátano me saltó como si la conociera de toda la vida. Pa’ colmo, cuando terminó de jugar se fijó unos segundos en mí, no por mí sino porque andaba con mi irresistible Yorkie, y me pidió cargarlo. Yo miré para todos lados a ver si me hablaba a mí. Le di a mi gran Malbec y unos días más tarde ella posteó en sus redes que “the cutest pic ever”. Pero más allá de esos 30 segundos personales, yo sentí que su pasión era infinita, que era tan genuino cada vez que leía en el periódico que aspiraba al oro y que lo hacía por Puerto Rico.

No creo que le han dado su lugar del todo. Creo que la ven como una blanquita privilegiada. Si pierde, es una mierda; si gana, es gracias a todos. Como Culson, antes boricua, luego ponceño, pero dependiendo. Si no queda primero, es de Isla de Cabra.

Somos un bonche de malagradecidos por naturaleza, aunque no sepamos ni cargar la raqueta. Concédanle vida de humano a los atletas. Pónganse en su lugar antes de exigirles oro dándole mierda.http://www.nbcolympics.com/news/who-laurie-hernandez

Lea sobre Laurie Hernández – http://www.nbcolympics.com/news/who-laurie-hernandez

Anthony & Wanda Hernandez, Laurie’s Parents: 5 Fast Facts You Need to Know