Por:  José M. Saldaña, expresidente de la UPR

Es pertinente felicitar a Mónica Puig por su espectacular triunfo dándole a Puerto Rico por primera vez en la historia una medalla de oro en unas Olimpiadas. Mónica ha escrito una gloriosa página para la historia.

Este es el triunfo de una joven mujer dedicada, disciplinada, de gran tesón, que con gran esfuerzo, sacrificio personal y familiar –se formó en Florida– logró imponer su clase.

Gracias a Mónica y a nuestros atletas; por varios días escapamos de la triste realidad que nos agobia. Luego de un exuberante patriotismo, terminadas ya las Olimpiadas, es necesario volver a la cotidianidad. Las Olimpiadas entretienen pero no resuelven nuestros angustiosos problemas. Estos hoy siguen iguales o peor. No han mejorado a pesar de la medalla de oro de Mónica ni por la de ningún otro atleta.

La crisis del zika hoy se nos viene encima con efectos que constituirán un desastre para un sistema de salud que amenaza colapsar en los próximos meses sin que se haya implantado acción efectiva alguna para impactar ambos eventos. El sistema de pensiones para los maestros y empleados de gobierno está a ley de colapsar en menos de 18 meses, el sistema de energía eléctrica está en el piso mientras nos imponen dos aumentos en la factura, la deuda de $70 billones continúa sin opción viable, el Índice de Actividad Económica continúa en caída libre, el desempleo sigue haciendo estragos propiciando una emigración cada día mayor, nuestro sistema de educación en condiciones deplorables, la criminalidad y el tráfico de drogas imparables. En fin, luego de escapar momentáneamente de esta caótica realidad hemos vuelto a confrontarnos con un gobierno inepto, en crisis que ha sido incapaz de gobernar y se encuentra en actitud de sálvese el que pueda.

Con un candidato –David Bernier– a la gobernación que mintió descaradamente diciendo que no recordaba por quién había votado en las pasadas elecciones, que reniega de su propio gobierno poniendo distancia entre él y el gobernador de quien fuera su íntimo colaborador y segundo en mando en el desastre de gobierno que hemos padecido. Un supuesto líder que ante la crisis ideológica de su partido por el colapso del ELA, teme pronunciarse respecto a la opción que él favorece que es la independencia mediante la libre asociación y, que por tratar de pescar votos de novoprogresistas “disgustados”, con la misma boca de comer dice favorecer el voto presidencial que representa más unión a los Estados Unidos.

Puerto Rico no puede bajo ningún concepto permitir que este liderato Popular independentista, inepto, corrupto e incapaz pueda regresar al poder en las próximas elecciones. Un gobierno popular para el próximo cuatrienio enviaría un ominoso mensaje a la metrópoli equivalente a rechazar la unión permanente y a timonearnos hacia la separación, poniendo en precario la ciudadanía americana con toda la pérdida que ello representaría para todos los puertorriqueños.

Los estadistas no podemos permitir que nuestro pueblo cometa ese grave error pues se nos va la vida como sociedad organizada bajo los principios del sistema democrático norteamericano. Por todos los medios a nuestro alcance, tenemos que instar a los estadistas que aún puedan quedar disgustados por el resultado de las primarias, a anteponer el ideal por encima de cualquier otra consideración y cerrar filas detrás de Ricardo Rosselló y la estadidad.

El comisionado residente, Honorable Pedro Pierluisi, quien ha sido un estadista de corazón y un excelente servidor público logrando avances para la Isla en el Congreso, tiene ahora la gran responsabilidad de exhortar a todos los que lo apoyaron en la pasada primaria a cerrar filas por el ideal. Exhortar además a que aquellos que amenazan con votar “write in” por él a que depongan esa amenaza que en realidad se constituiría en un voto por la independencia. Nada haría crecerse más a Pierluisi ante la historia que unirse personalmente –con dinamismo– a la campaña eleccionaria para darle al PNP un triunfo contundente que se constituya en un claro mandato para adelantar la causa de la estadidad por la que él ha sido un valiente luchador.

A pesar de lo que digan hoy las encuestas no se puede subestimar al PPD, que con el actual liderato es capaz de hacer concordatos con quien sea con tal de mantenerse en el poder para continuar disfrutando de sus prebendas y adelantar la separación. Es hora de que los estadistas antepongan el ideal por sobre cualquier otra consideración y salgan en noviembre masivamente a votar.