Dentro de tres días habrá un cambio de administración en Puerto Rico. El resultado electoral estableció que el partido de gobierno debe darle paso al primer partido de minoría. O sea, el Partido Popular debe pasarle el batón del poder al Partido Nuevo Progresista. Es como la vieja canción navideña, un gobierno que viene y otro que se va. Sin embargo, el gobierno que se va es una madeja de ineptitudes, incompetencia, mediocridad, irresponsabilidad, abusos, falta de credibilidad y falta de dirección. El nuevo es uno lleno de energía, entusiasmo y esperanza, y con deseos de trabajar, como lo demuestra la emotividad de Ricardo Rosselló.

AGP fue el Jefe de la Corrupción: Dijo que recomendó a Mil como Anaudi. Lo acusarán? Esa es la Pregunta?

El gobierno de Alejandro García Padilla quedará en la historia como el de “los amigos del alma”. Frase que describe con precisión las fechorías cometidas a lo largo de todo el cuatrienio, donde los amigos y hermanos tenían privilegios extravagantes cargados con la pólvora de la desigualdad, mientras el pueblo sufría las consecuencias de toda esa polilla que se carcomía la esperanza de los más humildes.

El gobernador saliente ensució el agua para luego bebérsela. Todo lo que dijo durante la campaña de 2012 lo olvidó tan pronto prestó juramento como primer mandatario. Sus críticas a las alianzas público privadas se quedaron en el aire. La autopista de San Juan a Arecibo y la administración del aeropuerto recibieron loas de este cascarrabias de nuestra fauna política. Igual pasó con el entonces superintendente de la Policía, Héctor Pesquera. De tanto criticarlo le pidió luego que se quedara.

“El gobierno de la gente”, como el mismo exclamaba a los cuatro vientos, fue el responsable de más de noventa impuestos. A eso súmele la falsa promesa de bajar el costo de la energía eléctrica y el agua y tenemos un poder adquisitivo en la clase media y pobre de Puerto Rico hecho añicos. Hoy día los puertorriqueños somos más pobres que en 2012. Además, la política pública del gobernador saliente ha sido fundamental en convertir a Puerto Rico en uno de los mayores exportadores de mano de obra del planeta. Nunca en la historia, ni en los años cincuenta, se había visto un éxodo masivo y la población mermar como lo estamos viendo en estos tiempos.

AGP fue totalmente controlado por el Chavismo

El gobernador saliente no se sonrojó ni sintió vergüenza con el caso de Anaudi Hernández. Las explicaciones que daba eran baladíes, y solo una mente mediocre como la de él era capaz de creerlas. El caso de Anaudi reveló que estrechos colaboradores de García Padilla participaron del festín de los comensales. Esto incluyó a uno de sus hermanos. Irónicamente, otro de sus hermanos, Tony, era mencionado en los medios de prensa por influir en el otorgamiento de las llamadas becas presidenciales en la Universidad de Puerto Rico, donde los requisitos principales fueron el amiguismo y el proselitismo de los becados.

El gobierno de García Padilla fue uno lleno de deficiencias: éticas, morales, falta de dirección, improvisación y discrimen contra los estadistas. Los últimos tres gobernadores del Partido Popular son una dialéctica de lo fatal. De malo a peor. Cuando todos creíamos que Sila Calderón había botado la bola, llegó Aníbal Acevedo Vilá y convirtió al gobierno en una máquina de producir mentiras. Sila incompetente y caprichosa, y Aníbal alérgico a la verdad fueron dos castigos seguidos que recibimos. Hubo una pausa con Luis Fortuño que sirvió de descanso. Pero llegó este energúmeno de la política y nos dimos cuenta de que no todo estaba escrito todavía. El desfile de disparates e incongruencias fue una cosa fantasmagórica. La Fortaleza y el Capitolio se convirtieron en un circo y la política en la principal comedia y banalidad del País. Queda la esperanza de que Ricardo Rosselló revierta ese sentir general del pueblo.