Entrevista a Carlos Romero Barceló en NotiUno
100 días y contando
«La aprobación e implantación del Plan para Puerto Rico ha devuelto al Gobierno la credibilidad y dirección que había perdido»
Los seres humanos medimos nuestro desarrollo y experiencias en momentos particulares, eventos que demarcan nuestra historia individual y colectiva, hitos de la vida. Tal vez por ello se ha convertido en una especie de tradición. Aún cuando algunos autores mencionan que el término de cien días nace como una mirada al tiempo que tomó a Napoleón regresar de su exilio, en el mundo moderno se ha acuñado el concepto de “los primeros cien (100) días” desde la administración del Presidente Franklin D. Roosevelt.
Para algunas personas, el referido término define lo que ha de ser la norma o, más bien, cómo ha de ser caracterizada la gestión gubernamental del Primer Ejecutivo; en nuestro caso, el Gobernador de Puerto Rico. Es en ese sentido que tanto los medios de comunicación, el público general y hasta los líderes políticos (incluyendo los de oposición) interesen utilizar el ahora tradicional periodo para analizar la trayectoria de quienes, electos democráticamente, comienzan a ser vistos y evaluados con criterios distintos a los que se distinguían en tiempos de campaña. Como si ya fuera aceptable la dicotomía entre la palabra y la acción que predominó desde principios del llamado “nuevo siglo”.
Si bien ha resultado interesante conocer, 
gracias a los medios de comunicación, la postura que sobre el particular asumen diferentes figuras públicas que con o sin simpatizantes son considerados líderes de opinión, también lo ha sido observar el nivel de aceptación que han tenido las determinaciones y acciones del honorable Ricardo Rosselló Nevares desde ser juramentado como Gobernador hasta el presente. Es evidente que todos los sectores han comprendido que los tiempos que vivimos son claramente diferenciables de cualquier otro con que se le intente comparar. No solamente por lo que me atrevo a llamar una solicitada imposición de la Junta de Control Fiscal por parte del Congreso de los Estados Unidos, si no también porque ninguna otra administración gubernamental había heredado una situación fiscal como aquella en la que se encontraba Puerto Rico al 31 de diciembre de 2016.
La aprobación e implantación del Plan para Puerto Rico ha devuelto al Gobierno la credibilidad y dirección que había perdido. Tanto el sector privado, con o sin fines de lucro y los diferentes componentes del sector gubernamental, como cada residente de nuestro archipiélago, conocen con certeza la ruta trazada y el camino que hemos de seguir hasta alcanzar las metas establecidas y avaladas durante el pasado proceso eleccionario. La transparencia con que se ha trabajado cada asunto público y el cumplimiento con la palabra empeñada han sido, igualmente, elementos característicos de este Nuevo Comienzo. Esto, porque la seguridad, la estabilidad y la confianza son esenciales para un desarrollo económico sostenido y sustentable.
Ahora, si bien es cierto que en estos primeros cien días se ha establecido una nueva forma de trabajar por Puerto Rico, también lo es que falta mucho por
hacer y que nuestro compromiso es llevar la acción donde pusimos la palabra. Por ello me pareció razonable que, en estos pasados días, se preguntara tanto al Gobernador Rosselló Nevares como a su equipo de trabajo más sobre la agenda de futuro que sobre las veintiún leyes firmadas y las siete importantes reformas puestas en marcha en tiempo récord. Como ha expresado el propio Primer Ejecutivo, lo que se ha logrado hasta 
ahora es el resultado “de una nueva forma de gobernar y del trabajo en equipo”. Vayamos pues, en ese mismo espíritu y con la frente alto a enfrentarnos a nuestro destino. Ha quedado demostrado que un mejor Puerto Rico es posible.
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