Editorial

Editorial de El Nuevo Día

POSITIVA GESTIÓN PARA CREAR EMPLEO

La propuesta que el gobernador Luis Fortuño impulsa en Washington D.C., con respaldo de la oposición y del empresariado, para atraer inversión y generar empleos en el País mediante una enmienda al Código de Rentas Internas federal es una herramienta que puede ayudar a apuntalar el crecimiento económico.

El cambio a las reglas del juego tributario federal que se promueve recoge recomendaciones del sector privado y cuenta con el aval del principal partido de oposición, que aunque hace gestiones separadas, concurre en esencia con la necesidad urgente del País de contar con una medida que ayude a generar empleos y a mover la economía de Puerto Rico, que atraviesa su quinto año de recesión.

El proyecto de ley que el comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi, se propone radicar en el día de hoy mientras el gobernador aprovecha para cabildear a favor de la medida entre los miembros del Congreso, es una enmienda a la Sección 933 que añadiría la Sección A al Código para cobijar a las corporaciones foráneas controladas.

De aprobarse, permitiría importantes beneficios fiscales a las empresas así tipificadas que obtengan más del 50% de sus ingresos en la Isla y ser tratadas como empresas domésticas. De este modo, una corporación incorporada en Puerto Rico no tendría que pagar contribuciones federales por las ganancias que generara en la Isla y si es dueña de más del 80% de la empresa que incorpora en Puerto Rico, podrá deducir hasta el 100% de los dividendos de las ganancias que repatria a Estados Unidos.

El marco en que se da esta iniciativa es importante y pertinente. Puerto Rico no puede desaprovechar la oportunidad de insertar la economía en el Plan de Recuperación Económica del presidente Barack Obama, con la consiguiente interacción indudablemente positiva para nuestro panorama empresarial.

Un plan que el propio mandatario estadounidense impulsa en el Congreso, basado en subvenciones a negocios e individuos, así como inversión en infraestructura, en momentos en que Estados Unidos enfrenta la tasa de desempleo más alta en los últimos 50 años.

La situación de Puerto Rico también ha alcanzado niveles históricos.

Con una tasa de participación en la fuerza laboral en estos momentos por debajo del 40%, el número de puertorriqueños que está empleado o activamente buscando empleo es el más bajo registrado en los últimos treinta años, desde que en 1980 el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos empezó a llevar la estadística de este sector. Entonces le llamó “grupo trabajador” para diferenciarlo de los desempleados que, agotados por la desesperanza, desistieron de buscar empleo.

Cuando vemos que desde la medición anterior hasta la más reciente de agosto de este año, del grupo trabajador han salido unas 24,000 personas en apenas un año, es que se hace patente la urgencia de unir esfuerzos ante nuestra situación económica.

Luce entonces alentador el síntoma de la concurrencia de esfuerzos que realizan en la capital federal por la Sección 933-A los dos grandes partidos del País en una iniciativa en la que están de acuerdo para dinamizar nuestra alicaída economía.

Esa convergencia de voluntad política, y de acción, se traduce en un ejemplo de unidad, que bien merece extenderse a otros ámbitos críticos de la administración pública.

Por eso, es momento de unirse en este esfuerzo y acometerlo como parte de un proyecto de país.