Glenn Monroig celebra 50 años de carrera: “La gente piensa que la política es la politiquería” – «si nosotros fuéramos un estado, nosotros tendríamos más derechos que 32 de los estados de la nación» – En El Nuevo Día

Glenn Monroig celebra 50 años de carrera: “La gente piensa que la política es la politiquería”

El cantante compartió con El Nuevo Día sus perspectivas sobre Puerto Rico, los retos de la vida artística y su visión de mundo

sábado, 13 de agosto de 2022 – 11:40 p.m.

Por Víctor Ramos Rosado

  • ✉ ⎙
Más allá de su considerable carrera musical, Glenn Monroig es una persona con mucho que decir. Así que, en esta ocasión, se aparta un poco del personaje de bohemio, para hablar de sus perspectivas sobre Puerto Rico, los retos de vida artística y de su visión de mundo.
Más allá de su considerable carrera musical, Glenn Monroig es una persona con mucho que decir. Así que, en esta ocasión, se aparta un poco del personaje de bohemio, para hablar de sus perspectivas sobre Puerto Rico, los retos de vida artística y de su visión de mundo. (Alexis Cedeño)

Es la una de la tarde de un martes de verano. En un restaurante de la avenida Roosevelt, en Hato Rey, decenas de personas almuerzan. Este es uno de esos lugares a los que no todo el mundo tiene acceso, una cuna de la alta alcurnia. El ambiente es íntimo, poca luz, casi todo rodeado o hecho de madera oscura.

RELACIONADOS:

Glenn Monroig: una trayectoria de 50 años

Glenn Monroig apuesta a su sentimiento y talento en la película “Las Camelias”

Aquí se encuentran políticos, activistas, figuras públicas, periodistas y artistas. Hoy, funge precisamente como escenario de uno de esos encuentros. El cantante está tarde para la cita. Viste una t-shirt negra con diseño de calaveras que deja al descubierto sus brazos tatuados. Trae pantalones cortos, también negros, y chancletas. Saluda con carisma a varias personas en el trayecto que dirige hasta la mesa.

Al llegar, ofrece disculpas por la tardanza. Su figura corpulenta toma asiento; la barba y pelo canosos levemente despeinados. Un mesero se acerca. Glenn Monroig, con su voz de barítono y acento pueblerino, ordena comida y algo para tomar. Luego, sonríe: está listo para empezar.

El cantautor celebra 50 años de carrera y de una vida que ha sido algo así como una gran novela. Pero más allá de su considerable carrera musical, Glenn Monroig es una persona con mucho que decir. Así que, en esta ocasión, se aparta un poco del personaje de bohemio, para hablar de sus perspectivas sobre Puerto Rico, los retos de vida artística y de su visión de mundo.

El cantautor celebra 50 años de carrera y de una vida que ha sido algo así como una gran novela.
El cantautor celebra 50 años de carrera y de una vida que ha sido algo así como una gran novela. (Alexis Cedeño)

¿Qué relación existe entre su música y cómo percibe el mundo y la política?

—La gente piensa que la política es la politiquería. Ellos no entienden que no hay nada más político que, por ejemplo, un homosexual en un clóset. No hay nada más político que un nene asesinado por una bala perdida. Nada más político que el fenómeno de Bad Bunny. Nosotros pensamos que la demagogia y toda esa mierda y esa estructura rígida gubernamental es lo que define la política. Pero la polis es la gente y está compuesta por el individuo. En mi música, tú encuentras esta teoría, que lo que está mal en el micro es lo que está mal en el macro. Es como dice Rubén Blades: ‘Olvídate de tu patria y vete a tu casa, y atiende a tu familia, porque tu familia es tu patria’. Yo tengo una serie de problemas a veces: cuán paradójica es mi naturaleza, que yo soy un tipo que mi ideología de status es la estadidad y, a la misma vez, mi discurso general hace a la gente pensar, a través de toda mi vida, que yo he sido independentista. Una cosa no tiene nada que ver con la otra.

Por esa línea, ¿qué le lleva a creer en la estadidad como opción de status para la isla?

—Yo te tengo que ser sincero, nosotros, yo creo, y puede que esto sea ingenuo, pero, para mí, yo miro para atrás y digo: ‘Pero esto era como un Disneyland’. Nosotros teníamos que hacer una serie de cosas para mantener a los grandes intereses del imperio contentos. No producimos nada, pero, sin embargo, somos de los primeros mercados consumidores de la nación norteamericana. Entonces, yo pienso que nosotros tuvimos una gran oportunidad, a través de toda nuestra historia, para haber creado algo distinto. Porque ahora nosotros no tenemos identidad, no porque los americanos vinieron aquí, no tenemos identidad porque el sistema capitalista se lo tragó todo. Yo lo que pienso es que lo que pasó aquí es que, a nosotros, se nos fue la guagua. Es pragmático: yo soy estadista porque en el federalismo, si nosotros fuéramos un estado, nosotros tendríamos más derechos que 32 de los estados de la nación norteamericana. Yo no soy penepé, yo soy estadista. Y lo que yo veo es que, en el estadismo, fíjate en la desconexión de coyuntura que tenemos con la diáspora. A esa gente es a la que el movimiento de estadidad debiera estar apelando y conectando realmente desde lo honrado, desde lo honesto.

A través de su vida ha podido ver la evolución de la escena musical, desde los boleros de su padre hasta la llegada del mundo digital. ¿Cómo ve el panorama de ser un artista y crear música hoy en Puerto Rico, y el estado de su carrera en este punto de su vida?

—Uno hace algo en este país que cambia la norma de lo que todo el mundo está esperando y ellos quedan totalmente desilusionados. La sociedad en general, en todos lados, se ha convertido en un shopper. Yo creo que el talento existe, y muchísimo. Yo creo que el foco de atención es lo que se ha jodido, el criterio. Y esa es una de las grandes hipocresías del capitalismo y del consumismo. El narcisismo de esta sociedad lo único que refleja es que la felicidad está en lo que a mí me gusta. Por eso existe esa frase de “yo hago lo que me da la gana”. Entonces, nosotros estamos hablando de una ruptura. ¿Quieres que te diga la verdad? Y esto suena bastante egocéntrico, pero aquí, yo no creo que yo tenía una influencia tan grande, yo pude haberla tenido, pero Angelo Medina, mi manager, no me dejó seguir haciendo discos de salsa después del gran éxito de “Tropical: una vez más”. Y, entonces, yo hacía salsa romántica de cosas bien bravas y progresiva, y eso se detuvo.Play Video

Glenn Monroig: “Yo trato de ser el hombre que el machismo se robó»

El cantautor boricua tuvo a cargo la producción musical de “Las camelias”, una película protagonizada por Denise Quiñones y dirigida por Paloma Suau.

De cierto modo, nunca ha sido un artista que se conforme. Ha defendido su independencia y su proceso creativo a capa y espada. ¿Cree que eso es lo que le ha permitido tener una carrera de 50 años?

—Si tú hablas con gente de la industria, te van a decir que Glenn Monroig es su peor enemigo. Porque habla malo, porque no es conformista, porque dice cosas feas de su papá. Lo que pasa que yo me limpio el culo con lo que la gente piensa de mí y yo hago lo que yo pienso que yo tengo que hacer. Mi vida ha sido un gran deshacer de nudos de cosas terribles. La gente ve mi personalidad, como yo soy, yo soy como bipolar, ¿entiendes? Wilkins y yo somos los primeros indie en este país. Las cosas funcionaban distinto antes, eso me permitió hacer un sello independiente y luchar en contra de los grandes poderes de las disqueras, de tú a tú, en un país tan chiquitito. Si fuera por las disqueras, la música se hubiera muerto. Esa gente fue bien ineficiente cuando entró el cambio de digital a lo otro.

En 1984, lanzó un álbum titulado “No finjas”, y la canción del mismo nombre es considerada una de las primeras canciones de rap en español. Pero ese disco contiene una canción que lleva un mensaje poderoso y hasta problemático en el tiempo en el que fue lanzada. “Me dijeron” es uno de sus éxitos y es un tema en el que defiende su amistad con un homosexual. ¿Qué le lleva a componerlo?

—Sobre “No Finjas”, algo de lo que yo me lamento es no haber seguido rapeando porque yo hubiese podido seguir. Con “Me dijeron”, mira, yo odio el fundamentalismo. Yo he trabajado bien duro para que nosotros meramente nos miráramos como seres humanos. Y se acabó. Ponlo ahí y tratémonos con respeto y con amor, y se acabó. Cuando yo hice el brindis de la boda gay, escribí: ‘Brindo por todos aquellos que tuvieron el dolor de vivir su amor sin que este viera la intemperie de sus días al sol, dándole razón al que acusa, al que repudia’. Y es una cosa bien bonita y bien fuerte, porque no habla nada más que del género, habla de la persecución política, de la racial, de la social, de la de clase, de la económica, de todo. Cuando nos estamos enfrascando, practicando una sola cosa, nosotros estamos perdiendo la visión del macro. A mí, me vuelve loco, porque es una manera de pensar tan sencilla. Es un compromiso social bien sencillo.

Su padre, Gilberto Monroig, también tuvo una carrera muy exitosa, aunque vivió una vida muy difícil. ¿Cómo ve su relación con él hoy, a varios años de distancia?

—Mi papá era un adicto a la heroína, mi papá era un hombre maravilloso y yo lo adoré, y mi madre y yo vivimos la vida para él. Pero era un adicto a la heroína, y aquello fue terrible. La gente, a mí, me critica y piensa que yo hablo mal de él, yo no hablo mal de él. Yo hago esa historia para que la gente se vea en ella, porque yo soy un comunicador. Para que la gente que tiene padres que son alcohólicos, que están enviciados, puedan buscar ayuda y verse en mi espejo. Yo terminé siendo el padre de mis padres, en cierto modo, y entonces muchas veces la gente se pregunta que cuál es mi amargura, cuál es mi rabia. Él me decía “Palito”, porque yo era para él como un árbol de roble.

***

Son las dos de la tarde y Glenn Monroig pide una copa de vino. El mesero regresa y vierte el líquido rojo sin derramar una gota. Glenn le agradece. En el transcurso de la conversación, varias personas se han acercado a saludarlo: políticos, artistas y fanáticos. A todos, los ha recibido con aprecio y agradecimiento. Su gran figura y su presencia son magnéticas. Muestra sus facetas al mundo sin temor. Sentados a la mesa, están el músico, el bohemio, el filósofo y el hombre, todos juntos en Glenn Monroig, todos conviviendo en paz con sus contradicciones, 50 años después.

____________________________

Enterate, Participa en la Convención del PNP este próximo fin de semana. 55vo. Aniversario del PNP

_______________________

Ese es uno de los grandes problemas que tenemos los Estadistas …. Cuando alguien «puntualiza»  que es «ESTADISTA pero NO ES PNP» … Cuando se dan las «elecciones,»  y no votas PNP,  ¿por cual status crees que vota?   Te diré … (y a  todos los que piensan igual) … los analistas del Congreso de EEUU, notan y concluyen que numericamente hay MENOS Estadistas que de otra inclinación.  Lo que los lleva a pensar y DECIDIR que no queremos la Estadidad.   No solo ellos, también los Boricuas de aquí, los que votan  ( lo que se puede definir como el  efecto o fenómeno «bad bunny»… que siguen al que oyen o ven … aunque sea malo … es sicología de cierto nivel, de los que NO analizan ).   Los ÚNICOS que hablan sobre las bondades de la estadidad,  y que oficial y técnicamente llega a los oídos del Presidente de USA y miembros del Congreso, son los escogidos OFICIALMENTE por el Pueblo de PR.   Que hay malos… claro que sí …. Los hay en TODOS los partidos Y EN TODAS PARTES DEL MUNDO …. Ese es otro tema.  En fin, si no votas por los «tuyos» aumentamos la proporción de los que no lo son…. PIENSA, PIENSA !!!

Edwin Cuevas
Para trabajar por la Estadidad: https://estado51prusa.com Seminarios-pnp.com https://twitter.com/EstadoPRUSA https://www.facebook.com/EstadoPRUSA/

You must be logged in to post a comment Login

Para trabajar por la Estadidad: https://estado51prusa.com Seminarios-pnp.com https://twitter.com/EstadoPRUSA https://www.facebook.com/EstadoPRUSA/
Para trabajar por la Estadidad: https://estado51prusa.com Seminarios-pnp.com https://twitter.com/EstadoPRUSA https://www.facebook.com/EstadoPRUSA/