La segunda fundación

Capitolio
Banderas de Estados Unidos ondean, mientras se observa de fondo al Capitolio. >Alex Brandon/AP

La segunda fundación

La Guerra Civil de los Estados Unidos jalonó la aprobación de tres enmiendas a la Constitución que cambiaron la historia de la nación. La Enmienda 13 abolió la esclavitud, que desde hacía pocos años se veía que ese sería su destino; la Enmienda 14, la más larga de todas, estableció el requisito primario y fundamental para la ciudadanía americana, y la Enmienda 15, que estableció el derecho al voto y los requisitos para que no le sea coartado al pueblo.

Estas enmiendas se dieron en un momento en que el devenir histórico iba dirigido a ello. Había una urgencia de cambios sobre el concepto de ciudadanía, derechos de los ciudadanos y abolición de la esclavitud. Aunque sobre esto último, hubo algunos líderes confederados que plantearon que la Enmienda 13 era violatoria de la Enmienda Décima, porque interfería con sus asuntos internos y violentaba la soberanía de los estados. Esta enmienda fue elogiada por el abolicionista negro, Frederick Douglas, quien la catalogó como “a vast and glorious step in the right direction”.

Por su parte, la aprobación de la Enmienda 14 es el cambio más profundo hecho a la Constitución en toda su historia. Las deliberaciones fueron extensas y no fue la creación de un solo individuo o partido político; fue todo el Congreso y los sectores políticos y civiles de la nación que lucharon por esta importante cláusula constitucional que expandió los derechos del pueblo frente a los gobiernos de los estados.

La Enmienda 14 estableció los principios generales sobre los derechos de todos los americanos, creó una definición uniforme sobre la ciudadanía, limitó la influencia política de los líderes confederados como una manera que evitase la posibilidad de otra guerra civil, contribuiría a la reconstrucción de la nación y ayudaría al Partido Republicano a mantener su poder político. Esto último, por supuesto, es parte de los entrejuegos de la política que se han dado desde la antigüedad, pero que en este caso era necesario por ser este partido el opositor a la esclavitud y el racismo contra los negros.

Esta enmienda es de suma importancia, pues por la definición y adquisición de la ciudadanía se ha dado el caso de que mujeres extranjeras embarazadas que desean que sus hijos nazcan en los Estados Unidos han optado por venir a alguno de los estados o sus territorios para que el parto sea dentro de la jurisdicción y su criatura pueda nacer ciudadano. A esto se le llama Birth Tourism. (Véase a Peter J. Shapiro, Beyond Citizenship: american identity after globalization).

La libertad adquirida por los negros con las enmiendas 13 y 14 eliminó el grotesco requisito de no incluirlos en el censo decenal para la redistribución electoral que cambia las delimitaciones de la geografía congresional y del Colegio Electoral. Con esta enmienda todos los negros tenían que ser contados de igual manera que los blancos. Aunque la realidad sociológica no estuviera a la par con la realidad constitucional, lo cierto es que por esta última la libertad les había llegado.

De hecho, fue por esta Constitución y los derechos que de ella emanan por lo que Nelson Mandela dijo que la lucha de Martin Luther King y la suya fueron en escenarios políticos muy distintos; “[l]os Estados Unidos de América eran una democracia con garantías constitucionales para la igualdad de derechos que protegían las protestas no violentas, aunque siguiesen existiendo prejuicios contra los negros”. (Véase a Nelson Mandela, El largo camino hacia la libertad).

La cláusula de la ciudadanía dentro de la Enmienda 14 no incluyó los indios. Estos seguirían viviendo en sus tribus enclavadas en los distintos estados. Sin embargo, el 2 de marzo de 1924 —siete años exactos después de aprobarse la Ley Jones— el Congreso legisló para declararlos ciudadanos de los Estados Unidos.

La Enmienda 15, garante del sufragio universal, es un gran logro en la historia de la nación. Pocos años después de la abolición de la esclavitud, los negros tenían el derecho al voto en igualdad de condiciones con los blancos. La celebración por parte de ellos fue delirante, pues esta enmienda fue catalogada por ellos como el segundo nacimiento de la nación. Frederick Douglas lo resumió magistralmente: “Never was revolution more complete”.

Esta historia la narra Eric Foner en su extraordinario texto The Second Founding: How the Civil War and Reconstruction remade the Constitution. Autor de innumerables obras y asesor histórico en los casos de acción afirmativa ante el Tribunal Supremo, este libro es lectura obligada para aquellos que deseen conocer parte del desarrollo constitucional de los Estados Unidos.

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Mario Ramos Méndez

Mario Ramos, Historiador

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