¿Cómo mueren las democracias? – Por Dr. José M. Saldaña

10 de noviembre 2022

¿Cómo mueren las democracias?

Hace unos días la prensa le dio gran promoción a los independentistas socialistas y admiradores de Maduro en Venezuela y de Daniel Ortega en Nicaragua, Manuel Natal del Movimiento Victoria Ciudadana y Juan Dalmau del PIP cuando estos nos dejaron saber que están adelantados los procesos para la formación de una concertación política (mogolla) para acabar con el bipartidismo existente en Puerto Rico.

La senadora independentista, comunista María de Lourdes Santiago se quejó sobre la lentitud en el proceso para la consideración de un proyecto en la legislatura que enmiende el Código Electoral que propiciaría la concertación política (las mogollas ). Manuel Natal Albelo, y Juan Dalmau Ramírez, denunciaron en conferencia de prensa que las enmiendas que la Cámara de Representantes busca aprobar para el Código Electoral son antidemocráticas porque pretenden que el proceso electoral quede en manos del bipartidismo, o sea que no propicia la formación de una mogolla ideológica en la papeleta que derrote al actual partido de gobierno.

Manuel Natal, confirmó que ya han comenzado los diálogos con personas, organizaciones y colectividades para constituir la creación de alianzas (de mogolla electoral) que es una de las prioridades establecidas por el Consejo Ciudadano del MVC, a principios de este año para ponerle fin al bipartidismo.

Desde hace un tiempo vengo señalando por distintos medios que la corrupción en todos los niveles del gobierno junto a los asesinatos por el tráfico de drogas son los principales factores que tienen a la mayoría de los puertorriqueños -particularmente a la juventud- temerosos de la situación actual, desilusionados con los políticos y con el gobierno de cualquiera de los partidos que nos han gobernado. Todas estas personas se encuentran guardando un peligroso silencio en cuanto a qué ruta habrán de tomar en las próximas elecciones.

Ante la influencia de varias personalidades de las artes – reggaetoneros-, de la prensa y de la política, los jóvenes y otros -no tan jóvenes- van encaminados a buscar opciones a la actual situación política de la isla pretendiendo hacer peligrosas alianzas o mogollas con cualquiera o con todos los grupos contrarios a los partidos políticos mayoritarios para tratar de castigar a los principales políticos.

Tenemos que estar preocupados y alertas a que por una acción equivocada de represalia en contra del actual liderato político vayamos a propiciar la elección de una mogolla compuesta por descontentos de distintas ideologías y se elija en el 2024 un desgobierno que acabe de hundirnos más de lo que estamos y nos convirtamos más inviables de lo que hoy somos pues el resultado práctico de esta acción podría ser detener la estadidad y llevarnos en la ruta hacia la independencia o libre asociación con un gobierno autoritario.

Los resultados de algunos sondeos locales -obviamente no científicos- que escuchamos por la radio y en la prensa escrita me llevan a concluir que la mayoría de nuestros conciudadanos no saben aspectos fundamentales sobre el Puerto Rico en que nos ha tocado vivir y lo que es peor no les preocupa nada excepto en lo que respecta a sus necesidades inmediatas. Desconocen que somos un territorio no incorporado bajo los poderes plenarios de Congreso de los EE. UU. (que el Congreso puede hacer lo que quiera con el territorio) y que vivimos en un sistema de democracia liberal. A esos efectos se hace necesario mediante todos los medios a nuestro alcance dejarles saber a estos conciudadanos lo que desconocen.

La democracia liberal es una forma de gobierno representativo de un Estado reglamentado por una constitución que protege los derechos fundamentales, las libertades individuales y colectivas estableciendo  restricciones tanto a los dirigentes electos como a la ejecución de las voluntades de una determinada mayoría social. Los derechos fundamentales y las libertades garantizados por dicha constitución incluyen los siguientes:  derecho  a la intimidad, derecho a la propiedad privada, a la igualdad ante la ley, a un debido proceso legal, a  la libertad de expresión, asociación y culto. Las democracias liberales se suelen caracterizar por la tolerancia y el pluralismo político.

Frente a este sistema en nuestro mundo occidental está la opción del comunismo socialista con la intención utópica de distribuir la riqueza en forma igualitaria entre la población. Para esto ese sistema requiere la pérdida de las libertades y la imposición de una dictadura con todos los horrores que esta ha conllevado a lo largo de la historia. Lo que realmente ha resultado en todos los casos en que se ha implantado el comunismo/socialismo en nuestro entorno es la distribución de la pobreza. Ahí están los ejemplos de Venezuela, Cuba, Nicaragua etcétera donde impera el hambre y la emigración.

Se alega que el sistema de Democracia liberal no es perfecto, en un mensaje en la Cámara de los Comunes en 1947 Winston Churchill señaló: “Muchas formas de gobierno han sido probadas en este mundo de pecados y vicisitudes. Nadie pretende que la democracia es perfecta y totalmente sabia. Verdaderamente se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno excepto por todas las demás formas tratadas y existentes “

La democracia tiene sus defectos algunos de los cuales los hemos vivido. La elección de políticos populistas irresponsables y corruptos que ofrecen en sus campañas electorales soluciones utópicas costosas e irrealizables a expensas de endeudar al pueblo hasta llevarlo a la quiebra. Hemos visto como también se ha utilizado el sistema democrático para elegir gobiernos que luego se tornan en dictaduras para implantar regímenes socialistas comunistas.

Tenemos que recordar que el estatus de gobierno democrático ha sido un experimento instituido hace más de 200 años pero que funcionalmente, realmente ha operado desde la década de los años 60 en que se le concedió el derecho al voto a las minorías negras.

 Una encuesta del 6 al 10 de octubre con una muestra representativa de la población estadounidense con un margen de error de más o menos 3.8 % que fuera difundida hace dos semanas, revela el pesimismo que sienten muchos estadounidenses sobre el estado de la democracia y cómo se eligen sus representantes, casi dos años después de una elección presidencial que dio lugar a denuncias falsas de fraude generalizado y a un violento asalto al Capitolio, la sede del Congreso.

Los resultados de la encuesta revelaron que:

Apenas el 9% piensa que la democracia está funcionando “extremadamente bien” o “muy bien”, mientras que el 52% dice que no está funcionando bien.

El 68% de los republicanos dicen que no está funcionando bien, comparado con el 32% hace dos años. Por el contrario, la proporción de demócratas que ven mal el estado de la democracia cayó de 63% hace dos años a 40% en la actualidad

Recientemente estuve leyendo un libro titulado Cómo Mueren la Democracias escrito por los profesores de la Universidad de Harvard Steven Levitsky y Daniel Ziblatt. Estos dos profesores han invertido décadas en el estudio de la caída de varias democracias en el mundo y ellos concluyen que nuestra democracia norteamericana está en peligro. Además, nos señalan qué podemos hacer para salvarla.

Nos señalan que “las democracias no terminan necesariamente con un golpe militar o una revolución, sino con un lento y progresivo debilitamiento de las instituciones esenciales, como son el sistema jurídico o la prensa, y la erosión global de las normas políticas tradicionales. La buena noticia es que hay opciones de salida en el camino hacia el autoritarismo y los populismos de diversa índole. Basándose en años de investigación, los autores revelan un profundo conocimiento de cómo y por qué mueren las instituciones democráticas. Un análisis alarmante que es también una guía para reparar una democracia amenazada por el populismo.

Todas las democracias albergan a demagogos en potencia y, de vez en cuando, alguno de ellos hace vibrar al público. Ahora bien, en algunas democracias, los líderes políticos prestan atención a las señales de advertencia y adoptan medidas para garantizar que las personas autoritarias permanezcan marginadas y alejadas de los centros de poder. Frente al auge de extremistas o demagogos, protagonizan un esfuerzo conjunto por aislarlos y derrotarlos. Y si bien la respuesta de las masas a los llamamientos de extremistas reviste importancia, más importante aún es que las élites políticas y, sobre todo, los partidos políticos actúen de filtro. Dicho sin rodeos, los partidos políticos son los guardianes de la democracia.”

Formación de políticos autoritarios

Continúan los autores :
¿Cómo se identifica entonces el autoritarismo en políticos que
no tienen un historial antidemocrático evidente? Para responder a esta cuestión los autores nos remiten al eminente politólogo Juan Linz, nacido en la Alemania de Weimar y criado en plena Guerra Civil española. Linz conocía bien los peligros de perder la democracia. Mientras ejercía como profesor en Yale, consagró gran parte de su carrera profesional a intentar entender cómo mueren las democracias. Muchas de las conclusiones de Linz pueden consultarse en un libro cortito pero fundamental titulado La quiebra de las democracias. Publicado en 1978, el libro recalca la función de los políticos y demuestra que su actitud puede apuntalar la democracia o hacerla tambalearse. Además, el autor esboza una prueba definitiva para identificar a los políticos antidemocráticos, si bien no llegó a desarrollarla del todo. A partir del trabajo de Linz, hemos concebido un conjunto de cuatro señales de advertencia conductuales que pueden ayudarnos a identificar a una persona autoritaria cuando la tenemos delante. Deberíamos preocuparnos en serio cuando un político:

1) rechaza, ya sea de palabra o mediante acciones, las reglas democráticas del juego,

2) niega la legitimidad de sus oponentes,

 3) tolera o alienta la violencia o

4) indica su voluntad de restringir las libertades civiles de sus opositores, incluidos los medios de comunicación.

Un político que cumpla siquiera uno de estos criterios es causa de preocupación.

 ¿Qué tipo de candidatos suelen dar positivo en una prueba de papel tornasol para detectar el autoritarismo? Con frecuencia, los candidatos populistas externos al sistema. Los populistas suelen ser políticos antisistema, figuras que afirman representar la voz del «pueblo» y que libran una guerra contra lo que describen como una élite corrupta y conspiradora. Los populistas tienden a negar la legitimidad de los partidos establecidos, a quienes atacan tildandolos de antidemocráticos o incluso de antipatrióticos. Les dicen a los votantes que el sistema existente en realidad no es una democracia, sino que ésta ha sido secuestrada, está corrupta o manipulada por la élite. Y les prometen enterrar a esa élite y reintegrar el poder «al pueblo». Este discurso debe tomarse en serio. Cuando líderes populistas ganan las elecciones, suelen asaltar las instituciones democráticas. En Latinoamérica, por ejemplo, de los quince presidentes elegidos en Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela entre 1990 y 2012, cinco eran populistas advenedizos: Alberto Fujimori, Hugo Chávez, Evo Morales, Lucio Gutiérrez y Rafael Correa. Y los cinco acabaron debilitando las instituciones democráticas.”

Amigos cualquier parecido con lo expuesto anteriormente con Donald Trump en la nación, con Manuel Natal, Juan Dalmau y María de Lourdes Santiago en Puerto Rico no es coincidencia, es una realidad. Estamos ante figuras autoritarias que de darles algún tipo de poder se convierten en crueles dictadores. Tengamos mucho cuidado con estos personajes, con lo que pretenden y con lo que te digan.

10 de noviembre 2022

AAV-Mugre