A mediados de la década del cuarenta su cambio ideológico se va haciendo público. Se pronuncia que ser independentista es incompatible con ser popular y luego publica unos artículos en la prensa titulados, “Nuevos caminos hacia viejos objetivos.” Era un hecho que en su pensamiento la independencia se había descartado y que una nueva fórmula política se adoptaría con los valores políticos del puertorriqueño, como la ciudadanía americana en relación estrecha con los Estados Unidos.
Para la adopción de la Constitución de Puerto Rico, su pensamiento ya estaba definido. Al final de la Convención Constituyente pronunció unas palabras que son lapidarias hoy en día: “Yo creo que nosotros contenemos dentro de nosotros mismos la ciudadanía americana”. Para luego aseverar que “no se puede ser pro americano. Yo lo que concibo aquí en Puerto Rico es que nosotros somos americanos, no pro americanos.” Sobre la ciudadanía de los Estados Unidos, Rafael Hernández Colon extendió ese pensamiento: “La ciudadanía de los Estados Unidos debe verse como fuente de derechos para que el puertorriqueño se afirme como individuo, y afirme su puertorriqueñidad.” (Véase, Rafel Hernández Colón, Estado Libre Asociado: naturaleza y desarrollo).
AGUADA- Al ritmo de la salsa arrancó la antesala de los actos oficiales de la conmemoración …
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