reconstruccion

En días recientes, parte de la discusión pública se ha centrado en la obra de reconstrucción. Por un lado, las estadísticas reflejan un crecimiento económico positivo y contundente en áreas tales como el turismo, la manufactura, agroindustrias, tecnología y la exportación de servicios. También, el sector de la construcción ha experimentado un aumento significativo en actividad y empleos debido al flujo de fondos federales de FEMA, HUD, ARPA, Transportación Federal, el Cuerpo de Ingenieros, entre otros. Por otro lado, los contratistas de construcción y las firmas de ingeniería y arquitectura no dan abasto para atender la demanda actual de proyectos y la necesidad de más personal diestro para afrontar el enorme volumen de trabajo actual. No obstante a lo anterior, hay ciertos sectores de la sociedad que señalan la necesidad de tener “mega” proyectos. Esto me lleva a reflexionar sobre la siguiente pregunta: ¿es razonable esperar el éxito de la reconstrucción a través de la realización de obras “faraónicas”?

Antes de atender la pregunta, es importante evaluar el escenario encontrado en enero de 2021 en relación con los proyectos de reconstrucción. Primero, FEMA comenzó a obligar la mayoría de los fondos de obra permanente a finales de 2020 y en muchos casos entre 2021 y 2023, incluido el sistema eléctrico. El gobernador Pierluisi heredó restricciones y barreras federales que llevaron tiempo eliminar o flexibilizar, incluyendo el permitir adelantar fondos federales en un programa de reembolso. Por lo tanto, debemos reconocer este punto de partida y lo logrado desde enero 2021 hasta el presente: de 81 obras permanentes completadas, ahora hay 2,069; de $159 millones desembolsados para obra permanente, la cifra hoy es $2,102 millones; de 500 obras permanentes encaminadas, hoy tenemos sobre 7,000, incluyendo 2,871 en construcción. Sobre el sistema eléctrico, en enero 2021 no había proyectos obligados con autorización para desembolso y construcción. Hoy tenemos 137 proyectos aprobados y 104 en etapa de construcción, tanto para generación, como para transmisión y distribución.

Segundo, según el plan fiscal certificado de la Junta de Supervisión Fiscal, los fondos de recuperación se desembolsarán hasta el 2035. De hecho, con relación a FEMA, el plan fiscal estima que se deben desembolsar sobre $2,000 millones por año y, para el 2023, vamos a superar esta cifra. En cuanto a los municipios, la administración del gobernador Pierluisi les ha desembolsado $578 millones de fondos de FEMA. Además, la comparación justa con la reconstrucción en Luisiana después del huracán Katrina respalda que Puerto Rico va por buen camino, según el propio gobierno federal.

Sobre la pregunta de obras “faraónicas”, debemos dejar claro que los fondos de reconstrucción son para atender los daños de los huracanes y terremotos a nuestra infraestructura pública y a facilidades de entidades sin fines de lucro que proveen servicios críticos en educación, salud y bienestar social. Al observar lo que está ocurriendo en la gran mayoría de los municipios, se evidencia una variedad de obras en plena reconstrucción: puentes y carreteras, control de inundaciones, facilidades deportivas y recreativas, muelles, aeropuertos, centros de salud, oficinas gubernamentales, plantas de agua y alcantarillado, iglesias, universidades, escuelas, reemplazo de postes, luminarias y subestaciones eléctricas, entre otros. Cada proyecto tiene su importancia para la comunidad afectada, y la suma de todas estas obras, independientemente de su tamaño, contribuye a la resiliencia necesaria para enfrentar futuros desastres naturales.

Específicamente, este mes comienza la construcción del nuevo hospital de Vieques ($85 millones); en Guayama se reconstruye la Planta de Alcantarillado Sanitario Regional ($90 millones); los muelles Panamericanos I y II están en reconstrucción ($7.5 millones) al igual que el edificio ResiCampus en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras ($20 millones). Por otra parte, la construcción del nuevo estadio de béisbol en Yabucoa ya comenzó ($26 millones), y en Carolina inició un proyecto de control de inundaciones en el casco urbano ($23 millones). En San Lorenzo se reconstruyó un centro de salud primaria ($6 millones) y en San Sebastián se construyó un nuevo puente en la comunidad Abrahonda ($5.7 millones). Estas obras, junto con otras miles, demuestran que la administración de Pedro Pierluisi está avanzando en la reconstrucción. No necesitamos proyectos “faraónicos”; estamos reconstruyendo de manera planificada, eficiente y mejor de lo que había antes. Cada mes y cada año que pasa, nos acercamos más a esta meta crucial para nuestro desarrollo socioeconómico. La visión y política pública manifestadas en los logros presentes (y futuros) requieren más que nunca liderazgo, estabilidad y continuidad.