Odisea hipotecaria

16 de julio de 2013   12:00 a.m.

Odisea hipotecaria

Aumenta el número de familias en Puerto Rico que pierden sus hogares

Por ELNUEVODIA.COM

La difícil situación económica que viven muchos en Puerto Rico, sumada al desempleo, está provocando que cada día más personas pierdan sus hogares y en los pasados cuatro años, 17,120 familias se hayan quedado en la calle.

Datos ofrecidos por la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras (OCIF) establecen que desde el 2008 Puerto Rico está registrando un alza en las ejecuciones y en los primeros cinco meses de este año 2,145 familias perdieron sus residencias.

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16 de julio de 2013

Se quedan sin hogar más de 17,000 familias

Durante la primera mitad del año, el número de ejecuciones hipotecarias subió en 29%

Un promedio de 429 hogares fueron ejecutados al mes, entre enero y mayo de este año. (Thinkstock)

Por Limarys Suárez Torres / lsuarez1@elnuevodia.com

La difícil situación económica que viven muchos en Puerto Rico, sumada al desempleo, está provocando que cada día más personas pierdan sus hogares y en los pasados cuatro años, 17,120 familias se hayan quedado en la calle.

Datos ofrecidos por la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras (OCIF) establecen que desde el 2008 Puerto Rico está registrando un alza en las ejecuciones y en los primeros cinco meses de este año 2,145 familias perdieron sus residencias.

La cifra refleja un aumento de 28.6% o 614 casos más  en las ejecuciones, en comparación a los primeros cinco meses del 2012. En promedio, entre  enero a mayo, unas 429 familias cada mes se quedaron  sin su techo.

En contraste, para este mismo periodo en Estados Unidos se reflejó  una merma de 27% en las ejecuciones.

“El mercado laboral en Puerto Rico está perdiendo gente y los salarios cada día son más bajos. Los gastos siguen aumentando con el costo de la luz, el agua y los alimentos y entonces llega el momento que las personas no pueden cumplir y tienen que elegir entre pagar el carro o pagar la casa. Una vez fallan al próximo mes se le juntaron dos mensualidades con la penalidad y ponerse al día es sumamente cuesta arriba”, explicó el economista Luis Benítez.

Según cifras de la OCIF, durante el 2012 un total de 3,814 familias perdieron sus casas; previamente en el 2011 otras 3,188; en el 2010 hubo 3,162 ejecuciones; en el 2009 unas 2,454 familias quedaron sin techo y en el 2008 unos 2,357 hogares terminaron con sus casas reposeídas por los bancos.

El economista Graham Castillo, presidente de Estudios Técnicos, subrayó que la causa principal para que exista un contraste entre el comportamiento del mercado hipotecario en Estados Unidos y Puerto Rico es que la economía norteamericana está mejorando, mientras la nuestra sigue en picada.

“El  principal problema es la continua pérdida de empleos por un mercado laboral estancado que no provee incrementos en salarios. Estamos ante un proceso migratorio y una economía que no parece dar indicios de recuperación. Una base demográfica que continúa contrayéndose, contrario a muchos mercados de Estados Unidos, y eso incide en que estemos experimentando aumento en las ejecuciones”, dijo,

Castillo añadió que el aumento en las ejecuciones es un problema que afecta a todos, en especial en el contexto urbano porque las casas reposeídas tienden a deteriorarse,

Problema de todos

El economista José Villamil puntualizó que la pérdida de un hogar mediante ejecución del banco incide en el mercado de la vivienda y debilita el sistema bancario.

Esto significa que cuando un ciudadano tiene interés en comprar su residencia y acude al banco ahora tiene que enfrentar  unos estándares más rigurosos para lograr que se le apruebe el préstamo hipotecario.

“El grave problema de las ejecuciones es que no solo afecta al que pierde su residencia, sino que nos afecta a todos porque perjudica al mercado de la vivienda y debilita el sistema bancario”, analizó  Villamil.

Hasta el 31 de mayo de este año, un total de 18,343 residencias estaban en proceso de ejecución, según datos de la OCIF, aunque muchos al final logran salvar sus residencias.

Un  proceso de ejecución de una propiedad típicamente tarda cerca de dos años en completarse con la sentencia del tribunal.

“El problema de que una persona pierda su casa es que su crédito se afecta y queda dañado por mucho tiempo, sin importar que su condición económica mejore en el futuro. Vemos gente yéndose de Puerto Rico a buscar otros horizontes y en algunos casos hay quienes quedan indigentes y totalmente en la calle”, señaló por otra parte Benítez.

Según la Administración de Vivienda Federal (HUD, por sus siglas en inglés) una persona indigente no solo es aquel que vive en la calle, sino todo el que está en riesgo inminente de perder su hogar y vive con otra persona.

“Que una persona pierda la casa socialmente crea un problema de indigencia, se afecta el crédito de esa persona, impacta el mercado de la renta, incrementa el inventario de vivienda para la venta e incide negativamente sobre el mercado de vivienda nueva”, destacó por su parte Castillo.

Más pobres

En Puerto Rico cada día hay  una pérdida de riquezas y la población sigue empobreciéndose, a juicio del economista Benítez.

“La riqueza tradicionalmente se acumulaba en propiedades y las residencias eran la primera alcancía de ahorro de los ciudadanos. Cuando dejas de pagar tu hipoteca, no importa lo que hayas aportado durante el tiempo que pagaste bien, el banco te la ejecuta y obviamente te empobreces porque perdiste todos tus ahorros y los pagos que hiciste por tu casa. Te dejan en la calle”, apuntó Benítez.

Asimismo, Villamil sostuvo  que perder la propiedad mediante ejecución es sinónimo de quedarse sin el instrumento de ahorro de cara al futuro.

“La gente no tiene los ingresos que antes y el mercado está débil. Las personas no están generando ingresos”, dijo Villamil.

Unas finanzas saludables requieren que una persona destine hasta el 30% de su ingreso mensual para el pago de la hipoteca pero hoy día, gracias al aumento del costo de vida y la inflación, muchos ciudadanos se están excediendo de los parámetros económicos seguros.

“Es importante  puntualizar que actualmente la estructura de la familia que predomina son las mujeres solas con hijos y tienen totalmente la carga económica de la casa. Y aunque muchas no han perdido el empleo sí los patronos han estado reduciendo el número de horas, eliminan el tiempo extra, no dan aumentos significativos salariales y todo eso se va sumando hasta estrangular las finanzas”, añadió de otro lado Benítez.

Acción gubernamental

Ante el alza en las ejecuciones, el  presidente de Estudios Técnicos sugirió que el gobierno de Puerto Rico tiene que enfatizar en el desarrollo económico y debe promover el desarrollo de programas que estimulen la compra y la rehabilitación de viviendas ejecutadas para venderla con o sin subsidios a personas de ingresos bajos, moderados y medios.

“El gobierno debe impulsar programas como el que se lanzó en Estados Unidos que se llamó Neighborhood Stabilization Program (NSP) para promover la venta de casas ejecutadas. También debería ofrecer consejería crediticia junto al sistema financiero y las entidades sin fines de lucro”, mencionó Castillo.

Otras alternativas que el gobierno debiera considerar, a juicio del presidente de Estudios Técnicos, también son promover el mercado de vivienda de renta enmendando aquellas leyes y reglamento que limitan su desarrollo.

El boricua depende del cheque a cheque para vivir

Por Leysa Caro González / lcaro@primerahora.com07/16/2013 |
Según el economista José Joaquín Villamil, la deuda personal del puertorriqueño, sin incluir la hipoteca, asciende a un 42% de su ingreso. teresa.canino@gfrmedia.com 

Y es que ese cheque, cada 15 o 30 del mes, es el único ingreso con el que cuentan para sobrevivir económicamente

Se imagina vivir mes a mes contando los días que faltan para cobrar. Con $100 en la cuenta de banco para pasar las siguientes dos semanas.

Se imagina decidiendo qué factura pagar, sí puede o no comer fuera, si debe o no hacer ese viaje al centro de la Isla; rogando que no se dañe el carro, que los niños no se enfermen ni que el bill de la luz llegue más alto.

Pues, así, precisamente, es como viven muchos puertorriqueños que pasan las horas contando los días que faltan para cobrar. En ese estrés. En una estrechez económica como nunca antes. Y es que ese cheque, cada 15 o 30 del mes, es el único ingreso con el que cuentan para sobrevivir económicamente. No hay ahorros, no hay ingresos por el lado. Solo el pago por lo trabajado.

Aunque en la Isla no hay estudios que determinen qué porcentaje de la población vive cheque a cheque, economistas consultados por Primera Hora sostienen que debe ser uno similar, quizás mayor, al de una investigación publicada recientemente en Estados Unidos que determinó que el 76% de los ciudadanos vive de esta forma.

Los pasados años de difícil situación financiera han dejado a las familias sin ahorros. Mientras, que a otros les ha imposibilitado así hacerlo o simplemente esa no ha sido su prioridad pues se han enfocado en reducir las deudas. “En Puerto Rico el panorama es peor porque la gente gasta más de lo que recibe, especialmente en tarjetas de crédito, lo que agrava más la condición del puertorriqueño cuando se queda sin empleo”, dijo la economista Marta Quiñones.

De hecho, Quiñones planteó que como pueblo lamentablemente hemos tenido, probablemente, a uno de los mejores maestros: el Gobierno. “Seguimos actuando como actúa el Gobierno que gasta más de lo que tiene”, expresó al alertar que el crédito siempre pasa factura.

Al también economista José Joaquín Villamil, de Estudios Técnicos, tampoco le sorprendería ver una cifra similar en el ámbito local.

“Hay personas que están viviendo al margen, que no tienen mucha flexibilidad, pero también hay mucho consumo innecesario, particularmente en la clase media”, apuntó Villamil al destacar que el 45% de la población vive bajo estos estándares, según el último Censo.

Villamil señaló que la deuda personal del puertorriqueño, sin incluir la hipoteca, asciende a un 42% de su ingreso.

“En vez de ahorrar siempre nos hemos financiado con endeudamiento”, apuntó Villamil.

Son excusas

Para Quiñones, el puertorriqueño, por regla general, podría guardar dinero si cambiara los hábitos de consumo. “Nos han adaptado y es el modelo que tenemos de comprar todo lo que queremos. Todos los años compramos todo nuevo”, señaló.

Aunque no hay una regla fija, se recomienda que mensualmente uno ahorre el 10 por ciento del salario. Para poder enfrentar una cesantía laboral u otra emergencia se debe tener ahorrado entre dos y tres meses del salario.

De hecho, si el país tuviera una tasa de ahorro más alta -tanto a nivel individual, gubernamental como corporativa-, estaría en una mejor posición para desarrollarse financieramente.

Lo esencial de comenzar a ahorrar es que es una medida de protección a las situaciones de riesgo que estamos enfrentando socialmente. “Una economía como esta, con el comportamiento que tienen las familias, estas deberían tener conciencia de que deben protegerse contra fluctuaciones”, aseveró Quiñones.

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